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Sin ser el mismo, otra goleada

La Roma sigue marcando su jerarquía en el Calcio. Con bajas sensibles, pero con la vuelta de Totti como titular, venció al Catania por 4-0. No fue el mismo de siempre, pero consiguió otro resultado que demuestra sus intenciones.





Las suspensiones de dos de sus hombres clave representaban un desafío para la Roma en su partido de cierre del año. Tanto Daniele De Rossi como el holandés Strootman, sus futbolistas que marcan el ritmo, no pudieron actuar por acumulación de amarillas y Rudi García se vio obligado a modificar el esquema táctico para recibir en el Olímpico al Catania.

Por primera vez desde que se inició el Calcio, el entrenador francés cambió, dio una vuelta de tuerca a su equipo. Del 4-3-3 habitual y que tantos resultados le dio, varió a un 4-2-3-1 por la falta de mediocampistas que pudieran suplir las ausencias. Del equilibrio en el centro, pasó a otro sistema mucho más ofensivo, y el cambio trajo sus lógicas consecuencias, que se pudieron observar el encuentro ante los dirigidos por De Canio.

Este equipo de la Loba se caracterizó siempre por el control en la mitad y la búsqueda de espacios externos para volver a caer en el juego interior. Este domingo, el doble pivote compuesto por Pjanic y Bradley no le dio el control de juego que siempre tiene el conjunto, y a la Roma le costó abrir el partido. El Catania, parado en un 4-3-3, le trajo algunos inconvenientes que no pasaron a mayores por las propias limitaciones del elenco visitante.

Con el argentino Sebastián Leto como falso 9, intentaron que los centrales salgan muy lejos del área a cortar, y así obtener espacios para atacar desde los costados. De todas maneras, nunca lo lograron. Tanto Benatia como Leandro Castán quitaron siempre bien cuando salieron, por lo tanto no sufrían los espacios que dejaban a sus espaldas porque se hacían con el dominio de la pelota. Desde allí, la Roma intentaba volver a empezar la jugada, pero no tenía claridad.

Cuando se acercaban los primeros 20 minutos del partido, logró desigualar el marcador con una pelota parada. Ese era el mejor método para comenzar a hacerse con el partido. Centro de córner de Totti, y dos cabezazos en el área es gol, dice el refrán futbolero. La metió al área chica Destro y convirtió anticipándose el marroquí Benatia. El tanto necesario. Desde ese momento, se abrieron los espacios, y los de Rudi tuvieron dos claras que no pudieron concretar antes del final del primer tiempo.

Totti, que volvió a ser titular, festeja el primero con Benatia
Para la segunda parte, el desarrollo siguió con las mismas formas. Totti, el capitán, líder y conductor del equipo, volvió a la titularidad tras su lesión y se hacía cada vez más eje como mediapunta por detrás de Destro. Igualmente, el equipo escolta en esta Serie A no podía controlar la transición defensiva. Si bien no sufría, está claro que no es un esquema a repetir en citas importantes. Aunque, en esta ocasión, el director técnico estaba obligado ante las bajas.

Llegaría el segundo gol por un terrible error del arquero Frison, que había tenido un buen rendimiento hasta ese momento. Maicon, que siempre se proyectó por su banda, tiró un centro por decantación, hasta casi sin querer. Al portero se le escapó la pelota y Destro aprovechó para empujarla y seguir de racha. Desde que forma parte del once titular, hace tres fechas, después de mucho tiempo, marcó tres goles, uno por cada encuentro. La subida de los marcadores de punta, tanto del brasileño como de su compatriota Dodó, fue fundamental para un conjunto que no pudo establecer su característico juego interior.

Al poco tiempo del segundo, llegó el tercero. Otra vez Benatia, ante la pasividad en la marca del Catania, cabeceó muy bien el centro en un tiro libre y ratificó su gran temporada hasta aquí. Más allá de no tener el mismo estilo de siempre, Roma tuvo el dominio y llegó a la goleada por dos pelotas paradas y un error del arquero contrario.

Para definir el encuentro, Gervinho tendría su revancha en la tarde italiana. No estuvo fino para desbordar ni gambetear, y pocas veces pudo hacer pesar su velocidad. Falló una clara en el primer tiempo tras gran habilitación de Destro, y en la segunda etapa le pegó al palo con el arco libre tras un atajadón de Frison a Totti. Y su gol no podía ser menos. Solo de frente al arco, le pegó mordido y entró con la suerte de su lado.

Sin ser el mismo de siempre, la cabeza de Benatia y el único error del portero de Catania lo ayudaron. Con eso, desestabilizó a un muy flojo rival, cuyo plan de arranque fue desbaratado en pocos instantes. Ya con el 3-0, fue un monólogo en los últimos 25 minutos y las chances se sucedieron sin tanta construcción ofensiva. Ahora, esperará el choque ante el líder Juventus del inicio del próximo año con toda la confianza que da este resultado. La visita –contó con Peruzzi, Alvarez, Izco, Barrientos, Castro y Leto de inicio; Bergessio y Monzón ingresaron y Spolli estaba suspendido- continúa en el último puesto y sigue sin poder ganar de visitante, con el agregado de que nunca venció a Roma en el Olímpico.

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