Ads 468x60px

.

Tócala otra vez, Carletto

El virus FIFA ha dejado maltrecho al Real Madrid. Esta vez, Modric se ha lesionado de gravedad y permanecerá fuera de los terrenos de juego hasta principios del año próximo. Ancelotti deberá rearmar otra vez su mitad del campo, donde ya ejerció (con éxito) distintas modificaciones desde su llegada al banquillo del Bernabéu.

La temporada pasada se inició con la baja más que importante de Xabi Alonso, hasta que el ex Real Sociedad no regresó, el equilibrio se echó en falta en el Real Madrid; pese al intento de Illarramendi de ejercer como mediocentro posicional. Con la marcha de Ozil, Isco parecía que sería el sustituto ideal como trequartista. Finalmente, el entrenador optó en la etapa decisiva (semifinales de Champions ante el Bayern y final de Copa contra Barcelona) por un 4-4-2 simétrico, repleto de ayudas, que mutaba a un 4-3-3 en transiciones ofensivas ya que Di María se liberaba del auxilio a Carvajal en busca del área rival. 

En la ida ante el equipo de Pep Guardiola, el prometedor Isco disputó un encuentro muy sacrificado en defensa, en el flanco contrario al del argentino, pero siempre a la misma altura; el equilibrio era casi perfecto y más que evidente. En la vuelta, en Múnich, el italiano optó por Bale en lugar de Isco. El galés le entregó a su equipo la verticalidad necesaria para destrozar al que era, el actual campeón de Europa. Para más inri, realizó un más que aceptable ida y vuelta para conseguir que la medular tuviese siempre cuatro jugadores en defensa organizada. Ronaldo y Benzema esperaban atentos y con el cuchillo entre los dientes, el balón para consumar cada contragolpe.

Tras la marcha de Xabi Alonso y Di María, el presagio de un desequilibrio monumental, era latente. Llegaron a la casa blanca: Kroos y James para reforzar la zona media. Un comienzo dubitativo en liga con derrotas ante Real Sociedad y Atlético Madrid, disparó las alarmas. Ancelotti había perdido el equilibrio que tanto le obsesiona como gran entrenador que es.

Con el 4-3-3 y el 4-2-3-1 con Isco de enganche, desechados, Carletto optó por el remedio del año anterior. La adaptación de Kroos al mediocentro fue genial en cuanto a generador de juego y precisión tanto en pases cortos como en desplazamientos largos, pero el posicionamiento por delante de la defensa era inexistente y no se solucionó hasta que Modric tomó cartas en el asunto. La armonía estaba cerca. El croata acude al rescate cuando Toni no ejecuta con perfección la tarea del mediocentro defensivo, entre ambos se potencian y generan una tranquilidad para la defensa en donde Ramos o Pepe tienen que salir de su hábitat en escasas ocasiones salvo para cubrir la espalda de sus respectivos laterales.

El Real Madrid funcionaba como un reloj suizo, sin alteraciones, con momentos brillantes de juego, incluso dominando varias fases de juego ante el Barcelona, ejecutando con perfección el juego de posición. Trece victorias consecutivas hasta trepar a lo más alto de la liga, ganar el partido correspondiente a la Copa del Rey y clasificar como primero de grupo en Champions League a falta de dos partidos.

Real Madrid - Football tactics and formations

Sin Sami Khedira, el Madrid vio sustituido el enorme desgaste físico del alemán por el sacrificio en banda de Isco y James. Con Isco en su mejor momento de forma y Gareth Bale lesionado, el asunto sobre quien merece la titularidad es tratado a diario por la prensa local. Lo cierto es que el español ofrece más equilibrio y un juego más horizontal, mientras que Bale le da esa verticalidad y esa sensación de vértigo que el equipo no tiene con el ex Málaga. ¿Más elaboración o más transiciones ofensivas?. Hay que tener en cuenta que Isco se ha adaptado mucho mejor al pedido de su técnico a la hora de retroceder y ponerse el mono de trabajo, faceta que a Bale le incomoda y eso que el ex Tottenham fue lateral en sus comienzos.

Para Marcelo, Isco es como el abuelo que le acepta todos los caprichos. El brasileño no se cansa de proyectarse una y otra vez, con sus desequilibrios por dentro (a diferencia de la mayoría de los laterales que realizan el desborde por fuera), Isco le guarda la posición y junto a Kroos interceptan cada salida rápida del contrincante por ese sector. Cuando coinciden en ataque: Ronaldo-Isco-Marcelo por banda izquierda, se producen acciones demoledoras para el contrincante. Carvajal es más comedido y por lo tanto James (cuando no está Bale) tiene un trabajo defensivo algo menos agotador, más presencial. Modric se hace presente por ese flanco y si no es suficiente, aparece en escena Pepe con su timing impecable, manchando el pantalón de verde por el roce con la hierba en cada cruce.

