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¿Será este año?

El optimismo supera al derrotismo en el Atlético de Madrid. 17 años sin ganar La Liga, con un descenso incluido en este período, hicieron de este equipo un socio a la decepción. Pero desde la llegada de Simeone, todo parece haber cambiado.



Cuando hace diez años, en la temporada 03-04, el Valencia fue campeón con Rafa Benítez a la cabeza, nunca más un equipo que no fuese Barcelona o Real Madrid conquistó el primer puesto al final de la temporada. A día de hoy, cuando la diferencia tanto económica como futbolística se acrecienta cada vez más, resulta utópico creer que otro conjunto pueda consagrarse en España.

El Cholo llegó al Atlético de Madrid en 1994 y rápidamente se transformó en un jugador clave para el equipo. Más adelante fue nombrado capitán y considerado un emblema para la hinchada que lo veía como a uno de sus grandes ídolos. Dos años después, en la 95-96, vivió su gran año, logrando el doblete (Liga y Copa del Rey) de la mano de Radomir Antic y formando un gran equipo con Caminero, Pantic y Kiko, entre otros.

Aquella Liga rompió la hegemonía de 11 años viendo a Barsa o al Madrid en la cúspide de la tabla. Hoy se busca lo mismo, acabar con esta racha que hace predecible al fútbol español. Para ello, Simeone cuenta con la seguridad de su arquero Courtois, con una defensa sólida con Miranda y Godín, un mediocampo cubierto por Mario Suárez, Arda Turán y Gabi y en ataque posee a un luchador como Diego Costa y un temible goleador como David Villa.


Simeone le dio una identidad al Atlético.
En los últimos años el conjunto Colchonero, a diferencia de los dos poderosos, tuvo que sufrir el alejamiento de sus figuras que buscaban un club con mayores objetivos. En un principio fue Fernando Torres, quien se fue al Liverpool. Para suplir esta huida, la dirigencia fue en busca de Sergio Agüero y Diego Forlán. Ambos formaron una gran dupla que dio varias alegrías y alguna que otra visita a la Fuente de Neptuno (lugar donde se celebran los títulos) al ganar la Europa League al Fulham y la Supercopa de Europa frente al Inter de Milán. El argentino y el uruguayo también se alejaron del equipo para dar paso a Radamel Falcao García, quien venía del Porto con goles bajo el brazo.

Para muchos “atléticos”, Falcao será insuperable, un delantero completísimo que marcó una época en el Vicente Calderón. Metió dos golazos en la final de la Europa League al Athletic de Bilbao y tres al Chelsea en la Supercopa de Europa, ambos con Simeone como entrenador. El Tigre después de dos temporadas y de ganar la Copa del Rey en el Santiago Bernabéu al propio Real Madrid también abandonó el equipo con la excusa de mejorar en su carrera y se fue al Mónaco francés.

Esta temporada había comenzado con incertidumbre. La ausencia del goleador que transmitía la sensación de ser irremplazable era notoria, hasta que el club dio un golpe en la mesa y contrató a David Villa.


La nueva carta de gol Colchonera.
La llegada del Guaje, para este humilde redactor, el mejor delantero centro del mundo, sumado a la gran Supercopa española disputada frente al Barcelona y al haber cambiado cuatro partidos de Liga por sendas victorias, genera una ilusión que hacía tiempo no se sentía cerca del Río Manzanares. El Atlético promete dar pelea, con un presupuesto menor, con un proyecto más inestable y complicado, pero con la garra de un conjunto que asemeja a lo que su técnico fue como jugador. El rojiblanco es la única esperanza de cambio. Es David frente a dos Goliat.     

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