West Bromwich perdió de local ante el Arsenal por 2 a 1. El
conjunto del argentino Claudio Yacob tuvo las oportunidades más claras pero no
pudo quedarse con los tres puntos, ni siquiera con lo que hubiese sido un
merecido empate. Los de Arsene Wenger fueron contundentes y por ahora se
metieron en zona de Champions.
El fútbol es atrapante por eventos como estos, y cuando el
final de la temporada acecha aparecen los nervios y las obligaciones. El West
Brom fue superior desde el arranque hasta el final del encuentro. Algunos minutos
donde el visitante manejó la redonda, le bastaron para perder un partido de
forma inmerecida. En los minutos finales acrecentó la búsqueda del gol pero no
llegó a buen puerto.
De la mano de Tomas Rosicky, que marcó los dos goles, los ‘Gunners’
fueron infalibles a la hora de llegar al arco de Ben Foster. Sin manejar los
hilos del encuentro y con un hombre de menos para los últimos 20 minutos el
Arsenal se llevó tres puntos de oro para su lucha de conformar el cuarteto que
va a formar parte de la próxima Champions League.
Desde el arranque el local se hizo amo y señor en la cancha.
La visita se obligó a esperar muy atrás y utilizar la velocidad de sus players
para armar contras letales. Una de las más claras que tuvo el West en la
primera etapa fue una doble llegada de Yacob. El ex Racing metió un cabezazo
que Rosicky salvó en la línea y en la misma jugada metió, luego, una chilena.
Pero la respuesta no tardó en llegar y el mismo que salvó al
Arsenal de su caída, le puso arriba en el marcador. Enorme jugada de Gervinho y
un tiro-pase a la cabeza del volante de República Checa que selló el 0-1.
Después el conjunto Gunner tuvo la posibilidad de aumentar pero una mala
dirección terminó con el balón fuera de los parámetros de la cancha.
En la segunda mitad el Arsenal golpeó primero. Otra vez
Rosicky fue el que convirtió el tanto. Remate a las manos del arquero, rebote y
otra vez el checo la mandó al fondo de la red. Doblete del volante, que no
convertía un par de goles desde el seis de enero de 2007.
Con la ventaja de dos goles el visitante se replegó atrás.
El local metió a Lukaku, su goleador, y cambió la cara del equipo. La balanza
se terminó por inclinar para el lado del West y tuvo demasiadas chances para
convertir el descuento y hasta el empate. Y si le daban unos minutos más la
victoria no era tan lejana.
De tanto ir el local tendría su regalo. Un penal convertido
a gol en los pies de Morrison. En esa jugada el Arsenal se quedó con diez por
la expulsión del defensor Mertesacker.
Los 20 minutos que le siguieron a ese gol fueron de puro
nerviosismo por ambos lados. La más clara la tuvo Lukaku que podría haber empatado
el encuentro. Hubiese sido lo más lógico y merecido. Pero la mala fortuna le
jugó una mala pasada al West Brom.
Terminó el partido y el Arsenal se llevó tres puntos que lo
acomodan en la cuarta posición de la Premier, ahí en zona de Champions. Por el
lado del West, quedó el sabor amargo de no obtener ni un punto en un encuentro
donde mereció y lo buscó por todos lados.
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