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Atlético de Madrid: un justo campeón de La Liga

Diego Pablo Simeone consiguió el torneo español contra todo pronóstico, con un grupo convencido de sus ideas que ejecutaron a la perfección el plan del entrenador argentino y su cuerpo técnico. Desmenuzamos al campeón de España en todas sus facetas.

El Atlético de Madrid se presentaba en el inicio liguero como un posible campeón de la denominada "otra Liga", en la que participaban los 18 conjuntos restantes. Con Barcelona y Real Madrid en otro planeta, la oportunidad del tercer puesto era real, más aún tras poner en serio peligro al Barcelona del debutante Tata Martino en la Supercopa de España.

Aquel trofeo lo añadiría el Barcelona a sus vitrinas pero sin poder vencer al Atlético en ninguno de los dos cotejos, y el primer mérito del Cholo fue dejar al club catalán sin anotar en su intratable e inexpugnable Camp Nou. Obviamente (lo explicaremos más adelante) esto no fue un milagro o un día de suerte y tras estos grandes resultados (incluido la Copa del Rey ganada en el Bernabéu ante el Madrid de Mourinho), la opción de ver una Liga con otro aspirante a largo plazo, crecía.

El bipolarismo en España ya estaba instaurado antes de las batallas Guardiola-Mourinho, solo Deportivo La Coruña (1999-2000) y Valencia (2001-02 y 03-04) habían conseguido arrebatarles la corona en las últimas 17 temporadas.

Por lo tanto el pesimismo pese a un gran arranque liguero, era general. Las opiniones se centraban en la corta plantilla para tres frentes (Liga, Copa y Champions), la imposibilidad de aguantar la presión para mantener un futuro liderato en el aspecto físico y psicológico, la necesidad de una regularidad perseverante o la capacidad de sumar una cantidad de puntos desorbitante como la que venían consiguiendo los campeones en los últimos campeonatos.

La perspectiva inicial

Un elenco que comenzaba la pretemporada con la baja importante de Falcao, pero con fichajes inteligentes y estratégicos. Continuaba otro año más en calidad de cedido, el portero Courtois. La llegada de David Villa como revulsivo no convencía por su nivel mostrado últimamente, era una incógnita su desempeño y dependía en gran medida de la capacidad de Simeone para habituarlo a un sistema distinto al que venía acostumbrado el asturiano. También aterrizaban al Calderón para el recambio defensivo, el belga Alderweireld (puede ejercer de central o lateral), el meta Aranzubia, Demichelis (de paso fugaz por su venta semanas más tarde al Manchester City) y el juvenil Giménez -de gran nivel en el último Mundial Sub-20-.

El mediocentro Guilavogui no acabó de convencer al cuerpo técnico al igual que el ex Rayo Vallecano: Leo Baptistao. El joven central uruguayo no entró en los planes del entrenador, salvo en contadas ocasiones. Idéntico fue el caso del canterano Óliver Torres que acabo cedido en el Villarreal. Diego Ribas, el siempre añorado brasilero llegaría en el mercado de invierno al igual que José Sosa, un jugador menos importante pero sacrificado y preciso en cuanto a jugadas a balón parado.

Temporada tras temporada el equipo del Manzanares conseguía un importante rendimiento ante la baja del delantero estelar. Tras Torres llegaron el Kun Agüero y Forlán, más tarde Falcao pero para la temporada que se presentaba no había un jugador que garantizara más de 10 o 15 goles.

De disipar las dudas se hizo cargo Diego Costa, el nacido en Lagarto se benefició de la partida de Radamel para convencer a todos sus hinchas de que él sería el encargado de enfundarse el rol de goleador y jugador temido para todas las defensas contrarias.

Acabó siendo el jugador clave en varios segmentos de la temporada, sus jugadas individuales denotaban una confianza en sí mismo y una personalidad que lo llevó más tarde a la convocatoria por la selección campeona del mundo.

