El Wigan de Roberto Martínez obtuvo por primera vez en su historia un torneo importante en Inglaterra tras
vencer agónicamente en la final al poderoso Manchester City. Fue 1-0 y así los Latics se quedaron con la FA Cup, el trofeo más añejo del fútbol mundial.
En el duelo
entre el equipo rico y poderoso lleno de jugadores de elite y otro más humilde
que pelea por no perder la categoría, este último fue el que terminó sonriendo
al final de los 90 minutos; de manera agónica y sufriendo como siempre.
Si bien el
partido estuvo peleado en la mitad de la cancha, el Manchester City intentó
tirarle encima al Wigan su categoría de favorito con sus jugadores estrellas como Sergio
Agüero, Carlos Tevez, Nasri, Yaya Touré, entre otros.
Aun así, los jugadores celestes no pudieron romper el cero ya que enfrente se encontraron con una defensa bien parada, que a veces pasaba de 4 a 6 hombres, y con un guardameta como Joel Robles Blazquez que tapó todos los tiros que le remataron. Una importante fue a Tevez que el arquero español la desvió a contrapié con la pierna derecha y mandó afuera.
El Kun sufrió el partido |
Aun así, los jugadores celestes no pudieron romper el cero ya que enfrente se encontraron con una defensa bien parada, que a veces pasaba de 4 a 6 hombres, y con un guardameta como Joel Robles Blazquez que tapó todos los tiros que le remataron. Una importante fue a Tevez que el arquero español la desvió a contrapié con la pierna derecha y mandó afuera.
Pero el
Wigan no se quedó atrás todo el encuentro, sino que salió a jugarle de igual a
igual a su rival más allá de la diferencia de nivel que en definitiva no se
notó porque los conducidos por Roberto Martínez generaron muchos dolores de
cabeza, sobre todo por la derecha con Callum McManaman. El mediapunta por derecha
se puso de wing por ese sector y realizó muchos quiebres de cinturas, dejando a
varios defensores del City en ridículo.
McManaman fue la gran figura |
Los últimos
minutos fueron todo del Wigan, alentado por una hinchada que festejaba los
corner como si fuese goles, y que embistió a su rival que jugaba con 10 por la
expulsión de Pablo Zabaleta.
La
desesperación de Roberto Mancini hizo mandar a Dzeko para tirarle centros
salvadores, pero ninguno tuvo éxito.
La dama de
la victoria esta vez le sonrío a un equipo muy humilde que nació en 1897 y que
recién en 2013 pudo levantar su primer trofeo importante en su historia en el
profesionalismo (antes se había quedado con el ascenso de la Liga Uno en la
temporada 2002/03).
Una alegría
en tiempos en que el Wigan no pasa su mejor momento en la Premier League ya que
pelea por mantener la categoría, pero es un triunfo que se va a festejar por sus
hinchas por siempre.
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