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Tres fueron más que once

Barcelona derrotó 3 a 1 como visitante a Villarreal. Dos goles de Neymar y uno de Suárez, Jonathan Dos Santos había descontado para los locales. Con la victoria el equipo culé clasificó a la final de la Copa del Rey.



A pesar de caer derrotado en el primer partido de la serie Villarreal había marcado el camino de como contrarrestar el poderío ofensivo de los catalanes. Con esa premisa, el Submarino Amarillo arrancó el partido con sus líneas bien adelantadas sobre el campo, presionando la salida e intentando generar errores en el manejo de la pelota.

Toda estrategia se cayó en el momento que Messi controló con su pecho un cambio de frente, recortó hacia adentro y colocó una asistencia de esas que son marca registrada para él. Neymar, uno de los mejores intérpretes de esta jugada del diez, observó el espacio entre el primer central y su lateral y con su pierna izquierda alcanzó a tocar por arriba ante la salida del arquero. Tres minutos de partido, y Barcelona encontró un gol tranquilizador que puso a Villarreal muy cuesta abajo, debían convertir tres goles para igualar la serie.

Más allá de encontrarse abajo en el marcador, el plan de los locales no se modificó. La presión siguió siendo constante en campo rival y los frutos comenzaron a aparecer. Un Barcelona muy impreciso en la salida de la pelota, en gran parte por la asfixiante presión del equipo contrario, otorgó muchas oportunidades a un equipo que por falta de puntería no lograba capitalizar lo que provocaba. Los culés no podían hacerse del control del partido y más allá del gol apenas comenzó el partido no pudo generar situaciones que le permitieran dar por cerrada la serie.

El premio a la perseverancia llegó a minutos de finalizar la primera parte. El desequilibrio nació en el momento que Busquets llegó tarde a la cobertura sobre Pina, Cheryshev pivoteó en el borde del área y sacó a Piqué del área, Jaume costa desbordó y centró para un Jonathan Dos Santos, que sin marca alguna venció la resistencia de Ter Stegen. Gran mérito de los locales en la circulación e impericia de los visitantes en las coberturas derivaron en un empate esperanzador para intentar dar vuelta una serie que empezó complicada. En el inicio de la jugada del gol, Busquets sufrió una dura lesión que lo obligó a salir del campo. En su reemplazo ingresó Mathieu quien desplazó a Mascherano al centro del mediocampo.

La segunda parte fue una copia fiel de la primera. Con un Villarreal necesitado de convertir, Barcelona esperaba encontrar espacios a espalda de la última línea defensiva. Promediando el complemento Xavi ingresó por Rafinha, una señal que Luis Enrique pretendía controlar el partido a través de la posesión optando por los interiores tradicionales de los últimos años, Iniesta y Xavi. Al minuto de ingresar el 'seis', Pina vio la roja por una durísima entrada a Neymar que pudiera haber tenido consecuencias peores.

Luego de la expulsión los locales perdieron las pocas chances que los mantenía dentro de la serie. Con la superioridad numérica Barcelona encontró los espacios que no había tenido. Suárez y Neymar aprovecharon dos exquisitas asistencias de Mascherano y Xavi respectivamente y coronaron el 3 a 1 final. El partido se resume en la asistencia de Messi, derrumbando cualquier plan o intención del rival a puro talento individual. El Barcelona de los delanteros hoy no voló, pero la jerarquía de los tres de arriba alcanzó para desnivelar una serie que los coloca en la final de la Copa.

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