Disposición táctica

Diego Pablo Simeone ha demostrado ser un director de orquesta con muchas variantes y sobre todo, una gran reacción durante los partidos a la hora de modificar el esquema. Su equipo ha sido compacto, muy intenso, convencido de que cada victoria en el partido de turno sería clave para alcanzar el éxito en un futuro. Las alternativas en las sustituciones le han ayudado a buscar los tres puntos en los partidos disputados en calidad de visitante, desechando la idea de protegerse y conformarse con el empate ante rivales de menor o igual entidad.

Su formación inicial ha sufrido metamorfosis durante la campaña, por lesiones, sanciones o el simple hecho de dar descanso antes o después de una noche de Champions League. Si bien en cierto que los cinco de atrás han sido fijos salvo en ocasiones como las anteriormente nombradas, desde la medular hasta el ataque los cambios han ido creciendo a medida que la temporada iba finalizando.

Jugadores y esquemas utilizados durante la Liga

La línea en defensa estuvo compuesta por: Courtois en portería, Juanfran en el lateral derecho (jugador que llegaba como extremo y Simeone lo reconvirtió), Miranda como central por derecha, Godín en el flanco izquierdo y Filipe Luis en el sector izquierdo. Insúa tuvo una participación casi testimonial por culpa del gran estado de Filipe. Alderweireld sustituyó a Godín y Juanfran, ejerciendo como lateral.

En la zona de mediocampistas, los fijos eran Gabi y Tiago. Mario Suárez comenzó el torneo siendo de la partida pero más tarde solo era utilizado por algún deterioro en el físico de sus compañeros como el caso de Tiago tras la derrota en Almería. Koke fue utilizado de mediocentro en escasos dos partidos junto a Gabi.

Los interiores Koke y Arda fueron teniendo más recambio con la llegada en el mercado de fichajes de invierno de Sosa y Diego Ribas. La ausencia del turco se notó de sobremanera ya que además de su calidad, su sacrificio en defensa fue admirable. Un asunto que un Diego muy estático nunca pudo ejercer, de hecho tuvo pocas oportunidades debido a éste motivo y a que sus compañeros abusaban del juego por dentro para buscarlo (a diferencia de Arda que se mueve por todo el frente de ataque, arrancando por izquierda pero apareciendo por derecha). Sosa y el Cebolla Rodríguez fueron por momentos el jugador número doce, el primer cambio. Con ellos dos la intensidad no se perdía y mantenían al equipo vivo en las transiciones post robo del esférico. En el caso del argentino, distinguimos su gran precisión en jugadas preparadas a balón parado.

           

En la zona de ataque existió una distribución de roles. Los puntas fijos eran David Villa y Diego Costa, el español ejercía de segundo delantero y el hispano-brasileño siempre preparado en la búsqueda de espacios a la hora del contragolpe, gracias a las segundas jugadas y prolongaciones de Raúl García tras los balones aéreos.

Costa busca siempre la espalda del central menos rápido, en este caso Gurpegui...
Adrián reapareció en el momento justo para ayudar en facetas ofensivas, si bien había ingresado por Villa en alguna ocasión, los problemas de Diego Costa a final de temporada hicieron gozar de más minutos al asturiano ex Deportivo de La Coruña.

Mención aparte para Raúl García que tanto podía jugar como falso 9, por detrás del delantero o de interior para ayudar al mediocampo. Un jugador que fue clave gracias a su polivalencia muy utilizada por el Cholo. En algunos tramos del año fue titular por delante de Villa.

          

El sistema más utilizado fue el 4-4-2 o 4-2-2-2 por culpa de la utilización del carril central por parte de los interiores para dar vía libre a los laterales en su proyección por ambas bandas.


Once ideal del Atlético
El Atlético en estático con salida de balón desde área propia..
Otro sistema utilizado fue el 4-2-3-1 con Raúl García para la agresividad en presión y el juego aéreo con prolongaciones constantes (la mayoría recostado a banda derecha) a Diego Costa..
También se ha podido observar que en los encuentros en los que no ha salido de inicio Arda Turan, el Atlético ha perdido precisión en zonas donde el cambio de velocidad en estático es esencial (derrota vs Espanyol y Levante, empate en Villarreal y caída estrepitosa ante Osasuna). Cabe distinguir la poca compenetración entre Arda y Diego Ribas en el enfrentamiento ante Almería que se saldó con otra caída. Remarcamos en las derrotas como visitante ante Espanyol y Almería, los planteamientos casi similares de Javier Aguirre y Francisco Rodríguez.

