Una aplanadora de fútbol y de goles. Eso fue el Real Madrid el sábado ante el Mallorca en el complemento. En pocos minutos los Merengues dieron vuelta el resultado con mucho volumen de juego. Un rato como para guardar en la videoteca..
El libro Senda de Campeones, si no lo leyeron deberían hacerlo, tira entre sus líneas que muchos de los técnicos o los ojeadores del Barcelona tienen la vista tan entrenada, que con sólo ver cómo un jugador para la pelota y da un pase ya saben si ese futbolista tiene condiciones o no. Gran ciencia, obviamente, y esto confirma lo bien armada que está la cantera de ese equipo, pero por suerte en muchas ocasiones nosotros, la patria futbolera, podemos tener esa pizca de eficacia y sabiduría y nos podemos mofar de saber qué ocurrió en un partido con sólo ver ocho minutos.
Claramente de esta manera sólo haremos un análisis más corto y mucho menos elaborado, aunque sin animo a equivocarme prácticamente estaríamos dando en la tecla y muy pocos podrían debatir sobre lo que afirmamos. Para identificar de inmediato de qué hablamos le doy un ejemplo reciente: Real Madrid 5 - Mallorca 2. Los blancos perdían 2-1 y parecía que se venía la noche, sin embargo en seis minutos el encuentro dio un giro de 180° y como dicen por estos pagos "andá a cantarle a Gardel".
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| La belleza del buen toque.. |
Eficacia pura señores y sin atenuantes, nadie puede retrucar esto. Alguno me saltará a la yugular y me dirá que el Real es una potencia del fútbol y que poco pueden hacer los mallorquíes ante esta situación. Es verdad, en cierto punto, pero para ser potencia o un grande hay que demostrarlo, eso no se compra y estos son los partidos donde uno termina diciendo "qué equipazo". Además hay diferentes formas de llegar a la victoria y lo que hizo el Madrid contra los de Gregorio Manzano es la mejor representación de que se puede dar vuelta un resultado sin ir a los ponchazos.
Esto es algo de lo que hace escuela el Barcelona y que los Merengues plasmaron en este cotejo, porque los tres goles que pusieron en ventaja a los de Mou fueron golazos. Un cabezazo hermoso de Cristiano Ronaldo, un animal del fútbol que hay que disfrutar antes de que defenestrar, un zapatazo de Luka Modric, un volante que parece que no está pero siempre está, y una jugada que sale del cerebro de un tipo que tiene otra estirpe, otro andar. Que juega a otra cosa: Mesut Özil. Todo el mundo pedía el pase atrás, me incluyo, pero él hizo la pausa y con eso se adelantó a todos, sí muchachos a veces el que hace la pausa es un adelantado. Higuaín entró sólo por el otro lado y el alemán le dijo "tomá hacelo".
Me pongo de pie y aplaudo a un team que hace esto en tiempos en los que muchos equipos no tienen idea de qué hacer cuando salen a la cancha. Faltan ideas y creadores, aunque sobran batalladores. Aplaudo la belleza de la eficacia, de la contundencia y de la manera que se llega a esto. Acumular gente en el área no es ser más ofensivo es sólo eso acumular. Alguna vez se puede llegar a un triunfo con seis delanteros, pero también puede pasar lo mismo si ponemos seis defensores. El fútbol es versátil y he ahí parte de su magia, aunque a mí me gustan las cosas lindas y algo lindo es dar vuelta un resultado tirando paredes y no pelotazos sin sentido..
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