1) Había mencionado en artículos anteriores que Villareal con menos éxito y Málaga con mejor resultado habían marcado el camino de como jugarle a este nuevo Barcelona de Luis Enrique. Desde entonces, cada partido que el Barça afrontó se encontró con el mismo panorama. Un bloque defensivo de dos líneas de cuatro bien marcadas, negando los espacios por el medio, una especial atención escalonada sobre Messi (eje del juego del equipo) y jugadores veloces apostando al contra ataque. La visita de hoy a Granada no fue la excepción.
2) Claro está que Luis Enrique ha redefinido el paradigma futbolístico del equipo. En función de las características de sus jugadores el asturiano comprendió que la posibilidad de ser más vertical era atractiva. La plantilla aceptó la idea a tal punto de utilizar como primer recurso las transiciones. Si le das a elegir, este equipo elige correr. Ante esta situación, el equipo sufre cuando le niegan los espacios, cuando se debe recurrir nuevamente al juego de posición para romper el bloque defensivo. Pese a mostrar una excelente calidad de posesión frente al Manchester City que hacía recordar a las viejas épocas donde la cadena de pases era interminable, el juego estacionado en campo contrario sigue siendo un déficit. Hoy quedó demostrado que el mediocampo ya no es la fábrica de juego, la función corre por cuenta de los delanteros, en especial de Messi.
3) Los goles de hoy siguen demostrando de lo que les habló. Los tres llegaron como producto de jugadas de tres o cuatro pases, menos es más en este caso. Una excelente diagonal del uruguayo fue captada por Jordi Alba, el 9 remató desviado y Rakitic (el llegador) empujó la pelota a la red. En el segundo tiempo, luego de un saque de banda, alcanzó con una conexión de tres pases en la que Suárez jugó con Rakitic, el croata se la devolvió de primera y el goleador definió ante la salida del arquero. El tercero llegó de manera muy similar, el MVP del partido (Rakitic) asistió de manera brillante nuevamente a Suárez, quien dejó de lado el egoísmo y luego de eludir al arquero se la entregó en bandeja a Messi para que convirtiera. Los goles tienen un común denominador, todos llegaron como producto de jugadas con resolución rápida y con el exclusivo protagonismo de Ivan Rakitic.
4) El partido del ex Sevilla merece un párrafo aparte. El jugador que llegó para ser el reemplazante de Xavi demostró que se parece más a Fábregas que al '6'. El croata es un jugador que juega más cómodo en transición y cuando tiene campo por delante. Jugar de espaldas y a un toque no son sus mejores virtudes, cuando se lo libera de la responsabilidad de ser el generador de juego aparecen sus mejores cualidades. Sus movimientos sin pelota son de lo mejor que le aporta al equipo, sumado a la precisión que tiene para habilitar como lo hizo hoy han hecho de él un jugador sumamente necesario. Está claro que la decisión del entrenador de redefinir el estilo del equipo lo han beneficiado.
5) El problema defensivo va más allá de si Mascherano juega de mediocentro o de defensor central. Hoy lo hizo en ambas posiciones, como mediocampista fue el bombero que ya acostumbramos a ver, relevando hacia los laterales y apagando los incendios que las transiciones defensivas dejaban. Como defensor también estuvo correcto, claro está que el partido casi ya estaba definido y su participación en la zaga fue poca. Como decía anteriormente, la posición del Jefecito no es un problema, al contrario, es una solución tener un jugador que se adapte tan bien a dos posiciones diferentes. El problema de la defensa tiene nombre y se llama "el acompañante de Gerard Piqué". Piqué es el defensor que tiene ganado el puesto de manera indiscutible, los problemas surgen cuando se debe improvisar poniendo a Mascherano como su acompañante relegándolo del puesto que mejor le sienta. Más aún después de ver el partido que cumplieron Bartra y Mathieu el día de hoy. Ambos suplentes no otorgan ninguna seguridad, imprecisos con la pelota en los pies e inseguros a la hora de defender, no achicaron líneas para presionar arriba ni ocuparon bien los espacios cerca de su área. Luis Enrique debe encontrar el acompañante de Piqué, sobre todo para aquellos partidos en los que el argentino sea necesario en el medio campo.
Barcelona entendió que a veces menos es más, el rendimiento no fue el ideal pero se cumplió en cuanto al resultado, debía ganar y fue lo que hizo. Con el clásico a la vuelta de la esquina la presión ahora está en Madrid, los merengues reciben a Villarreal y deben ganar si quieren seguir manteniendo la ventaja de cuatro puntos con los culés. El clásico ya está a la vuelta de la esquina.
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