El zurdo regala fútbol en cada partido, pero sin embargo no goza del reconocimiento que se merece. Visión de juego, gambeta y gol son sus características. Partícipe de las gestas de La Roja, fue rechazado en el Real Madrid por "bajito" cuando tenía 12 años.
Si pensamos en el Manchester City, su nombre no será necesariamente el primero que se nos venga a la cabeza. Si lo hacemos enla Selección
Española , seguramente ocurra lo mismo. Es que a David Silva
le toca rodearse de cracks –sobre todo en La Roja- y a veces eso hace que el bosque nos tape
el árbol: el volante canario es un excelso jugador de fútbol.
Si pensamos en el Manchester City, su nombre no será necesariamente el primero que se nos venga a la cabeza. Si lo hacemos en
No tiene el perfil mediático de Cristiano Ronaldo o Zlatan Ibrahimovic, no rompe récords como
Lionel Messi, no le toca jugar en un club que se imponga de manera hegemónica
como en el caso del Barcelona (culpa en parte esto de Roberto Mancini) lo que
hace que su figura no resalte tanto como la de Xavi Hernández o Andrés Iniesta.
Es por eso, que Silva entra dentro del marco de las figuras silenciosas.
Ya sumó una Premier |
Sin
embargo, no siempre fue reconocido por ese mundo del fútbol. Es que a los 11 y
a los 12 años, el nacido en Arguineguín, Islas Canarias, tomó su pequeño bolso
y se fue a probar a las filas de la cantera del Real Madrid. En ambos casos
ocurrió lo mismo: les gustaban las aptitudes del chico, pero no convenció por
ser muy diminuto.
Intentó Florentino Pérez arreglar esto en el 2009 y en el 2010, pero no logró atar a
Silva, a quien en realidad le gusta que le llamen David Jiménez (el apellido de
su padre). José Mourinho no lo tuvo como prioridad en su llegada al Paseo de la Castellana y así, el
Manchester City terminó haciéndose con los servicios del futbolista surgido en
el Valencia. Hoy, Merlín (o el Chino, como le dicen en su familia) es el
futbolista español mejor pago del mundo, tras su última ampliación de contrato
con los Citizens.
Fue
el equipo Ché el que lo cobijó cuando entraba recién en la adolescencia.
Familiero, tímido y callado, para el niño de apenas 14 años, el traslado a la
ciudad mediterránea fue realmente duro y más de una vez pensó en volverse. Al
menos en su primer año en Valencia. Su abuela, vía telefónica, fue su mejor
contención.
El día de la goleada histórica |
Pero
así como es tímido y mantiene un perfil bajísimo, Silva es muy tozudo. Jugar al
fútbol era su sueño y pensaba hacerlo realidad. Es que además de su sueño, era
su pasión en la vida; desde chico (a veces usando naranjas y papas en lugar de
pelotas) se había relacionado con este deporte en clubes locales de Las
Canarias.
Su
talento era sobresaliente; pasó por todas las categorías de las selecciones
menores de España. A los 17 años, y viendo que podía llegar a cortarse su
progresión, pasó cedido al Eibar, en la Segunda División.
También tenía una oferta del Parma, hecha por el mismísimo Arrigo Sacchi. En
ese año se adaptó a jugar ante rivales más fuertes y se destacó: el equipo salió
cuarto con él como abanderado; además dio la nota en un partido clave por el
ascenso ante el Lleida, cuando en una acción de peligro envió la pelota afuera
porque había un rival caído (el partido terminó en empate en cero).
Una
temporada en el Celta –también a préstamo- fue la antesala del inicio de su
historia en Mestalla. Para este momento, ya llevaba 9 goles como profesional,
esta cifra sólo iría en aumento. 40 goles marcaría con el equipo Ché y apenas
unos pocos meses después de su debut con el Valencia le llegaría su primera
chance en La Roja. En
noviembre de ese 2006 Luis Aragonés lo citó para un amistoso con Rumania.
Su
juego es vistoso, pero sobre todo refinado. Es concepto puro; tocar y
desmarcarse, tocar y quedarse. Zurdo nato, parece tener una pluma en su botín y
siempre juega con la cabeza levantada. Es lógico que Iniesta, Xavi o Cesc lo
ponderen de esa forma. Más de uno incluso habló que es quien ocupa el lugar que
Messi tiene en el Barcelona. El biotipo físico y la zurda endiablada los tiene,
no juega tan cerca del arco rival, por otro lado.
Hoy
por hoy, en el City, también está rodeado de futbolistas que suelen aportarle
soluciones. Es que tanto Agüero como Yaya Touré parecen ser socios ideales, uno
como opción de pase, el otro como aquel que lo abastece de la pelota. Pelea
muchas veces contra las decisiones de su entrenador; con un equipo con una
mentalidad más grande, Silva se destacaría más todavía.
Cabeza levantada y balón al pie |
Bicho
raro, no le gusta jugar a la Play.
Si le preguntan por su primer recuerdo de la Selección dirá el codazo de Tassotti a Luis Enrique y el mejor partido que vio en su vida fue la final
del Real Madrid ante el Bayer Leverkusen, por el gol de Zidane. Este es
David Silva, un héroe desde el silencio.
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