El sueco puede llegar a perderse otro Mundial, luego de su ausencia en el 2010. El repechaje emparejó a los escandinavos con Portugal, el equipo de Cristiano Ronaldo. Este escriba desea que Ibrahimovic esté en Brasil.
Zlatan Ibrahimovic es el jugador que más me impresionó dentro de una cancha de fútbol. Sin haber tenido la suerte de ver en vivo a Cristiano Ronaldo, no tengo dudas en calificar al sueco como el futbolista más técnico del mundo, aunque no sea el mejor hablando de una manera global.
En 90 minutos, Ibra me demostró todo lo que podía hacer en una cancha. Fue el año pasado en un PSG-Toulouse (2-0 con un gol de Pastore y otro del nacido en Malmö) en el cual hizo lo que quiso. Es difícil o prácticamente imposible que alguien que mide 195 centímetros tenga esa ductilidad y plasticidad. Si visto por televisión impresiona, en cancha genera otro tipo de sensaciones.
Este fin de semana anotó uno de los mejores goles del año, sin lugar a dudas. Candidato a pelear por el Premio Puskas que otorga la FIFA. El Bastia lo sufrió, el Parque de los Príncipes se engalanó con su talento inigualable.
Sabemos que este deporte no es ni lógico ni justo. Pero sería realmente una picardía que esta bestia esté ausente de dos Copas del Mundo al hilo y que tal vez se retire (tiene ya 32 años) con un Mundial en el cual recién era un joven -en 2002 ingresó ante Argentina y ante Senegal desde el banco- y otro, el del 2006, donde aún no estaba en lo más alto del mundo del fútbol aunque ya perfilaba como delantero top.
El sorteo dispuso que Suecia se cruce en el repechaje con Portugal. Sí, uno de los dos megacracks (Ibra o Cristiano Ronaldo) se quedará afuera del Mundial, una verdadera lástima. Desde este rinconcito de Buenos Aires, estaré haciendo fuerzas por la técnica y la displicencia de Zlatan Ibrahimovic.
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