Con el regreso de Bale, Isco fue relegado al banquillo ante el Rayo Vallecano. El descanso y la rotación siempre es de agradecer por lo jugadores y la institución, sobre todo cuando ésta se encuentre óptima de forma en la etapa final y decisiva. Se pudo visualizar ante el elenco de Paco Jémez, lo mencionado anteriormente en cuanto al ataque, pero con matices. Hubo varias acciones en las que Bale jugó en corto o dio un pase en lugar de empezar a galopar con sus arrancadas interminables. Ancelotti lo aprobaba, más cuando el número 11 cortaba el juego por el sector derecho, interceptando y cortando la posesión enemiga. Bale está aprendiendo que no siempre se puede ser vertical, y al hombre del equilibrio parece gustarle menos los partidos de ida y vuelta. Tiene el arma del contragolpe heredada por José Mourinho pero no quiere utilizarla como patrón principal. La guarda en la recámara y ha sabido añadir el ingrediente sin que la receta perdiese el sabor, todo lo contrario, el resultado final es un juego en donde se ven potenciado ambas formas de atacar. 

Con todas estas variantes tendrá que volver a armar el puzzle, Carletto. La opción más esperada es la de darle la oportunidad a un Khedira que ya ha jugado con su selección y se lo ve prácticamente recuperado de su lesión. Con el ingreso de Sami como interior derecho, el esquema sería un 4-3-3 con James como interno izquierdo y Kroos único mediocentro. Arriba la denominada BBC (Bale, Benzema y Cristiano). Con este sistema, Marcelo no tendría tanta libertad porque James no es tan excelso como Isco en ayudas y los tres delanteros se podrían ver afectados por una falta de cohesión con la mitad de la cancha. El ayudante de Kroos sería Khedira, un especialista en el ida y vuelta y en el auxilio en transiciones como ha demostrado en la etapa de Mourinho con Xabi Alonso como compañero. Existe la posibilidad de que Bale en cierto momento del cotejo, repliegue y ocupe la posición de Khedira y éste incrustarse delante de la defensa a la misma altura que Kroos.


Otra opción menos común pero que ya ha manifestado Ancelotti en alguna ocasión, es la de situar a Isco en la posición de Modric. Algo que llevaría su tiempo de adaptación y que dejaría en evidencia a un Toni Kroos que vería aumentado el trabajo en su zona hasta que Isco se acostumbrara al puesto. Bale tendría que realizar constantes ayudas para no dejar descompensado el sector derecho en defensa. El riesgo de que haya una notable ausencia de agresividad en la medular (en el buen sentido de la palabra), le otorga a este sistema menos probabilidades de cara a los grandes eventos donde el rival tiene ese mediapunta o falso 9 inteligente que puede recibir de cara a espaldas de Isco-Kroos y con Pepe-Ramos indefensos, en situación crítica.


El Madrid como equipo mixto en cuanto a idioma de juego (igual de peligroso en ataque organizado que en transiciones ofensivas), puede variar también dependiendo del tamaño o del estilo del rival. Quizás, ante un equipo de entidad, la opción Isco-Kroos-Khedira-James en 4-4-2 toma cierta ventaja.


Ante otros clubes de menor rango, la opción de Bale titular podría ejecutarse en un 4-3-3 con James-Kroos-Isco (Khedira) por detrás. Siempre dando por hecho que el colombiano es, como hasta ahora, pieza intocable. Bale tendría un trabajo inferior ya que sus ayudas no serían tan necesarias con Khedira como con Isco.

Carlo Ancelotti tendrá que realizar otra variante de gran importancia con la responsabilidad de acertar como ha hecho hasta ahora y como ha acostumbrado a los seguidores del equipo al que entrena. Recuperó a Di María cuando estaba peleado con el público, desarticuló el debate en la portería y se adaptó sin Ozil. En la presente campaña, elaboró un equipo sin los vendidos Xabi (a última hora) y Di María y consiguió convencer a los jugadores técnicamente superdotados que sin sacrificio no se puede jugar en la élite. Ante el Eibar dará el siguiente paso. Tócala otra vez, Carletto.

0 Comentarios..:

Publicar un comentario