Velocidad y desequilibrio; otra de las nuevas caras de la Bélgica multicultural que asombra con sus jóvenes talentos. De los suburbios de Lieja al cielo; con apenas 17 años, ya debutó en la selección mayor de su país.
El descaro bien encauzado deja de ser algo malo. El descaro bien aplicado puede llegar a ser un don. Así presentamos a Zakaria Bakkali, un adelantado a su tiempo. Un adolescente que necesita jugar con ‘los mayores’ para seguir desarrollando sus aptitudes. Y está claro que ha explotado en el que es SU fútbol, en la Eredivisie. Con su estilo caracterizado, que no es otro que la velocidad y el desequilibrio. Puro fútbol del BeNeLux.
Hijo de inmigrantes procedentes
de Marruecos, Zakaria nació en Lieja, la ciudad más importante de Valonia, la
zona francófona de Bélgica. Y se crió en la Droixhe, un barrio periférico, una
zona de los suburbios de Lieja donde ya habían crecido otras de las actuales
estrellas de la selección belga como Benteke, Chadli o Witsel. Algún día
explicaremos cómo la decisión de dar una oportunidad a los niños de la calle
cambió radicalmente el presente y el futuro del fútbol belga.
Todo fue muy rápido para nuestro
aún joven protagonista. Tras destacar en las categorías del histórico y ahora
vagabundo RFC Liége fichó por el Standard de Lieja, el club más grande de la
ciudad y uno de los más importantes del país. De allí marchó a Eindhoven tras
conseguir el club neerlandés convencer a su padre con un apartamento para que
no tuviera que desplazar a su hijo desde Lieja. Este buen trato repercutiría en
el futuro inmediato de Zakaria pues tras salirse en un campeonato internacional
en Manchester, donde fue nombrado mejor jugador, su padre le convenció de
mantener los pies en Holanda y no fichar por el Manchester City, que hasta
había redactado su nuevo contrato.
De entonces a la actualidad.
Bakkali firma un contrato por tres temporadas con el PSV aún teniendo solo 16
años y el 30 de julio de 2013 debutaría en partido oficial con el club de la
Philips. Todo iba sobre ruedas, tras la marcha de Mertens un nuevo talento
belga asomaba y no defraudaba. Con tan solo 17 años desbordaba y encaraba como
su predecesor, no tenía miedo al rival, demostrar de lo que era capaz,
aprovechar las oportunidades, esas eran las premisas de Zakaria Bakkali. Y vaya
que si lo hizo, toda Europa quedó asombrada con el joven belga que no paraba de
tumbar contrarios en la Eredivisie.
Su primer gol lo anotaría ante el
Zulte Waregem. Caprichos del destino, un club belga. Y no solo marcaría, se
exhibiría. Poco después vendría un hat-trick en liga holandesa y entonces una
desafortunada lesión de poca gravedad cortaría su vertical ascensión. Volvió
con ganas pero sin un sitio en el once; Cocu se ha encargado de administrar sus
minutos con más pausa sabedor de que a las jóvenes promesas hay que cuidarlas
como posiblemente solo en Holanda sepan, una de las canteras más prolíficas del
mundo.
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| Zakaria ya tuvo minutos en la Selección Mayor |
Y tras partidos maravillosos ante
gente asombrada, lesiones en malos momentos y periodistas internacionalmente conocidos que muestran su
entusiasmo por ti llegó el debut con la selección nacional. Un tema delicado pues
le costó a Zakaria elegir Bélgica, la silueta de Marruecos planeaba en el
horizonte aunque seguramente siempre lo tuviese claro, bastante más claro que
el otro joven belga del momento que marca goles en Old Trafford.
Así, un adolescente de 17 años
se convertía en la nueva estrella de un país de once millones de habitantes que
estaba encandilando al mundo con su fútbol, con su talento, con su juventud y
su desparpajo. Un
jugador que a los pocos minutos de enfundarse por primera vez la camiseta de la
A de su país, con el 8 a la espalda, le quita un balón al jugador del momento a nivel continental cuando
este se dispone a chutar para ser él quien dispare a puerta. Sí, a Romelu Lukaku. Es el retrato de un adolescente que se quiere comer el mundo.
Yo sinceramente espero mucho de este chico. Tiene todo para que
la suerte se le ponga de cara y le brinde un futuro brillante. Un futuro que ya
se ha empezado a escribir en francés y flamenco.
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