El fútbol suele premiar la audacia y castigar la mezquindad pero también suele permitir que el marcador final no refleje lo sucedido a lo largo de los noventa minutos de juego. Esa imprevisibilidad que tiene este juego, lo hace permeable a cambios en el resultado que activen inmediatas modificaciones en el desarrollo del juego y viceversa. Mucho de esto ocurrió hoy en el choque estelar de la novena jornada de la Premier League inglesa entre United y Chelsea.
El partido comenzó a buen ritmo y con las intenciones claras
de uno y otro lado. Chelsea salió a llevar al juego a campo local y Manchester
United le demostró rápidamente con dos rápidos estiletazos que tanto espacio
libre podía ser peligroso. Así, a los cinco minutos el equipo de Louis Van Gaal
había tenido dos buenas oportunidades para abrir el marcador y la visita había
obligado a un par de esfuerzos defensivos de la última línea anfitriona. Tras
el inicio dinámico, ambos convinieron que lo mejor era quitarle oportunidades
al otro y, con los organizadores de juego sin espacios para crear, Adnan
Januzaj y Eden Hazard pasaron a ser las opciones más potables de desequilibrio.
En medio de un juego trabado pero ágil, la primera etapa se fue con la sensación de que en este terreno,
Manchester United, era mínimamente superior.
En el complemento, Chelsea volvió a intentar llevar al dueño
de casa contra su área y las piernas con un tiempo encima de los jugadores del
United se lo fueron permitiendo. Los 'Blues' jugaban en la puerta del área local y
sólo faltaba la puntada final para generarle problemas a David De Gea. Esa
diferencia que necesitaba Chelsea la hizo Hazard que ingresó desde la izquierda, combinó con
Didier Drogba y tras filtrarse entre los centrales rivales quiso engañar con un
toque a la derecha de De Gea que jugándose hacia ese lado rechazó
magistralmente al corner y evitó sólo momentáneamente la apertura del marcador.
Tan fugaz fue la alegría del arquero español, que menos de un minuto después,
tras la ejecución del tiro de esquina desde la izquierda por parte de Cesc
Fábregas, Drogba se alejó de Rafael y marcó la apertura del marcador con un
cabezazo en el primer palo.
El Gol
Ante la gran cantidad
de opciones de Chelsea en el juego aérea, Rafael fue quien tomó la marca de
Drogba. Si bien el brasilero pierde la marca del delantero marfileño, Robin Van
Persie, jugador libre en defensa ubicado delante del primer palo que debía ir a
buscar el balón dudo en ir en su encuentro y no estuvo a tiempo ni en el
vértice del área chica, donde Drogba concurrió a cabecear ni junto al palo
derecho de De Gea donde no alcanzó a despejar el balón. El detalle mínimo en el
trabajo con pelota parada marcó la diferencia en favor de los londinenses.
Todo aquello que no se había notado de la distancia entre
uno y otro en la tabla de posiciones, comenzó a hacerse evidente a partir de la
diferencia en el marcador. Chelsea comenzó a hacer correr el balón por el campo
y sin hacer demasiado parecía estar a punto de aumentar el score y Manchester
United, sin capacidad de recuperación y
sin sorpresa para aprovechar la escasa posesión del balón que podía conseguir, sólo
tenía en la exigua ventaja del rival una esperanza en la que aferrarse. Pero el
equipo de José Mourinho fue cediendo terreno y balón y la impotencia del United fue convirtiéndose en empuje hacia
el arco defendido por un segurísimo Thibaut Courtois.
Cuando Mourinho enfriaba el partido gastando los dos cambios
que le quedaban en el bolsillo y Chelsea cuidaba la ventaja replegado delante
de su área, Ángel Di María, que había
participado muy poco en el juego generó una infantil falta de Branislav
Ivanovic sobre la izquierda que dejó al United con un minuto del tiempo
agregado por delante, un tiro libre de riesgo a su favor y un jugador más que
el rival por la expulsión del serbio, uno de sus cabeceadores más eficientes,
por doble amonestación. Casualidad o no, Ivanovic había sido el encargado de
marcar a Marouane Fellaini en los balones quietos y fue el belga quien cabeceó
en soledad delante del arco para que Van Persie aprovechara el rebote de la
excepcional atajada de Courtois y empatara el partido en el final, premiando
las ganas de un United contagiado por el esfuerzo de Fellaini y penando la
cobardía final de un Chelsea que tenía el partido en bolsillo y hubiera sido
justo ganador.
El Gol
Chelsea marcó hombre en zona delante del arco y Nemanja Matic terminó perdiendo la marca de Fellaini, que normalmente había sido tomado hombre a hombre por el recién expulsado Ivanovic. Gary Cahill no llegó a tiempo a evitar el cabezazo y tras la atajada de Courtois, la lotería del rebote dejó a Van Persie delnate del arco y con el balón ubicado para su pierna más hábil. Otro detalle definitorio en la pelota parada.
Para Chelsea el empate no era un resultado negativo en la
previa, aunque con el desarrollo del partido delante de los ojos terminó
perdiendo dos puntos que además de permitirle mantener la diferencia con
Southampton y estirar tres unidades más su ventaja sobre su principal amenaza,
Manchester City, hubiera borrado de la lista de aspirantes a un rival que pesa
más por su historia que por su presente como su adversario de hoy. El United
salió airoso de un encuentro que debió perder y deberá encontrar alguna
solución urgente a su rendimiento para enfrentar a Manchester City en una
semana, con la esperanza de recuperar al lesionado Radamel Falcao y la ilusión
de encontrar respuestas en el regreso de Wayne Rooney tras cumplir su sanción
de tres fechas.
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