Arsenal venció en el Emirates
2-0 al Liverpool y con cinco puntos de diferencia, es el líder en solitario de
la Premier League. Los goles del partido fueron de Cazorla y Ramsey.
El sábado pintaba lindo para el hincha del Arsenal. Temprano, la noticia de que Chelsea, uno de los perseguidores, perdía con el Newcastle, agrandaba el marco del partido del día. Liverpool, segundo en la tabla, debía ganar para quitarle la punta al equipo londinense, pero el halo de confianza que se respira en el norte de Londres es inmenso.
Con algunos lesionados, la
plantilla de Wenger daba para parar un buen once en el campo, pero no para
poseer grandes variantes en la banca. Por eso el partido era a matar o morir
con los iniciales. Como en partidos anteriores, se preponderó el juego
interior. A falta de Flamini, todo el centro defensivo del campo fue de Arteta
y la permutación de ayudas de Ramsey y Cazorla. Moviéndose por todo el campo ofensivo,
Özil y en punta Giroud.
Liverpool quiso juego externo.
Sin la pelota, cuadraba cinco defensas en el campo. Pero con ella, Cissokho y
Flanagan eran volantes externos con gran proyección. Gran reto para Sagna y
Gibbs. Pero el balón fue de Arsenal, en su gran mayoría, y a partir de ahí, el
juego se fue moldeando para los locales.
Con el desprendimiento de Ramsey,
la movilidad de Cazorla (figura del partido junto a Arteta) la calidad de Özil
y el gran momento de Giroud, el equipo volvió a dar pinceladas del juego bonito
del que se enorgullecen los Gunners. Quien se juntaba con Giroud, que recibía
de espaldas, tenía el juego a su favor. Buenas sucesiones de paredes, con
intensidad y ritmo. Pero al equipo, le sigue faltando resolver problemas que
pueden ser acentuados por equipos capacitados. Cuando Arsenal pierde el balón
en mitad de campo, le cuesta rearmarse rápido, el equipo contrario, como lo
hizo hoy Liverpool puede ponerlo en aprietos con dos o tres toques.
El gol de Cazorla, luego de un
buen despliegue de Sagna y la persistencia del español, le dio tranquilidad al
local; como niño con juguete nuevo, Arsenal estimulado, se acentúo en el campo.
Liverpool se desorganizó. Suárez tuvo que salir muchas veces, para elaborar
jugadas con Sturridge. Gerrard no puede llevar solo las opciones del equipo y
Coutinho estaba en el banco.
Rodgers lo comprendió, mandó a
Coutinho al campo e intentó un juego más interior. Liverpool volcó al Arsenal a
su campo y tuvo chances del empate. Pero el equipo de Wenger parece leer mejor
los partidos y sus situaciones. Liverpool mejoró en ataque, pero descuidó la
defensa. Los locales de contragolpe y con algunas imprecisiones en la saga
visitante lograron estar más cerca de aumentar el marcador. Y así fue, soberbio
golazo de Ramsey.
El equipo se beneficia del
momento de sus individualidades. Eso es Arsenal. El hincha hoy está alegre, porque,
por lo menos el buen juego vuelve. Y porque poco a poco, exorciza los viejos
fantasmas, ya no tambalea cuando tiene un gol de ventaja, ya no sufre hasta el
último minuto, ya sopesa las lesiones que lo aquejan, y se levanta luego de una
derrota (contra el Chelsea por Capital One). Y además de jugar bien, gana, y a un rival
directo. Supera una prueba. Es difícil encontrar puntos bajos en el equipo, cuando hasta Szczesny
responde cuando el gol es inminente.
El calendario del equipo de
Wenger es complicado. Ya ha superado un peldaño. Se vienen juegos a priori más
duros. Pero si el equipo, sigue con la confianza a pleno, por lo menos,
competirá.
0 Comentarios..:
Publicar un comentario