Francia se llevó el título del Mundial Sub 20 tras derrotar a Uruguay por penales. La Celeste fue un poco más pero se encontró siempre con Areola que en la definición tras los 120 minutos volvió a aparecer.
Cuando un juego se define por penales hablar de un gran vencedor suena a hueco; más aún si se trata de la final del un campeonato. Desde los doce pasos se dirime quién será campeón y quién no y siempre queda esa sensación de injusticia o de que al menos en el juego, la diferencia no pudo ser plasmada.
Cuando un juego se define por penales hablar de un gran vencedor suena a hueco; más aún si se trata de la final del un campeonato. Desde los doce pasos se dirime quién será campeón y quién no y siempre queda esa sensación de injusticia o de que al menos en el juego, la diferencia no pudo ser plasmada.
Eso le cabe perfectamente al Francia-Uruguay que terminó con la consagración de los galos en la definición del Mundial Sub 20. Probablemente el conjunto azul haya sido el mejor del certamen, pero en la definición ante los Charrúas no solo no merecieron ganar, sino que si el arquero Areola hubiera tenido una jornada menos lúcida, seguramente el trofeo hubiera sido de los Celestes.
Que Uruguay iba a disputarle de forma concreta el juego a Francia era indudable. Es que si bien a priori los europeos llegaban como candidatos -la riqueza de su plantel y la solvencia en algunas exhibiciones anteriores forjaban esa idea- a cualquier equipo de uruguayos ir de punto les sienta bien, incluso mejor que llevar el peso del encuentro.
Una defensa muy firme, con Giménez en la zaga y Cristófaro en el mediocampo, le daba estabilidad al equipo de Verzeri quien diagramó una presión a partir del centro que agobió a la dupla Pogba-Kondogbia, la clave francesa en todo el campeonato. Eso hizo que las pocas acciones de peligro fueran arremetidas de Thauvin y en ese panorama Sanogo quedaba solo y expuesto. El flamante 9 del Arsenal necesita compañía y juego asociado detrás de él para demostrar su jerarquía.
Tuvo mejores opciones Uruguay a lo largo de los 120 minutos. El Diente López no fue claro, a Avenatti nunca le quedó ninguna clara. Y siempre apareció Areola. El arquero del PSG es una de las gratísimas noticias de este certamen.
El devenir del juego por las modificaciones que debió incluir el técnico oriental le negó la chance a Rolán de poder entrar. Si el futbolista que pasó al Bordeaux hubiera tenido minutos podría haber sido un magnífico socio para otro que no fue titular: Giorgian De Arrascaeta. El volante fue muy claro en su ingreso y estuvo muy cerca de darle el triunfo a Uruguay ya sea con algún remate o con un pase preciso.
Pero fue todo cuestión de penales. Así como Uruguay superó a Irak (la gran noticia del certamen) por esa vía, en esta oportunidad la resolución le fue esquiva. En un juego con pocos matices, en el cual el rigor táctico uruguayo fue superior al músculo francés, Areola sumó créditos como para ser elegido el jugador de la final.
Título inédito para Les Bleus que más allá de su gris juego inicial ante España y el insípido nivel en la noche de Estambul han sido los mejores del certamen. Para Uruguay, la confirmación de que está horneando una gran camada: estos chicos fueron subcampeones en la categoría Sub 17 hace dos años en México.
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