Hace años Argentina busca el socio ideal de Javier Mascherano. Este Mundial de Brasil muestra más de lo mismo y amenaza con la foto remanida: el Jefecito haciendo la heroica ante rivales con buen trato de la pelota. ¿Hay soluciones?
Pasan los años, pasan los entrenadores y lo que no cambia es que en la Selección Argentina hace tiempo Javier Mascherano no encuentra un jugador que le sea complementario en el centro del campo. En los últimos ocho años han pasado cuatro entrenadores y si bien algunos lograron ensamblar equipos más cohesionados que otros, la tónica ha sido siempre la misma: quién juega al lado de Mascherano.
Se probaron diferentes sistemas tácticos: 4-3-1-2 ( con Basile, quien también alterno con un 4-2-1-3), 4-4-2, 4-3-3, 4-1-5 (todos estos con Maradona), nuevamente el 4-3-3 con Batista, que luego mutó a 4-2-3-1 en la Copa América y por último Sabella que alternó entre el 4-4-2, el 5-3-2 y el 4-3-3 con aroma a 4-3-1-2. El único volante de marca que pervivió a todas esas variantes en los últimos dos ciclos mundialistas es Javier Mascherano.
Esteban Cambiasso, Fernando Gago, Juan Sebastián Verón, Ever Banega, Lucas Biglia, fueron algunos de los socios del futbolistas del Barcelona; en muchas otras ocasiones actuó solo en el medio. El resultado casi siempre el mismo: equipos desbalanceados, anárquicos, partidos, y con Mascherano haciendo la heroica ante equipos sólidos en el centro del campo. El recuerdo del 4-0 ante Alemania en Ciudad del Cabo es quizás el más cabal de los ejemplos, pero no el único. Los desdobles in extremis de Mascherano ya son moneda corriente en este Mundial.
¿Cuál es la fórmula exacta? ¿Cómo conseguir el equilibrio? ¿Qué ponderar? Como si estuvieran en un laboratorio, todos quisieron ponerle algún ingrediente más a la mezcla, pero jamás llegaron a la Coca-Cola. ¿Es posible conseguir este punto exacto durante una Copa del Mundo?
Argentina hoy por hoy sufre horrores en la transición defensiva y tiene un costado debilitado: el derecho. Fernando Gago ha tenido una Copa del Mundo de discretísima para abajo. No solo no aporta lo que se espera de él en ataque (la única razón de su presencia en campo), sino que además genera caos defensivo con sus pésimos retrocesos. Les toma la chapa a todos, ayer a Obi Mikel y a Musa. El partido anterior a Dejagah. ¿El próximo a Shaqiri? Pero no todos los problemas defensivos se deben a la presencia del futbolista de Boca, aunque allí comienzan los problemas. Atrás está Zabaleta, quien ante punteros habilidosos sufre. Más aún si le llegan tan de frente y con pelota dominada. Además, Fernández no sale a romper juego hacia adelante (carece de contundencia defensiva) y así todos los ataques del rival llegan por la misma zona. En la otra banda, entre los aportes de Di María en la vuelta, cierta firmeza de Rojo y las ayudas de Garay, el equipo se ve algo más consistente.
Todo esto también termina repercutiendo en el nivel de Mascherano, quien sobrecarga demasiado su juego en salidas a los costados. Podrá ser emocionante o aplaudible, pero esos partidos en los cuales corre a medio mundo, el Jefecito no termina dando su mejor versión, aunque sí la más emocional.
¿Cuándo fueron las mejores actuaciones de Mascherano? En sus comienzos en el seleccionado, con Bielsa y Pekerman como entrenadores. Con el Loco tenía una rueda de auxilio totalmente complementaria: Lucho González. El Comandante, un crack híper subvalorado, era complementario porque además del buen pie que le daba salida al equipo, tenía el partido en su cabeza, era un cerebro táctico por completo. Además, con sus inicios como volante de banda, contaba con esa dinámica para dar una mano también en la recuperación pura y dura. Con Pekerman, el titular en Alemania había sido en un inicio Cambiasso, como falso volante izquierdo (posición que nunca le sentó de la mejor manera) y luego terminó apareciendo González junto al Cuchu.
¿Qué hacemos ahora? La lesión de Sergio Agüero parece el primer paso para terminar con el esquema como lo conocíamos hasta hoy. De hecho, el ingreso de Lavezzi ayer le dio algo más de consistencia defensiva al equipo mientras jugó como extremo derecho. Otra variante más que probable es el 4-4-2 (o 4-4-1-1, con Messi suelto) con un volante de banda puro y duro y Gago cerrándose más, con algunas responsabilidades defensivas menos.
Dentro del plantel Argentina no tiene un Lucho González. Sin embargo, el más apto para poder ser ese volante complementario no es Gago, sino Enzo Pérez, no casualmente uno que se destacó la última temporada en el fútbol portugués -donde Lucho se hizo ídolo- jugando por adentro. Sin tanto buen pie pero con mucha dinámica y disciplina táctica, el ex Estudiantes y Godoy Cruz podría ser una variante. Maxi Rodríguez, Ricky Álvarez o Augusto Fernández son los otros con chance de sumarse en caso de optar por otro centrocampista más.
Mientras Sabella busca la fórmula correcta, el equipo aún padece. Quizás no haya que llegar a ese pico, con una Pepsi podría bastar teniendo en cuenta el nivel de Messi. El tema es no volver a tener una Manaos en ese mediocampo.
0 Comentarios..:
Publicar un comentario