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De la euforia al papelón

Manchester United ganaba 3-1 con media hora por delante en el partido y la victoria en el horizonte, pero cuatro goles de Leicester City con dos penales insólitos incluidos le dieron la victoria al recién ascendido por 5-3 y un enorme dolor de cabeza a Louis Van Gaal.


El fútbol inglés tiene siempre ese factor sorpresa que lo distingue del resto de las principales ligas del mundo. Da la impresión que cualquier cosa puede suceder en pocos minutos que cambie el rumbo de un partido  y hasta de un campeonato y que nada está decidido hasta  el pitazo final del árbitro de turno. Cuando a los 56 minutos, Ángel Di María despachaba un remate mordido que Ander Herrera encontró en el camino y desvió con un taco para dejar sin reacción a Kasper Schmeichel y poner un 3-1 en favor de Manchester United que parecía encaminar a los ‘Red Devils’ hacia su segunda victoria en el torneo, nadie, ni el más optimista de los simpatizantes de Leicester City avizoraba lo que estaba por suceder en el King Power Stadium.

Esa constelación de estrellas, aún poco amalgamadas como equipo, que habían conseguido una diferencia en el marcador desde el  talento individual enorme de jugadores como Ángel Di María, Radamel Falcao, Robin Van Persie, Daley Blind, Ander Herrera y un muy desparejo Wayne Rooney fue eclipsada en media hora por una serie de jugadores inteligentes, trabajadores, criteriosos y, sobre todo, corajudos que aprovecharon al máximo la otra cara que presenta Manchester  United cada fin de semana: un paupérrimo nivel defensivo. Y en esa media hora Manchester United convirtió aquella alegría del fenomenal centro de Falcao para el cabezazo goleador de Van Persie, el asombro del extraordinario tanto de Ángel Di maría iniciando una jugada en mitad de cancha y recibiendo de Rooney en el área para picar el balón con maestría por encima de un atónito Schmeichel y la tranquilidad de una diferencia de dos tantos tras el taconazo goleador de Herrera en uno de los papelones más grandes de sus últimas tres décadas  de historia.

Aquella señal de endeblez defensiva que Jamie Vardy, un delantero que hasta 2012 disputaba las Ligas de Conferencia del fútbol inglés con el Fleetwood Town y que hoy terminó siendo la gran figura de un partido plagado de figuras de renombre, desnudó al superar a Marcos Rojo contra la línea de costado para  enviar un perfecto centro que Leonardo Ulloa transformó en el descuento para un Leicester City que a los 15 minutos ya estaba 0-2 abajo, fue el anticipo de un verdadero escándalo defensivo, en lo colectivo y aún más en lo individual que Manchester United sufriría en el tramo final del match.

Vardy fue el que se aprovechó de la inocencia de un Rafael que fue confiado a buscar una pelota en el borde derecho de su  área y terminó desparramado por la embestida lateral del delantero, que luego aprovechó que el brasilero no se había conformado con su error inicial y le hizo el favor al delantero de apenas rozarlo desde atrás y generar un penal, que David Nugent transformó en gol, devenido de unas enormes cualidades actorales de Vardy y una torpeza extrema del lateral de Manchester United. También fue Vardy el que se interpuso en el camino de un remate de Dean Hammond pero tuvo la repentización suficiente para impedir que un inexperimentado Tyler Blackett llegue al cruce de Esteban Cambiasso antes que este despache el zurdazo que  empataría el partido, sólo siete minutos después  del tercer gol del United. Y si algo le quedaba por hacer a Vardy  era el gol de la victoria, entonces aprovechó una escalada de Ritchie De Laet, tras aprovechar un inoportuno pase de Marcos Rojo a Juan Mata y quitarle el balón al español, y otra flojísima intervención de Blackett que retrocedió en lugar de avanzar hacia el balón y terminó dándole la chance al lateral belga de encontrar habilitado y en soledad a Vardy, mano a mano con De Gea que no pudo hacer nada ante una exacta definición a su izquierda. Leicester ganaba 4-3 y el júbilo del público local era indescriptible.

Sin embargo, faltaba aún  el golpe de gracia. Con Manchester United jugado al ataque en busca del empate, De Laet rechazó un balón en campo propio y Vardy volvió a aprovecharse de un Blackett sumamente infantil corriéndolo con la cintura cuando iba a cabecear y yendo a buscar el balón a sus espaldas y Blackett, emulando a Rafael, lo corrió de atrás y ni siquiera precisó de la actuación del atacante porque lo barrió desde atrás regalando un nuevo penal, que esta vez marcaría Ulloa, y generando su propia expulsión.

Será una temporada sumamente complicada para el United si Van Gaal, con el escaso material que posee en el ámbito defensivo, no consigue algún milagro en el cuidado del arco de De Gea. Ni siquiera los tres goles que aseguraron los talentosos de arriba garantizaron la victoria ante un equipo recién ascendido y da la sensación de que cada encuentro  será  una lotería para el equipo rojo. Leicester City se lleva un triunfo que quedará en las retinas de los presentes y en las páginas de los libros de historia como una de las máximas hazañas de los ‘Zorros’ en sus 130 años de existencia.

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