Hacía once años que el Atlas no ganaba cuatro partidos de manera consecutiva… hacía mucho que un cuadro rojinegro no ilusionaba tanto a una hinchada necesitada de motivos para levantar orgullosa sus banderas rojinegras… pero nunca abandonamos: resistimos burlas, críticas y humillaciones; porque estábamos convencidos de que, tarde o temprano veríamos un Atlas triunfador, ese del que hoy nos sentimos orgullosos, ese que inició la temporada con el esfuerzo, la entrega y la determinación como bandera, pero que en el camino ha ido encontrando empaque, personalidad y mucho fútbol por momentos.
Son ahora siete jornadas tras las
cuales (a la espera de lo que pase con Querétaro) tenemos una ventaja de diez puntos en el tema porcentual… nos ubicamos terceros en la tabla (a un punto del
líder, Tigres) y con las ilusiones a tope.
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| Gracias |
El partido de la fecha 7 se
antojaba complicado (cuando no) porque si bien Monterrey llegaba al Jalisco con
dos derrotas en fila, no es para nadie novedad que ellos cuentan con uno de los
mejores planteles del balompié azteca. Y lo hicieron notar nada más iniciando
el compromiso cuando el arquero rayado,
Jonathan Orozco, salió rápido y sorprendió a la zaga atlista cuando encontró por
mitad de campo al habilidosos Omar Arellano quien condujo, se quitó con
facilidad risible a Lucas Ayala y con una espectacular vaselina terminó la
jugada gritando gol. Apenas ocho minutos y el rojinegro estaba en desventaja,
enfrente: uno de los ataques más mortíferos con Chupete Suazo como estandarte, la
cosa no venía bien. Fue el mismo chileno quien cerca estuvo de aumentar la
ventaja para los norteños, sin embargo una nueva vaselina encontró el poste y
el Atlas se salvaba cuando Monterrey era superior en el encuentro.
Sin embargo, pareciera que Tomás
Boy nunca se equivoca a la hora de elegir el once y es que, de José Luis Chávez
(el boliviano que llegó como refuerzo para esta temporada) habíamos visto y
disfrutado poco y nada (apenas 17 minutos en el torneo), incluso en este juego
no había mostrado mucho. Así y todo, Boy lo puso de inicio y el boliviano se
retrató en el marcador cuando cabeceo un espectacular centro de Rodrigo Millar
(un crack) al 35 y puso de nuevo paridad en el marcador. Igualdad y al descanso.
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| Chávez y su estreno goleador |
Tras la pausa Monterrey parecía
más incisivo, tenía la pelota y buscaba hacer daño, a pesar de eso fue Atlas
quién terminó por darle vuelta al marcador cuando Omar Bravo al 54 anotó un
poema de gol, es un hecho que el delantero anda derecho.
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| Omar marcó un golazo |
A partir de ahí el
Atlas sacó todo el oficio del mundo, con cambios posteriores que vinieron a
reforzar el medio campo, se dedicó a mantener la pelota y a dejarle poquitas
oportunidades a La Pandilla, que sin
embargo las tuvo… pero es ahí donde nuestros baluartes en defensa se magnifican
jornada a jornada, cuando las arremetidas del rival les dan la oportunidad de erigirse
como indispensables, Pinto salvó una y Cufré una más, para garantizar los
nuevos tres puntos.
Atlas, atlas de mi vida… cada día
me ilusionas más aunque, tan acostumbrado como estoy a las derrotas por
momentos me parece hasta inmoral ganar tanto… Ganamos, estamos arriba y cada
vez muestras más argumentos para garantizar tu permanencia en primera, todo es
felicidad, todo es armonía y nosotros creemos en ti… cada vez más.
Otras entregas de Sufrir. sufrir contigo:
- Sufrir, sufrir contigo…Prólogo
- Sufrir, sufrir contigo. Capítulo I: Indolencia
- Sufrir, sufrir contigo. Capitulo II: Por fin volviste
- Sufrir, sufrir contigo. Capitulo III: Cara a cara con elabismo
- Sufrir, sufrir contigo. Capítulo IV: Crónicaspost-embarguianas
- Sufrir, sufrir contigo. Capitulo V: Insinuaciones sutiles
- Sufrir, sufrir contigo. Capitulo VI: Un grito desde el cielo
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