En un San Paolo repleto, el Napoli le ganó al Torino 2-0 con dos goles
de penal de Gonzalo Higuaín, que volvió a la titularidad. Así, sigue de cerca a
la Roma en la cima del Calcio.
Dio un paso adelante en su objetivo por pelear la Serie A, en su condición nuevamente de favorito. Aunque no tuvo el nivel que lo viene distinguiendo últimamente, en un partido que no le supuso demasiadas complicaciones. Sin poder entrar desarrollando su característico plan, la ventaja la consiguió de otra manera, la que le sirvió para acabar el encuentro en la primera etapa.
Rafa
Benítez dispuso el clásico esquema en Europa y tradicional en él, de 4-2-3-1,
con el doble pivote de contención con los suizos Inler y Dzemaili, los tres
mediapuntas y la vuelta a la titularidad de Gonzalo Higuaín. El belga Mertens
en lugar de Callejón, en una variante que buscó un mayor desequilibrio en los
últimos metros. El ex Real Madrid es el primer defensor de este equipo, el
incipiente originador de la presión a la salida rival. El extremo proveniente
del PSV tiene menos compromiso defensivo, y más habilidad para sacarse hombres
de encima.
Ese cambio
supuso un punto de inflexión en el partido, aunque de todos modos no fue el
esperado por el entrenador español. El conjunto napolitano salió a atacar al
Torino, sumó hombres en ofensiva en cada jugada, pero el orden de la última
línea visitante, con el repliegue de los volantes, le hacía imposible penetrar.
Hasta que apareció el delantero de esta gran generación de Bélgica.
Entre
toques y búsqueda de profundización y pase filtrado, apareció Mertens en el
ingreso al área, enganchó y se lo llevaron puesto. Penal, primera ejecución
perfecta del Pipa Higuaín, fuerte y arriba, para inaugurar el marcador, en un
juego que no se le estaba haciendo accesible en el comienzo a los del sur
italiano. Unos minutos más tarde, la misma intención y el mismo destino, aunque
esta vez un tanto polémico: remate forzado al arco de los celestes, la pelota
pegó en el brazo casualmente de un defensor y el árbitro sancionó otra vez la
pena máxima, a instancias del línea de atrás del arco que tuvo la jugada
siempre tapada por los propios cuerpos de los protagonistas. Segundo penal,
otro magnífico remate del centro delantero argentino, con una jerarquía notable,
totalmente diferente a la vez anterior, colocándola abajo al costado izquierdo
del arquero.
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La segunda ejecución de Higuaín |
Tuvo otras
dos oportunidades para marcar el "9", la primera con un disparo al ras desde afuera que
reclamaba un pase para un solitario Mertens, y otra en la que éste último lo
habilitó, aunque el portero rival se la atajó. De hecho, hasta le hicieron otro
penal, pero ya era imposible que se lo cobraran. Luego de un primer tiempo en
el que estuvo a la altura en su vuelta, en el complemento desapareció, tal vez
por el desgaste tras su lesión muscular.
En el
segundo tiempo, un Torino que no había sido tan inferior en la primera parte
(tuvo más porcentaje en posesión de balón, aunque no supo qué hacer con él)
chocó con sus propias limitaciones. Benítez ordenó a sus dirigidos cerca de su propia
área y dejó venir al rival, que solo pudo crear dos situaciones realmente
concretas que tampoco llevaron demasiado peligro.
El Napoli tomaba
la pelota y salía rápido de contra, aunque pecó de ser extremadamente
individualista en esas transiciones. Tanto Mertens, como Insigne o Hamsik
decidían hacer su propia jugada y culminarla por sí solos. En esos segundos 45
minutos, el Pipa no tuvo otra chance clara y fue sustituido, al igual que el
eslovaco Marek para resguardarlos, ya que el Calcio tendrá fecha entre semana y
este equipo deberá enfrentar a la Fiorentina.
Ingresó el
colombiano Duván Zapata, pero siguió con esa tendencia de hacer lo propio
cuando un Torino completamente desguarnecido dejaba grandes espacios libres y
los extremos locales picaban por las bandas. También entró el macedonio Pandev
y generó la expulsión de Basha, que lo tomó cuando se iba solo. En tanto, el
zaguero argentino Federico Fernández volvió a arrancar de titular, ante la
ausencia de Britos. La falta del central uruguayo también significó una falta
de variante en pelota parada: Napoli intentó esa jugada preparada de cabecear
en un costado hacia abajo del arco para empujarla a la red (como en el primer
gol al Milan), pero le faltó el interprete principal para desarrollarla.
Seguramente
Benítez habrá quedado tranquilo con esta victoria, en un trámite que no tuvo
muchas dificultades, aunque tendrá los lógicos síntomas de preocupación ante la
falta de juego asociado que demostraron sus futbolistas en fase ofensiva. Pudo
haber goleado, pero le alcanzó pare no perderle pisada a la Roma y romper una
racha negativa, que decía que desde 1996 que no le ganaba en casa a este
adversario.
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