Uno de nuestros redactores estuvo el sábado en el estadio Do Dragao, para ver al equipo de Lucho González. La experiencia de asistir a la casa del equipo más ganador de Portugal de los últimos años, que hoy se mide en casa ante el Austria Viena.
Dicen que cuando un plan se estudia o se prepara demasiado, acaba saliendo mal o no tan pasional como algo que surge de forma repentina o momentánea. Quizás este sea el principal secreto del hermoso viaje desde A Coruña a Porto (dos ciudades y equipos enfrentados en semifinales de la Champions 2004 que ganó el equipo portugués dirigido por José Mourinho), algo que se engendra en el descanso de una jornada intensiva de trabajo con un compañero y amigo uruguayo.
Cierto es que la visita podría haberse ejecutado una semana antes, pero en esas fechas solo se disputaba la Taça de aquel país. Tras distintas averiguaciones económicas y la confirmación clave del tercer amigo en cuestión, se terminó de formar el tridente futbolero más loco y apasionado que sigue soñando con sumar más viajes (el amistoso España-Italia en el Vicente Calderón, Andorra, Eslovenia, Inglaterra o Gibraltar) a su curriculum balompédico.
Las entradas oscilaban entre los 12 y los 20 Euros según la página oficial del club, más gasolina, peajes y algún atuendo propio del club, como puede ser una bufanda o camiseta (finalmente se optó por la negativa tras no hallar ninguna con referencia a José Mourinho), representaban el gasto general del recorrido rumbo a Do Dragao.
Entrada con mejor ubicación (detrás del banco de suplentes)..... €20
Peajes ida/vuelta (escogiendo la opción más económica).............€16
Gasolina (Citroen C2 Diesel)......................................................€30
Alimentación (ida: sándwiches caseros, vuelta: Burguer King)......€15
Total..........................................................................................€81 a dividir entre tres personas (€27)
Con las operaciones matemáticas finalizadas y la aprobación de un único conductor debido a su conocimiento tanto de carretera como del uso de su vehículo con cambios automáticos, programamos la salida para las 16:00 para pisar suelo luso antes de las 21:15 (horario del cotejo).
Tras algunos días de ansiedad, finalmente llegó el sábado esperado y nos pusimos en marcha hacia el estadio del Porto, donde había debutado Messi con 16 años en la inauguración, donde no conoce la derrota en Liga desde 2008 o donde Portugal había caído en su Eurocopa en el partido inaugural ante Grecia por 1-2.
Un viaje muy tranquilo en donde saludamos desde el vehículo varios lugares pintorescos como: Santiago de Compostela (aquel equipo que sufrió el golazo del Barcelona en los pies de Ronaldo ), Orense, Pontevedra, Redondela, Tui y dentro de Portugal en Valença do Miño, Braga (finalista de la Europa League 2011) o Guimaraes (Vitória es el último campeón de Taça) antes de estacionar el automóvil a 150 metros escasos del campo.
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| Imagen del bar O'Xa tomada desde su interior |
La única parada en la ida la realizamos en Arcade -Pontevedra-, en el bar O'Xa, donde nos acomodamos delante de una televisión gigante junto a varios hinchas del Celta de Vigo. Estos seguidores sufrían con el Real Sociedad-Celta mientras nosotros nos refrescábamos con una exquisita Super Bock, para ir situándonos en el país fronterizo.
Mi vestimenta era completamente del Porto, por lo que no cause para nada una mala impresión en los clientes del bar. Cabe destacar que el Celta tiene como máximo enemigo al Deportivo La Coruña, y el Porto de Mourinho eliminó al SuperDepor en las ya mencionadas semifinales de Liga de Campeones tras un global de 1-0.
Aquel equipo que aún jugaba en Das Antas como local en la primera fase, se había clasificado segundo de grupo por detrás del Real Madrid. En Octavos de final había eliminado a todo un Manchester United, el día de la corrida memorable de Special One en Old Trafford, tras el mal rebote de Howard y el gol de Costinha. En Cuartos superó con creces al Olympique Lyonnais y tras un 0-0 en la ida con una discutida expulsión de Andrade tras una 'patada amistosa' con Deco, llegaba la hora de definir en Riazor el rival del Mónaco en la final a disputarse en el Arena AufSchalke de Gelsenkirchen.
Un 4 de Mayo de 2004, Mou confió en once guerreros para asaltar el fortín coruñés y plantarse en el último partido en búsqueda del segundo título de campeón continental (UEFA y Supercopa al margen) tras el conseguido por Futre y compañía en el Praterstadion de Viena en 1987.
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| Campeón y despedida rumbo a Londres... |
Vitor Baia; Jorge Costa, Ricardo Carvalho, Nuno Valente y Paulo Ferreira; Costinha, Maniche, Deco, Pedro Mendes; Carlos Alberto y Derlei. Este último anotó de penal el único tanto del encuentro y a la postre el gol que daba la clasificación y el billete para Alemania. Finalmente derrotaría al Mónaco 3-0 y se alzaría con el trofeo.
