Manchester City se impuso por 4-2 al Fulham en Londres y se coloca a una unidad del líder, Liverpool. Goles de Yaya Touré, Kompany, Jesús Navas y Milner. Los tantos del local, Richardson y Kompany en propia puerta.
Salir a buscarlo; esa fue la tendencia del Fulham, sin
especular con que ellos estaban zona de descenso y que el City estaba a cuatro unidades
del puntero; había que jugar de igual a igual. Y así fue, con Senderos y Hughes
formando línea de tres, dejando a Riise cumpliendo la banda hasta el extremo.
Dejando los hilos de la transición a Parker (el mejor del local) y Sidwell,
quienes tocaron todos los balones que pasaban la mitad; confiando en Karagounis
y Dejagah, mientras se dejaba a Taarabt para imaginar, eludir, y ejecutar.
Del otro lado se encontraba un elenco diezmado y en período
de rotación. Con Agüero y Zabaleta lesionados, con cambios para evitar
cansar jugadores y con Joe Hart de vuelta en el arco, la visita se encontró con
este juego planteado por el once rival que lo desconcertó los primeros minutos.
El City era más ante un Fulham que no jugaba mal. Era más
por Silva, por Dzeko, por Negredo, por Yaya Tourem por las individualidades. Era menos en juego
colectivo, y se notaba que le costaba. La firmeza de Kompany y de Demichelis
era la única barrera que evitaba los goles, además de las manos de Hart, quién
tapó una clave a Taarabt y otra a Richardson.
Un tiro libre ficticio y una creación hermosa de Yaya Toure,
quién discutió con Kolarov durante 30 segundos para ver quien pateaba.
Finalmente el africano la colgó del ángulo izquierdo, no sin antes hacerla
pegar contra el travesaño para que dé pique al suelo haga sonar ese “¡Yes!” de
los hinchas detrás del arco.
Los blancos seguían con su tendencia de ir hacia adelante,
de hacer el partido box to box, pero apuntando durante la primera mitad los envíos iban a las
manos de Hart, siempre. Del otro lado, Stekelenburg respondía ante Dzeko quién
pudo estirar la ventaja, pero demostró displicencia en esos tramos finales.
Nasri puso una pelota parada en la cabeza de Demichels quién
entro solo, le quemó las manos al guardavallas quién no tuvo otra opción que
dar rebote y dejársela servida a Vincent Kompany, el seguro de vida del City,
que también marcaba goles. Se acaba la primera mitad y los de Pellegrini tenían
una ventaja que no era tan merecida.
El Fulham salió a jugar la segunda parte convencido, pero
sintiendo el cansancio. Ya Riise no era tan profundo, Parker empezó a dedicarse
más a marcar que a jugar y Taarabt no se tiraba tan atrás. Pero una contra
iluminó al marroquí quién se sacó de encima a Nasri, a Clichy a la carrera, a
Kompany dentro el área y dejó a Richardson frente a Hart que esta vez no pudo
hacer nada.
Se empezaban a quemar los papeles en el visitante que se
sentía presionado ahora por Karagounis, quién empujaba contra ese frontón que
eran Demichelis y Kompany y, para colmo, si lo pasaban, tenían de frente a
Hart, que estaba en su mejor día.
Y cual seguro de vida, Kompany, siempre se puede cobrar. Más
si en un rechazo la clavas contra tu propio arco, por arriba del arquero y
evitando hasta los defensores que se tiraron a sacarla como sea. Se ponía 2-2. A la cancha Jesús Navas y Milner. Y ahí la cosa cambió.
Combinación española entre Negredo, Silva y Navas, este último
infló la red, venciendo a Stekelenburg por debajo de las piernas, devolviéndoles
algo de tranquilidad a los ciudadanos celestes que estaban medio asustados.
Y la coronación fueron unos tres dedos de Negredo, una
pelota con efecto que picó dentro del área, no pudo rechazar Hughes, quién dejó
solo a James Milner que marcó el cuarto, le dio la seguridad de la victoria al
City.
El Fulham sufrió el salir a jugar el partido de área a área, lo
pagó caro en los últimos minutos del encuentro, pero no lo hizo mal. La derrota
no lo es del todo, sabe que jugando así puede salir del fondo tranquilamente.
En la vereda de enfrente se van creando parejas de juego, nexos y se ilusionan con quedar líderes de esta pareja Premier League. Además tiene
que enfrentar al Barcelona por Champions, aunque aún falta para ello. Hoy pudo
ganar a propios y ajenos.
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