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Los ‘Santos’ vienen marchando

De la mano de Ronald Koeman, Southampton está realizando una campaña impensada luego de haber vendido en el mercado de verano europeo a la  gran mayoría de las figuras del equipo que con Mauricio Pochettino en el banquillo, había realizado una más que aceptable temporada 2013-14. Las razones de una de las revelaciones de la Premier League.

Jugando un poco con los nombres, Artur Boruc; Calum Chambers, Jos Hooiveld, Dejan Lovren y Luke Shaw; Adam Lallana, Andy Robinson y Gastón Ramírez; Daniel Osvaldo, Rickie Lambert y Billy Sharp, bien podrían conformar la base de un equipo que intente pelear en la mitad de tabla de la liga inglesa. Mucho de ellos, incluso, podrían ser y de hecho son, titulares  en otros conjuntos con mayores aspiraciones. Estos once nombres son una parte importante de la multitud de jugadores que emigró de Southampton con un rédito económico para el club de más de 105 millones de libras antes del inicio de temporada, mismo camino que siguió el entrenador argentino Mauricio Pochettino, quien luego de la exitosa campaña 2013-14 con los ‘Saints’, pasó a conducir el destino futbolístico de Tottenham Hotspur  para la presente temporada.

Con esta complicada realidad, pocas eran las expectativas para un equipo que con mucho esfuerzo había logrado convencer a Morgan Schneiderlin para que no siguiera el camino de aquellos jugadores de mayor protagonismo y se quedara a convertirse en bandera de la reconstrucción de un barco que tenía nuevo timonel, el holandés Ronald Koeman.

Pero Koeman, acostumbrado a un mercado más económico que el inglés, aprovechó  la enorme suma de dinero ingresada a las arcas de la institución para  incorporarla cantidad óptima, la calidad necesaria, el recambio justo y al precio adecuado, con el agregado del potencial de jugadores que aún no tenían el renombre de hoy día en Ligas de primer nivel. Con este criterio y con 79,5 millones de libras, el flamante entrenador atrajo a dos valores interesantes desde fútbol holandés como el serbio Dusan Tadic del FC Twente y el italiano Graziano Pellé del Feyenoord, contrató a Shane Long, proveniente de Hull City para sumar opciones al ataque, al seguro Fraser Forster, el arquero de Celtic de Glasgow, concretó los interesantes préstamos de Ryan Bertrand y Toby Alderweireld sin lugar en el once de Chelsea y Atlético de Madrid respectivamente para reforzar una defensa que también recibió al rumano Florin Gardos desde el Steaua Bucarest y consiguió el concurso de una joven promesa proveniente de Red Bull Salzburg de Austria, el senegalés Sadio Mané, que hoy comienza a devolver la confianza recibida de parte del entrenador y ex defensor central del histórico Barcelona de Johan Cruyff de la década del 90.

Estas incorporaciones se sumaron a aquellos jugadores que hasta la temporada pasada cumplían un papel secundario como sostén de aquellas figuras rutilantes que habían dejado el club y que ahora tendrían la chance de demostrar su valía como parte fundamental del plantel, con la necesidad urgente de demostrar que estaban listos para la ocasión. José Fonte, el portugués que acompañaba a Lovren en la zaga central pasaba a ser el central de referencia y el capitán del equipo, James Ward Prowse, que a la postre sufriría una lesión ósea en su pie, dejaría  de ser la joven esperanza del club para tomar el lugar liberado por Adam Lallana en la creación, Jack Cork, Víctor Wanyama, Steven Davis y el propio Schneiderlin se harían cargo de la zona central de la mitad de la cancha, Nathaniel Clyne conservaría definitivamente el lateral derecho que amenzaba quitarle Chambers y Maya Yoshida comenzaría a tener oportunidades para conseguir un puesto en el once inicial. Con todo esto, Soton conformó un plantel equilibrado, sin demasías, con variantes, con puntos de desequilibrio y con hambre de demostrar su valía ante una chance que, en algunos casos, podría ser el último tren al primer nivel internacional.

El punto clave que faltaba para el éxito del proyecto era encontrar un sistema de juego que explote las virtudes de algunos jugadores que aún no habían alcanzado el tope de su rendimiento durante su recorrido futbolístico. La idea desde el inicio fue un esquema ofensivo, con el equipo plantado lejos de su área, que pudiera generar desde un tridente  enclavado en la mitad de la cancha el juego necesario para abastecer  a los veloces y desequilibrantes elementos que podían aprovechar las bandas con eficacia y eficiencia y  desde allí había que encontrar la manera de juntar gente en el área adversaria para  sumar chances al poderío aéreo y físico de Pellé. Koeman, desde su idea base, fue modificando pequeños detalles que le fueron dando forma a un equipo que cumple las dos máximas principales del fútbol: convierte -20 goles en 9 partidos- y dificulta muchísimo la caída de su arco –sólo recibió 5 tantos en 9 presentaciones-.

Koeman alinea un 4-3-3 en Southampton
Con un sistema defensivo que nace en tres cuartos de campo pero que sabe de retrocesos rápidos y ordenados, Southampton busca  recuperar velozmente el balón para hacer lo que  más sabe, atacar. Cuando el esférico está en su poder, los laterales son opciones para la línea media que desprende a uno de sus tres integrantes hacia el área rival, los extremos o el propio centrodelantero suelen convertirse en enlaces para  liberar espacios invitando a los defensores a alejarse de las posiciones que deben proteger y el equipo termina arribando a los últimos veinte metros con cinco hombres como mínimo y tres de apoyo para no ser sorprendido de contra, al tiempo que se permite manejar variantes ofensivas desde la media distancia. Sin embargo, el juego desde los costados, con Tadic –que ya suma 7 asistencias sobre los 20 goles de su equipo- y Mané –que le ganó la pulseada a Long y se quedó con un lugar en el once titular-como factores de desequilibrio constante en el mano  a mano que propone Soton con la escalada de sus laterales. En las áreas, Southampton cuenta con poder aéreo en ataque y en defensa, con Pellé y Fonte como puntos de referencia y con un arquero que transpira seguridad como Forster  que ya ha conseguido mantener en cero su valla en cinco partidos en las nueve jornadas disputadas, recibiendo un solo gol en condición de local.

Los ‘Saints’ marchan hacia una campaña histórica para el club de la mano de un fútbol atractivo y de una idea innegociable por la búsqueda del arco rival y el buen trato del balón en las buenas y en las malas. Hoy Soton se encuentra a cuatro unidades del líder y, si bien perdió con dos rivales de los que a priori se consideraban superiores y aún no ha enfrentado a la mayoría de los rivales de elite dentro de la Premier League, el sueño de un lugar en Europa parece posible hoy como increíble hace un trimestre atrás. Southampton sueña y hay sobrados motivos para la ilusión.

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