En el mejor momento del City, el Arsenal tomó el dominio del encuentro.
Cuando empató Arsenal, recuperó la conducción el City. Partidazo en el
Emirates, con final de 1-1. El carácter apareció tarde en el conjunto gunner.
En el
Emirates Stadium, luego de varios golpes en partidos de calibre, el Arsenal
dejó escapar su última chance –si es que quedaba alguna- de prenderse
nuevamente en la pelea por la Premier League. Enfrente tuvo a un Manchester
City que tampoco pudo aprovechar la oportunidad, pero al que le quedan dos
juegos más por cumplir con los que podría ponerse en la cima. Más allá de las
expectativas en otro gran duelo en tierras británicas, ninguno pudo imponerse
en Londres.
Los encuentros
recientes que los dirigidos por Arsene Wenger disputaron ante los equipos que
se ubican en la parte alta de la tabla habían significado duras caídas. El
partido en primera rueda vs los citizens,
y las visitas a Anfield Road o a Stamford Bridge lo atestiguan. Sin embargo, en
esta ocasión, de local, esa situación no se repetiría, pese a la agresividad
con la que salió al partido el conjunto visitante.
Apenas
comenzado el partido, el City empezó a jugar en campo contrario. Llegando una y
otra vez por el costado derecho, el sector por donde era profundo y lograba
sacar diferencias gracias a los apoyos de Zabaleta. El lateral argentino se
desdobló una y otra vez, fue siempre la primera opción de Navas, y junto con
Silva los celestes se acercaban al gol.
El
mediapunta español tomó la pelota cerca de la línea frontal, avanzó unos metros
y habilitó a Dzeko. El bosnio sacó un remate fortísimo que pegó en el palo, la
pelota tuvo un nuevo desvío y le quedó servida a Silva para concretar el primer
gol del partido. Solo tuvo que empujarla, pero fue el premio a seguir la jugada
y a los méritos que ya había hecho un futbolista que viene siendo figura del
City en la segunda mitad de temporada. El gol se correspondía con el desarrollo
del encuentro, los conducidos por Pellegrini habían salido a buscar la ventaja
y la estaban consiguiendo frente a un Arsenal atónito que no podía parar las
proyecciones de los marcadores de banda contrarios.
Silva festeja. Hizo un gran partido |
Igualmente,
el gol pareció ser la inflexión en el dueño de casa. Luego de encontrarse en
desventaja, tomó la posesión de balón y comenzó a jugar. Arteta y Flamini se
hicieron patrones de la mitad, y Podolski esperó siempre libre la pelota por la
izquierda. Extrañamente, Lukas no aprovechó nunca el apoyo de Kieran Gibbs, que
pasó una y otra vez, sin recibir la profundización ante el cierre hacia adentro
del polaco nacionalizado alemán.
De a poco,
la tenencia de los Gunners se fue haciendo repetitiva, improductiva,
inofensiva. Giroud no pudo romper la línea de defensores rivales, Rosicky no
logró asociarse, Cazorla pocas veces se animó. El Arsenal terminó un primer
tiempo igualado, sin patear al arco aunque también sin conceder muchas chances,
y en desventaja por el estado óptimo del pie zurdo de David Silva.
Pero el
equipo de Wenger saldría con carácter al segundo tiempo. Sabía que se le estaba
yendo la última esperanza. Sin los lesionados Ozil, Walcott, Ramsey, Wilshere,
entre otros, la respuesta ante la adversidad del conjunto londinense es digna
de destacar, sobre todo si se toma en cuenta que pudo haber logrado el triunfo
en el complemento.
Hubo otra
decisión, aparecieron las combinaciones que el juego colectivo necesitaba.
Flamini se desprendió del centro y, si bien corría riesgos ante una rápida
transición del Manchester, tuvo recompensa. Flotó en una jugada que fue de un
extremo al otro del campo, y apareció para convertir con un sutil toque de
zurda, perfilado de costado al arco. Igualdad en el marcador y parecía comenzar
un nuevo partido.
No
obstante, a posteriori del tanto del francés, el que tomó el dominio del
partido fue el City. Silva creció en el partido. Ante un Yaya Touré contenido en el centro y sin poder
adelantarse hasta tres cuartos, por sorpresa se hizo presente Fernandinho, y
sus dos remates desde media distancia se fueron cerca del arco defendido por
Szczesny. Así se hizo el partido de forma constante. Cuando mejor estuvo uno,
comenzó a dominar el otro.
Ambos son
equipos que sufren sin pelota, aunque el retroceso de los dos fue moderadamente
eficaz. A la parte final, Arsenal salió con una mayor determinación. Pudo
llevarse los tres puntos que hubiesen sido oro para seguir en la disputa. Pero
ese carácter apareció tarde en la temporada. Hoy, este punto no le sirve. Al
City no le cae tan mal, de hecho puede sacar una diferencia considerable de
ganar los dos partidos que aún le quedan por jugar.
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