Los extremos Pizzi y Simao posicionados como laterales...
En el primer traspié liguero, el entrenador mexicano planteó la línea de cuatro defensas centrada protegiendo el medio, con los extremos como doble laterales y el mediocentro defensivo incrustado entre los centrales. Defendió con seis e incluso siete jugadores con uno de los mediocentros siempre pendiente de que no reciban los jugadores de calidad entrelíneas (David López).

                              


Ante los andaluces el equipo de Madrid se vio superado al no tener espacios para correr, sobre todo Diego Costa. El rival se cerró por dentro, juntó líneas y no dejó combinar con comodidad. Junto al sacrificio de los extremos, destacó la anticipación y el hecho de no dejar recibir sobre todo el caso de Ramon Azeez sobre Diego Ribas.

Ataque organizado

Reiterados fueron los problemas a la hora de crear peligro en estático por parte del elenco madrileño, gran parte de sus rivales se apoderaban del victimismo que utilizaba el propio Atlético ante los grandes equipos. Ésta excusa que significaba esperar al rival bien parado y con las líneas juntas, era para los campeones como morir con su propio medicina.

Ante el atasco repetido y la falta de velocidad en 3/4 de cancha a la hora de elaborar el peligro y las jugadas de ataque, Diego Simeone obtendría dos alternativas. La primera el balón directo hacia Diego Costa para favorecerse de la segunda jugada gracias al juego aéreo y de espalda del brasileño (situación que ejecutaba a la perfección cuando estaba en el campo Raúl García). La segunda ante rivales de entidad como el Barcelona, fue la presión adelantada y asfixiante ante un equipo que tiene como filosofía jugar el esférico combinando desde atrás hasta los metros finales. Si el equipo no lograba el robo deseado los centrales o mediocampistas se encontraban en superioridad para recuperar metros más atrás gracias a la perfecta ubicación, unión de las líneas y adelantamiento posicional.

De esta manera se hallaban otros caminos para generar problemas al contrincante, incluso sin la posesión como es el segundo caso, pero al fin y al cabo con una búsqueda agresiva de ella. Sería llamado vulgarmente como "te la presto para robártela y hacerte daño".

Además de las jugadas a balón parado que fueron claves y podrían entrar como tercer alternativa debido a su gran importancia, cabe destacar la movilidad de los interiores en posiciones de ataque, la constante subida de ambos laterales y el trabajo en banda de un campeón del mundo como Villa que no tuvo dudas a la hora de sacrificarse tanto en ataque como en defensa siendo en ocasiones el primer jugador en presionar la salida y dejando de lado ese rol de estrella para convertirse en un guerrero más del Cholo.

En las jugadas a balón parado como córneres o falta cercanas los encargados eran Gabi y Koke (Sosa en la segunda mitad de temporada cuando ingresaba), subían al remate jugadores de gran potencia y salto como: Godín, Miranda, Raúl García, Costa por el centro y Tiago, Villa o Arda tanto en el primer palo como en el segundo para buscar el rebote o la segunda jugada. Destacan algunas jugadas preparadas de laboratorio que desatascaron muchos cotejos.

          

Tras el robo, las transiciones ofensivas estaban muy claras en los jugadores colchoneros. Si la recuperación era en mediaciones del área o escasos metros hacia atrás, Costa se encargaba de buscar el desmarque en carrera y la precisión del último pase corría a cargo de Tiago, Koke o el mágico Arda Turan.

         

Cuando la compensación en forma de posesión lograda tras la presión se encontraba en zonas un poco más alejadas del área rival, el cuero tenía como destino la banda para luego ser centrado a zonas de remate dentro del área enemiga.

