Tottenham Hotspur se
llevó el Derby londinense tras arranque de mala manera. Dos
goles de su goleador Harry Kane le dieron la victoria. Ahora el equipo de Mauricio Pochettino
superó a Arsenal en las posiciones y quedó en puesto de Europa League.
Un Derby siempre es un encuentro sumamente importante dentro
de un torneo. Uno de esos partidos que el simpatizante observa en primer lugar
tras la publicación del fixture en la previa del inicio de la temporada. En
Londres se da una particularidad. Arsenal guarda una importante ventaja en el
historial respecto a su más acérrimo rival. Los 20 partidos de diferencia en
los enfrentamientos, entre ambos hasta el día de hoy, motivan la sorna de los ‘Gunners’
ante un adversario al que se odia tanto como se lo subestima.
Esta nueva edición del clásico londinense guardaba además
otro incentivo. Con Arsenal dos puntos por encima de Tottenham, quien ganara el
partido se quedaría, como mínimo, en las puertas de los puestos de Champions
League a la espera de algún tropezón de los de arriba en una semana de gran
actividad en Premier League. El partido no sólo era importante por lo que
significa sino por lo que estaba en juego.
Tottenham salió a ganar desde el primer instante. Puso a sus mediocampistas en campo rival e
hizo retroceder al Arsenal con la escalada de los dos laterales. En media hora David Ospina, el colombiano arquero del
equipo de Arsene Wenger, era figura. Pero Arsenal ganaba 1-0. Una escapada de
Danny Welbeck por derecha culminó con un centro atrás que Olivier Giroud desvió
hacia la izquierda para la solitaria entrada de Mesut Özil, quien cacheteó con
calidad el balón a la red ante la impotencia de Hugo Lloris. En diez minutos Tottenham
era superior e imponía condiciones pero Arsenal estiraba su paternidad con una
mínima ventaja.
El dominio local nunca cesó en White Hart Lane. En
desventaja, Tottenham era amplio dominador del terreno y del balón ante un rival que
sufría enormemente en la bandas y al que no se le permitía hilvanar juego a partir de
un mediocampo combativo. Lo cual se acrecentaba con una defensa bien adelantada que no le dejaba
espacios a los delanteros visitantes. De este modo y con un fuerte aroma a
injusticia, la primera etapa se fue y Arsenal dominaba en el marcador tanto
como Tottenham en el desarrollo.
El complemento nació con un Arsenal más vehemente que
intentó escapar de las redes tendidas Mauricio Pochettino y cuando el partido
ingresaba en el momento de mayor paridad Tottenham alcanzó el empate en una
siesta defensiva visitante. Erik Lamela ejecutó un córner desde la derecha que
Moussa Dembélé peinó en el primer palo, Ospina alcanzó a desviar el balón y
Harry Kane, poco activo hasta allí, no tuvo más que empujarlo con pierna
derecha en el segundo ante la presencia inútil de cinco rivales dentro del área
chica. En el momento menos esperado, el empate le ponía un poco más de justicia
a lo que había ocurrido.
El desgaste del local generó algún espacio libre más para el
adversario. Así, unos y otros pudieron encontrar la ventaja pero Ospina y
Lloris intervinieron oportunamente cuando se los llamó a actuar. Y promediando
el complemento el partido entró en un bache que parecía llevarlo hacia un
empate ineludible. Sin embargo, Arsenal siempre tiene algo para reprocharse en
la faz defensiva y Kane no perdona ninguna ventaja que le sea otorgada.
Cuando quedaban cinco minutos y el partido carecía de nuevas
emociones, el argelino Nabil Bentaleb envió un centro desde la izquierda,
Lorent Koscielny se dejó ganar la espalda y el goleador de
Tottenham aplicó un hermoso frentazo hacia el sector opuesto que se clavó junto
al palo derecho de un Ospina. Arsenal
sufría una nueva derrota en un momento crucial, los Spurs conseguían una
victoria de doble importancia y Kane se catapultaba directamente hacia la
idolatría del público local si no la había asegurado en la goleada frente a Chelsea.
Arsenal no pudo torcer el rumbo del partido con el esfuerzo
final y se fue sin puntos y superado por Tottenham en el marcador, en las
acciones y en la tabla de posiciones. Ahora la clasificación a Champions, probablemente
el mayor pergamino que Wenger pudo mostrar en cada temporada durante poco más
de un lustro –con la excepción de la consagración en F.A. Cup de la temporada
pasada-, comienza a alejarse peligrosamente. En el sector blanco de Londres todo
es esperanza desde que ese rubio alto con el número 18 no para de enrojecer las
gargantas.
0 Comentarios..:
Publicar un comentario