Ads 468x60px

.

Amén hermano, amén..

El Papa renunció y la noticia retumbó en el mundo entero, pero a nosotros lo que verdaderamente nos preocupa es que la bola siga rodando en el Vaticano¿Ah no tenían idea que tiraban paredes por ahí?. Entren y despejen sus dudas. Habemus fútbol..





Que ninguno se ofenda, ni nos trate de herejes o nos quiera prender fuego en una hoguera  a la hora de leer esta nota, porque nuestra intención no es pasarle factura al pobre (?) de Benedicto XVI pero tuvimos que meternos en este terreno porque ellos se metieron en el nuestro. Ojo por ojo le dicen y es horrible, bah tampoco tanto aunque hasta nosotros quedamos sorprendidos cuando nos enteramos que en el Vaticano también le dan a la redonda o tiran paredes con la sotana puesta. Si desvariamos sepan disculpar, igualmente quedan avisados.

Según los datos oficiales o según lo que aparece en la biblia de la internet, es decir Wikipedia, la Ciudad del Vaticano tiene unos 900 habitantes y una extensión de 44 hectáreas  lo que lo hace el estado más pequeño del mundo. Como verán no tienen demasiado espacio como para tener súper estadios y tampoco muchos jugadores como para seleccionar. Igualmente se las ingenian como para hacer todo esto a pesar de sus dificultades.

Estos muchachos tienen su propia liga de fóbal, la Clericus Cup, un torneo que se disputa en forma anual y que cuenta con la participación de los equipos de las universidades romanas. Los cupos de jugadores son ocupados por seminaristas que estudian para convertirse en sacerdotes y hay bastante diversidad porque hay players de 65 naciones diferentes, aunque en su mayoría estos muchachos son de Latinoamérica. Esto último nos hace pensar que debe haber laterales brasileños tirando diagonales o defensores mexicanos recios, aunque también aparecen muchos players italianos, con lo cual nos quedará la duda de si jugarán al catenaccio religiosamente (?).


Trofeo de la Clericus Cup, que también para reproducir CD..
Los teams no sólo cuentan con estudiantes, sino que también tienen entre sus filas a los propios sacerdotes. El certamen está compuesto por 16 conjuntos que se dividen en cuatro zonas y los ocho primeros pasan a la segunda ronda, como verán no es ninguna ciencia y copiaron la planificación más básica que puede tener un torneo. Teléfono para Don Julio que capaz tampoco va a la iglesia los domingos y nadie lo avivó de todo esto. 

Igualmente, la cosa más rara que tiene esta competencia es que además de las típicas tarjetas que se usan normalmente, aparece una de color azul. No sabemos el porqué de la designación de esta coloración, pero si el árbitro te la saca en medio del partido tenes que rezar veinte padres nuestros, tres Ave María y hacer la danza de la lluvia (?). Si se creyeron todo esto, sinceramente es para que sean desterrados de sus sociedades, ya que lo único que pasa si llegan a ver esa  cartulina es que estarás cinco minutos afuera por conducta antideportiva. 


Un hombre bendecido por Dios y el Papa.. 
Como sabrán, por lo general, nos gusta destacar cuestiones o cosas que muchos otros no perciben o simplemente dejan pasar y aquí vamos a detenernos en el trofeo de este campeonato: un balón con sombrero de clero y unos timbos de los viejos. Da tierno, no lo nieguen, lo que también da tierno y está lejos de ser parecido a lo que se cataloga como normal en los estadios son los hinchas de los diferentes equipos que disputan la Clericus Cup, quienes como imaginarán no emiten un insulto ni por casualidad y creemos, sin temor a equivocarnos, que si llegarán a hacerlo salen corriendo a confesarse. 

El Viejo Testamento (?) asegura que el fútbol hizo incursión en tierras vaticanas en el siglo XVI y el primer encuentro se dio el 7 de enero de 1521, frente a la presencia del Papa León X, aunque esta iniciativa no duró demasiado y para volver a ver rodar un balón por esos pagos hubo que esperar hasta la era moderna allá por 1947. A pesar de todas estas movidas recién en 1973 se pudo realizar el primer campeonato del Vaticano y fue ganado por el Osservatore Romano. Ya sé, ya sé parecemos Wikipedia, pero queríamos aclarar que esta unión iglesia-fútbol ya tiene un par de años. 


                   


Esto no se queda acá eh, porque como saben todos los países del mundo tienen su seleccionado, avalado por la FIFA o no, y obviamente el Vaticano no podía ser menos. Si no la gana la empata diría mi abuela. Es decir existe la Selección del Vaticano, sin embargo no se puede decir que es un equipo armado o en etapa de formación porque más bien es una idea que nunca termina de plasmarse. La idea más concreta apareció en el 2006 de la mano del cardenal Tarcisio Bertone, actual Secretario de Estado, quien es un enamorado de la pelota y propuso formar un team para participar en las competiciones UEFA, algo que sigue rondando en el aire pero que es casi imposible. 


Este seleccionado está formado por sacerdotes, guardias de los museos y seminaristas, quienes deben vivir en esos pagos para poder representarlo porque recordemos que conviven personas de diferentes nacionalidades en ese sitio. Por ese entonces hasta se designó a un DT, el groso italiano Giovanni Trapattoni, quien es un ferviente creyente y que luego de largar los hábitos (léase retirarse) por su loca mente corre la idea de hacerse cargo del equipo. 


Selección del Vaticano, año sin establecer y les debemos los nombres (?)..
El prontuario de la selección vaticana carga con dos partidos amistosos, uno frente a los siempre queridos muchachos de San Marino y otro frente a Mónaco, el país no el equipo burritos. Como todos somos iguales antes los ojos de Dios, ambos encuentros terminaron empatados en cero, así que el todo poderoso quedó feliz porque ninguna de sus creaciones terminó triste por la derrota. Además, por si a alguno le interesa o es coleccionista de camisetas, la casaca de este combinado es amarilla y blanca y para ser sinceros es bastante fea. Que me perdone Dios..

0 Comentarios..:

Publicar un comentario