Con todas estas historias en mi cabeza, un humilde dossier preparado por mis manos para conocer la historia, jugadores y enfrentamientos de ambos equipos y amenizar el viaje y una revista denominada 'Futbolista' los kilómetros se sucedían y la llegada fue bastante rápida. Teníamos quince minutos para comprar los 'bilhetes' y adentrarnos en el espectáculo, tras varias corridas de un lado hacia el otro conseguimos encontrar las taquillas y comprar dichos tesoros. Lo único que imploraba era no escuchar el grito sagrado desde fuera, no quería perderme nada y menos un gol. Localizamos nuestra ubicación y cuando nos sentamos, se habían jugado seis minutos.
Siempre digo que la primera imagen del recinto desde dentro, tras subir unas escaleras interminables, es inexplicable. Una mezcla de emoción, adrenalina y sentimientos que la mente no es capaz de procesar en tan pocos segundos. La hinchada local cantando, la iluminación exquisita, visualizar a la primera el verde césped y reconocer a los jugadores, todo es perfecto.
Y todo parecía perfecto tras el gol de Jackson Martínez en el segundo tiempo, pero tras un error de Otamendi (de gran partido) llegó el empate y los silbidos y abucheos que poco a poco iban aumentando se volvieron ensordecedores cuando el árbitro dio por finalizado el partido con 1-1.
Un empate que acerca al Benfica al liderato sostenido por el Porto. Pero lo que preocupa no es la aproximación del rival, sino que a la mala racha en la competición doméstica hay que agregarle la posible eliminación en Champions League en fase de grupos y la floja adaptación de los nuevos refuerzos traídos por Jorge Nuno de Lima Pinto da Costa. El presidente de los grandes y redondos negocios, tras vender a James Rodríguez y Moutinho, tomó la decisión de apostar por el colombiano Quintero, los mexicanos Reyes y Herrera y Josué junto al entrenador Fonseca, ambos del sorprendente Paços de Ferreira revelación de la temporada pasada.
Esta vez, los fichajes aparentan necesitar un tiempo más largo de adaptación por lo que esta campaña podría ser de transición. Individualmente el único 'nuevo' que me dejó buen sabor de boca fue Josué (ya fue convocado con Portugal), de los 'antiguos' me quedo con Fernando, Otamendi y 'Lucho'.
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| Danilo de flojo partido es observado por Quintero... |
Cuando el esférico pasa por lo pies del meta Helton, el estadio enmudece y se puede percibir un miedo escénico importante. Los laterales Alex Sandro y Danilo pierden sorpresa en ataque debido a sus constantes subidas sin resultados ni ideas. Herrera obligó a Fernando a trabajar por dos, a robar y cortar las pocas llegadas del rival, y a distribuir. Sinceramente el mexicano tuvo un pésimo match, impreciso y con carencia de mando. El extremo Varela no está pasando por su mejor momento y las gradas se lo recuerdan cada vez que falla en un regate, filigrana o desborde. Lucho, Jackson Martínez, Maicon y el penúltimo cambio -Liça- cumplieron.
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| Mexer defendiendo los colores de su país... |
Pero si hubiera tenido la oportunidad de entregar el 'Man of the Match', no hubiese titubeado, su nombre es Edson André Sitoe, (Mexer) y juega en Nacional de Funchal. El central que lleva el número 4, oriundo de Maputo, Mozambique. Con 25 años no tuvo ningún miedo en ser el jefe de la zaga, nos dejó sorprendidos con su gran juego por alto, su tranquilidad para sacar el balón jugado, capacidad de anticipo y agilidad en balones divididos, la calidad de sus botas de color naranja que desprendían admiración para mis ojos y los de mis amigos que coincidían con la grata sorpresa que nos habíamos encontrado. Sin dudas, un jugador a tener en cuenta y seguir de cerca.
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| Foto en el entretiempo... |
La gente en general nos pareció muy educada y atenta -pudimos concretar una foto los tres juntos, gracias a la ayuda de un plateísta vecino que se prestó a fotografiarnos-, con buenos modales y en caso de los hinchas, un paladar muy bien acostumbrado a grandes gestas. Autopista de cuatro carriles, perfectas indicaciones y una llegada rápida al 'Dragón' y sin atascos por culpa de la lejanía con el centro de la ciudad.
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| Momento del gol, detrás la bulliciosa hinchada... |
Si le buscamos algún punto negativo a la cita, ese fue el ambiente frío de las tribunas salvo detrás de uno de los arcos, donde se encuentran los 'Super Dragones' que son los hinchas más radicales. Durante el enfrentamiento los jugadores se contagiaron de las gradas, ante un rival muy bien plantado en el terreno de juego y donde los dueños de casa rodaban el balón de forma aburrida y densa. Ante defensas cerradas algunas de las claves son: el movimiento rápido, diagonales para dar entrada a los laterales y presión adelantada. Nada se cumplió en la primera mitad. Pero en el segundo acto hasta el gol del colombiano Jackson, la situación fue antagónica, pero nuevamente el frío se contagió del público al jugador y viceversa hasta el gol del empate final.
Tras la cena en el Centro Comercial Dolce Vita, nos subimos al coche y me quedé visualizando Do Dragao hasta que lo perdí de vista entre la autopista y la lejanía. Había cumplido un sueño, ver al Porto donde en su momento triunfó Mourinho, el hombre de Setubal que dejó una sombra muy alargada, solo disimulada por Villas-Boas en menor medida...
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| Hasta la próxima Do Dragao... |
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