Defensa organizada

El Cholo ha armado el equipo desde atrás hacia delante, primero potenció la defensa en cohesión con el mediocampo como en su debut ante el Málaga (0-0) para más tarde perfeccionar la zona de ataque.

Su once inicial permite infinidad de ayudas a zonas débiles. Tanto en transiciones post pérdida donde los jugadores tenían muy estudiado el repliegue como en defensa ante el rival con ataque estático, el equipo era casi impenetrable, un muro infranqueable. Se evidenciaba un notable problema cuando el equipo acumulaba demasiados jugadores en su área y no podía ejercer la transición ofensiva al contar con un jugador de ataque en solitario, menos cuando éste no era Costa.

La posición de Juanfran (extremo originalmente) en el lateral derecho era una preocupación para el técnico que solucionó con creces con las ayudas en el comienzo de Costa o García en campo rival y  Koke más Gabi cuando el adversario superaba la primera oposición y traspasaba la medular. En partidos donde Koke ayudaba al doble pivote ante rivales que buscan el ataque por carril central, David Villa tapaba la banda izquierda en defensa.

Equipo atacado por zona derecha..
Filipe Luis recibía el auxilio de Tiago e incluso en ocasiones de Arda, siendo esta parcela menos protegida debido al mejor nivel defensivo del brasilero. Gabi o Tiago (dependiendo del costado donde era atacado el equipo) se posicionaban delante de los centrales.

Equipo posicionado para ataque rival por zona izquierda...

Los jugadores formaban un acordeón a la hora de recular de manera perfecta, ayudado por el gran trabajo físico obra del Profe Ortega.

Thibaut Courtois consiguió el segundo premio Zamora consecutivo tras encajar solamente 26 goles. Un gran porcentaje es mérito del meta belga por sus grandes exhibiciones en los momentos complicados, pero también se le puede adjudicar dicha virtud tanto a Gabi como Tiago en tareas incesantes de recuperación o a la dupla Godin-Miranda. El brasileño y el uruguayo dominaron su zaga de forma dictatorial a la vez que su rendimiento en el área contraria fue abrumador y excelso.

Una defensa férrea, solida, contundente y sin fisuras que al mínimo riesgo no se complicaba ni ponía en jaque a sus compañeros. Gran avance y diferencia con otras temporadas en donde los seguidores rojiblancos temblaban en cada avance hacia su portería. Incluso errores de bulto ya corregidos como el caso de Godín en los que quedaba retratado y que hoy en día son inimaginables acciones de tal magnitud.

          

En los saques de esquina, Costa (Arda en su ausencia) se ubica junto al primer palo de Courtois, Villa y Koke prácticamente fuera del área para la rápida respuesta ofensiva y Juanfran, Gabi , Raúl García y Godín (Alderweireld) en el punto del penal en la zona central más poblada, por detrás Filipe y siempre (todos) por delante de Miranda.

                  

En los tiros libres, Villa se ubica en la barrera. Por delante de la defensa se posicionan: Tiago, R. García, Gabi, Koke y Arda Turan.

Conclusión final

El Atlético de Madrid ha respetado un proyecto desde la llegada de Simeone, en donde los resultados no han podido ser mejores. Atrás quedan temporadas donde la plantilla sufría nueve o diez cambios por año y no existía un conjunto. Ahora se respeta una idea de juego colectiva donde no existe ni hay lugar para el individualismo, todos luchan por el mismo objetivo (partido a partido) bajo el grito sagrado de un prócer del club. Un prócer que ha conseguido transmitir (con todo lo que conlleva) los valores y el sentimiento a sus pupilos que han defendido la camiseta rojiblanca como si del manto sagrado se tratase. Las palabras de Tiago  resumen la temporada y el éxito en lo personal y deportivo del entrenador argentino... "Para nosotros, para todo el club, es como un Dios. Llegó al equipo y lo cambió todo. Lo que nos dice se cumple. Si nos pide que nos tiremos desde un puente, lo haremos. Sabe mucho de fútbol, lo seguimos y estamos muy orgullosos de tenerlo como entrenador".

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