El inicio del cotejo fue el soñado por todos los valencianistas: agresividad, tensión, intensidad y acercamientos a puerta rival. Un Valencia con mucho carácter ante un Madrid que no podía sostener a su rival en el medio del campo donde se veía superado (5-3) ni tampoco desequilibrarlo en transiciones ofensivas. Cuando los locales apretaban, Negredo tocó el balón con la mano dentro del área y el árbitro (desconcentrado en algunas ocasiones) pitó un penalti evidente. Ronaldo lo transformó en gol y los blancos (hoy de negro) se adelantaban sin haber inquietado antes la valla defendida por Alves.
El equipo Che no terminaba de superar el duro golpe y Ronaldo a punto estuvo de anotar lo que hubiese sido un terrible gancho a la mandíbula. El regate algo largo ante Alves lo dejó sin ángulo para definir y el balón se fue pegado al primer palo. Ante toda la conmoción que estaba suponiendo que los visitantes no corrían riesgo después de la pesadilla inicial, Piatti se lesionó e ingresó Gaya que resultó ser una de las claves del partido.
El canterano que viene siendo el de la tercer generación tras Jordi Alba y Bernat, disputó un partido muy acertado, obligó a Carvajal a (prácticamente) no proyectarse y a sentirse muy incómodo y desbordado en defensa. El Valencia mejoró tras esta sustitución. Barragán tuvo el empate pero el balón se desvió en Pepe y esta vez salió al córner (la siguiente tendría mejor suerte). Minutos más tarde, Gomes tiró al palo y tras el rebote, Casillas achicó muy bien aunque la jugada ya estaba anulada por fuera de juego.
La segunda mitad iniciaba de forma idéntica que la primera, otro disparo de Gomes desde la frontal del área que esta vez salía besando el palo derecho de Iker Casillas. Corría el minuto 52 cuando Orban le ganaba otro duelo a Bale y la jugada finalizaba con una apertura de Gaya a Barragán, el ex Liverpool vio como por segunda vez su remate interfería en Pepe pero hacia la red para igualar la contienda. Era el 1-1 y muy merecido.
Cabe destacar la excelsa tarea de Orban sobre el galés, quizás el Madrid abusó demasiado del juego hacia el extremo derecho. Otamendi apareció siempre que se le requería, en cruces, balones aéreos y salvadas milagrosas como una ante Gareth donde le pellizcó el esférico antes de que este defina en una jugada muy polémica tras una falta que supuestamente había sido puesta en juego por Orban en la medular. Ronaldo también se vio frenado por Mustafi.
Este triunfo de los tres centrales sobre los tres atacantes tiene dos explicaciones. La primera es la ayuda constante hacia los centrales de los dos jugadores exteriores del mediocampo que conformaban el 3-1-4-2 (Barragán a Mustafi y Piatti con Orban). La segunda y quizás más trabajada fue la tarea de Enzo Pérez (tres entrenamientos con sus compañeros) quien además de estar muy acertado con el balón en los pies, ejecutó a la perfección la tarea de falso central. Jugó por delante de los centrales en una posición que conoció con Jorge Jesus en Benfica. Hizo cada uno de los relevos a los centrales que abandonaban su posición, manteniendo así la línea de tres en el fondo. Ofreció tranquilidad, garantía y seguridad a los centrales tanto a la hora de tener que buscar lejos a un atacante como cuando salían con el esférico jugado. Enzo siempre estaba cuidando sus espaldas. Por momentos, debido a su fácil adaptación y gran rendimiento, recordó los primeros andares de Xabi en el Bayern.
La frutilla del postre a su gran partido la puso Nicolás Otamendi (rememorando los testarazos de Ayala en Mestalla) con un cabezazo furibundo tras un gran córner lanzado por Parejo. Minuto 65 y el Valencia daba vuelta el resultado. Barragan tuvo el 3-1 tras una sensacional acción combinativa pero la pelota salió cerca del palo lejano del meta madridista.
Los últimos minutos fueron de infarto. Ancelotti dio ingreso a Jesé, Khedira y Chicharito por Bale, James y Benzema respectivamente. Se mutaba del 4-3-3 inicial a un 4-4-2 con medular made in Alemania (Kroos-Khedira) e Isco y Jesé por los lados; Ronaldo y Chicharito en punta. El empate pudo llegar tras sendos remates de cabeza de Ramos e Isco pero el primero no fue bien dirigido y el segundo fue salvado primero por Alves y finalmente por Otamendi a centímetros de la línea de gol. La cancha se inclinó pero el gol no llegó.
Como conclusión, destacar las declaraciones de Nuno quien demuestra que este equipo se está gestando poco a poco y va partido a partido con mucha humildad y trabajo. "Sigo creyendo que nuestro éxito está en el futuro, aún tenemos mucho margen de mejora", sentenció. Por el lado del italiano, quizás la duda o intención de cara al Atlético de Madrid de potenciar y que no sea tan evidente los espacios a la espalda de Kroos que tan bien eran ocultados por Modric y tan poco perfeccionados están siendo por Isco. Con Khedira el conjunto de Ancelotti ganó en equilibrio y agresividad, algo que necesitará el miércoles en el Calderón.
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