Ads 468x60px

.

Figuras silenciosas: David Silva


El zurdo regala fútbol en cada partido, pero sin embargo no goza del reconocimiento que se merece. Visión de juego, gambeta y gol son sus características. Partícipe de las gestas de La Roja, fue rechazado en el Real Madrid por "bajito" cuando tenía 12 años.   




Si pensamos en el Manchester City, su nombre no será necesariamente el primero que se nos venga a la cabeza. Si lo hacemos en la Selección Española, seguramente ocurra lo mismo. Es que a David Silva le toca rodearse de cracks –sobre todo en La Roja- y a veces eso hace que el bosque nos tape el árbol: el volante canario es un excelso jugador de fútbol.

No tiene el perfil mediático de Cristiano Ronaldo o Zlatan Ibrahimovic, no rompe récords como Lionel Messi, no le toca jugar en un club que se imponga de manera hegemónica como en el caso del Barcelona (culpa en parte esto de Roberto Mancini) lo que hace que su figura no resalte tanto como la de Xavi Hernández o Andrés Iniesta. Es por eso, que Silva entra dentro del marco de las figuras silenciosas.


Ya sumó una Premier
Pero que los medios o muchos hinchas y fanáticos no le den el lugar que se merece a Silva no redunda en que todo el mundo del fútbol lo haga: compañeros, rivales y entrenadores se la pasan resaltando las virtudes del mediocampista que en enero cumplirá 27 años. Le ves tocarla pelota, cómo busca los apoyos, cómo regatea con el control, y parece que se haya criado con nosotros”, dijo en algún momento Xavi, en referencia a que parece tener el ADN Barça. “Va a marcar una época”, comentó en el 2006 (!) su ex entrenador en el Celta, Fernando Vázquez. “Descubre cosas donde los demás no vemos nada. Por eso le llamamos Merlín", explica su actual compañero Micah Richards.

Sin embargo, no siempre fue reconocido por ese mundo del fútbol. Es que a los 11 y a los 12 años, el nacido en Arguineguín, Islas Canarias, tomó su pequeño bolso y se fue a probar a las filas de la cantera del Real Madrid. En ambos casos ocurrió lo mismo: les gustaban las aptitudes del chico, pero no convenció por ser muy diminuto.

Intentó Florentino Pérez arreglar esto en el 2009 y en el 2010, pero no logró atar a Silva, a quien en realidad le gusta que le llamen David Jiménez (el apellido de su padre). José Mourinho no lo tuvo como prioridad en su llegada al Paseo de la Castellana y así, el Manchester City terminó haciéndose con los servicios del futbolista surgido en el Valencia. Hoy, Merlín (o el Chino, como le dicen en su familia) es el futbolista español mejor pago del mundo, tras su última ampliación de contrato con los Citizens.


El día de la goleada histórica
Fue el equipo Ché el que lo cobijó cuando entraba recién en la adolescencia. Familiero, tímido y callado, para el niño de apenas 14 años, el traslado a la ciudad mediterránea fue realmente duro y más de una vez pensó en volverse. Al menos en su primer año en Valencia. Su abuela, vía telefónica, fue su mejor contención.

Pero así como es tímido y mantiene un perfil bajísimo, Silva es muy tozudo. Jugar al fútbol era su sueño y pensaba hacerlo realidad. Es que además de su sueño, era su pasión en la vida; desde chico (a veces usando naranjas y papas en lugar de pelotas) se había relacionado con este deporte en clubes locales de Las Canarias.




Su talento era sobresaliente; pasó por todas las categorías de las selecciones menores de España. A los 17 años, y viendo que podía llegar a cortarse su progresión, pasó cedido al Eibar, en la Segunda División. También tenía una oferta del Parma, hecha por el mismísimo Arrigo Sacchi. En ese año se adaptó a jugar ante rivales más fuertes y se destacó: el equipo salió cuarto con él como abanderado; además dio la nota en un partido clave por el ascenso ante el Lleida, cuando en una acción de peligro envió la pelota afuera porque había un rival caído (el partido terminó en empate en cero).

Una temporada en el Celta –también a préstamo- fue la antesala del inicio de su historia en Mestalla. Para este momento, ya llevaba 9 goles como profesional, esta cifra sólo iría en aumento. 40 goles marcaría con el equipo Ché y apenas unos pocos meses después de su debut con el Valencia le llegaría su primera chance en La Roja. En noviembre de ese 2006 Luis Aragonés lo citó para un amistoso con Rumania.




Su juego es vistoso, pero sobre todo refinado. Es concepto puro; tocar y desmarcarse, tocar y quedarse. Zurdo nato, parece tener una pluma en su botín y siempre juega con la cabeza levantada. Es lógico que Iniesta, Xavi o Cesc lo ponderen de esa forma. Más de uno incluso habló que es quien ocupa el lugar que Messi tiene en el Barcelona. El biotipo físico y la zurda endiablada los tiene, no juega tan cerca del arco rival, por otro lado.

Hoy por hoy, en el City, también está rodeado de futbolistas que suelen aportarle soluciones. Es que tanto Agüero como Yaya Touré parecen ser socios ideales, uno como opción de pase, el otro como aquel que lo abastece de la pelota. Pelea muchas veces contra las decisiones de su entrenador; con un equipo con una mentalidad más grande, Silva se destacaría más todavía.


Cabeza levantada y balón al pie
Formó parte de todos los éxitos recientes de su selección, pero le quedó una espina en el Mundial. Es que pese a haber arrancado como titular en el deber ante Suiza (fue reemplazado en el complemento), sólo volvió a ver acción en los últimos cuatro minutos del partido ante Alemania. Sí disputó más minutos en el 2008 y muchos más en la reciente edición de Polonia y Ucrania. Si no sucede nada extraño, estará en Brasil en el 2014 (y también en el 2013, en la Copa Confederaciones).

Bicho raro, no le gusta jugar a la Play. Si le preguntan por su primer recuerdo de la Selección dirá el codazo de Tassotti a Luis Enrique y el mejor partido que vio en su vida fue la final del Real Madrid ante el Bayer Leverkusen, por el gol de Zidane. Este es David Silva, un héroe desde el silencio. 

Notas relacionadas: 

0 Comentarios..:

Publicar un comentario