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Boca gana y evoluciona

En su debut como local por la Copa Libertadores, Boca fue muy superior a Wanderers y lo venció por 2 a 1. Los goles del xeneize los marcaron Komar y Osvaldo, mientras que Riolfo fue el autor del transitorio empate del conjunto uruguayo.



De a poco, paulatinamente, el equipo de Arruabarrena juega como él lo pretende. Ya con una pretemporada encima, además de los refuerzos que solicitaba, todo estaba dado como para que el equipo experimente una mejora en cuanto al juego y, por ende, en el resultado. Hoy, con pocos partidos oficiales, ya se puede decir que el desempeño de Boca está en crecimiento y evolución constante.

Con la muy esperada presencia de Daniel Osvaldo como tituluar, quien hasta el momento había despertado mucha expectativa sólo por su currículum y amor por el club; con la inclusión de Gago y Lodeiro encargados de la gestación, además de tres puntas; y, como no podía ser de otra forma, con la atmósfera propia de la ilusión que despierta en los hinchas de Boca la Copa Libertadores, todo estaba dado como para que sea una gran noche del equipo local.

El fútbol debe ser lo más parecido a la magia que existe. Porque Boca fue, hasta la apertura del marcador gracias al cabezazo del juvenil Komar, quién ingreso por el lesionado Burdisso, muy superior a su rival. Hasta ese momento había monopolizado la pelota, presionado muy arriba a su rival y Orión, su arquero, era un espectador más. Y de repente, cuando parecía que iba a ser una noche de esas tranquilas en las que el equipo visitante se dedica a no hacer papelones, todo se vino abajo: Wanderes movió la pelota del medio y, con sólo dos toques, el encuentro ya estaba igualado.

Hasta que llegó el momento del partido, es decir, el gol de Daniel Osvaldo, quien conectó un centro desde la izquierda de Colazo con un gran cabezazo. Más allá de eso, el ex Inter demostró que tiene mucha jerarquía, ya que además de convertir tiene capacidad como para asociarse al circuito de juego, a pesar de que se le notó la falta de ritmo futbolístico.

Ya en la segunda mitad, el partido bajó en intensidad, aunque no varió en el desarrollo. Boca siguió atacando y buscando liquidar el partido, aunque la floja tarea de los extremos y la imprecisión de Osvaldo lo impidió, por lo que hubo que esperar hasta que el arbitro pite el final para determinar como se repartirían los puntos. Una de las contras del equipo de Arruabarrena: la falta de contundencia, muy importante teniendo en cuenta que Boca sufre cada vez que lo atacan en serio, a pesar de que no lo hagan muchas veces por partido.

Para destacar también fue la magnífica tarea de Nicolás Lodeiro. Con sólo un puñado de partidos en la espalda, el 10 de Boca jugó como si haría años que está en el plantel. Manejó el ritmo del partido y, cuando el juego lo ameritó, se sacrificó en beneficio del equipo. Ya quedó demostrado que el uruguayo, con quien más cómodo se siente en la mitad de la cancha, es con Gago. Entre ambos manejan los hilos del partido, saben cuándo y cómo tocar la pelota y se encargan de marcar cuando el equipo debe presionar.

Si bien queda mucho por recorrer, lo hecho por Boca hasta el momento genera ilusión de cara al futuro. Al equipo se lo ve cada vez más afianzado y seguro de lo que debe hacer en la cancha, más allá de algunos déficits que deberá seguir corrigiendo. Con 6 puntos, el xeneize es líder de su grupo, mientras que el equipo uruguayo se mantiene a la expectativa tras haber ganado su primer encuentro.

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