Liverpool dio una lección de fútbol y demostró así que, la posición que ocupa en la tabla, es un poco
mentirosa en relación a lo que es su juego actual. Ganó y bailó a un Wigan
Athletic, que camina en la cornisa, de la mano de Luis Suárez y Philippe
Coutinho.
La gente de Anfield Road se
ilusiona. Sueña con alcanzar ese quinto puesto que le daría la clasificación a las
copas que tanto se anhelan en la Premier League. Los
reds marchan séptimos en esta competición a seis puntos de lo que sería su
meta para las restantes fechas.
Del otro lado. Wigan Athletic está en
la pelea en la que ningún club quiere estar: con 24 unidades, camina por la
cuerda floja en el fondo de la tabla. Una victoria o un empate del Aston Villa -el lunes ante el
Manchester City- lo dejarán como uno de
los tres equipos que la próxima temporada irán a parar a la segunda división.
Con el fantasma del descenso
tocándole las puertas del vestuario, los locales a los treinta segundos, atacaron el arco de Pepe Reina de la mano de McArthur por la banda derecha y con Kone, mientras que Di Santa era el referente de área. Pero todo terminó cuando, luego de otro centro al área de Liverpool,
el arquero Reina descolgó la bola y metió un pase de 70 metros que paró
Philippe Coutinho (a seguirlo de cerca) quien encaró, metió el centro y Downing
de cabeza a los dos minutos del encuentro, ya escribía la crónica del final.
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Figura, Coutinho manejó los hilos del Liverpool |
Y todo se empezó a cerrar cuando
Steven Gerrard se la dejó a Coutinho apenas pasando la mitad de cancha y el
brasileño dejo pagando a McArthur y puso entre los centrales un pase excelente
para Luis Suárez, que amagó y definió con el arco vacío, sentando a Al Habsi que nada pudo hacer. Así todo para los Rojos, se pintaba de
celeste. Con un uruguayo goleador de la Premier.
El partido se manejaba al ritmo de
los mediocampistas rojos que tenían la pelota y jugaban como querían ante un
Wigan que no hacía absolutamente nada. Y para colmo, no tenían suerte: el yorugua ejecutó un tiro libre, rebotó en la barrera - más precisamente en Maloney- y
descolocó al arquero que no llegó nunca. Luisito aumentaba su cuenta personal y
los contrarios no lo podían creer.
Y menos, cuando un minuto después salieron a buscarlo y
Di Santo se volvió a encontrar con un Reina fantástico que le desvió un
frentazo a la zona alta del arco. Se terminaba el primer tiempo y
Beausejour, el chileno, pateó un tiro libre a la zona del ángulo y otra vez el
héroe José Pepe salvó a los Reds.
El segundo tiempo, estuvo de más, sólo
sirvió para que a los tres minutos el uruguayo Suárez lograra su Hat-trick y pudiera
llevarse la pelota. La misma de la que fue dueño su equipo hasta el final. ¿Y de
Wigan? Nada. Los de Roberto Martínez, ni
una idea.
Mientras tanto, los Reds, de Brendan
Rodgers, se vistieron de celestes gracias a Luis Suárez, que llegó al puesto número uno de los goleadores de la Premier, dos goles sobre Robin Van Persie. Hoy llegaron a la séptima posición, sumando
una victoria que no los desprende de arriba y que les permite soñar con las
copas.
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