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A paso sereno..

El Tottenham perdía frente al Sunderland, pero sin desesperarse hizo su juego y le dio vuelta el partido. Los comandados por André Villas-Boas volvieron a sumar de a tres y poco a poco se meten en los puestos de vanguardia. Un equipo para tener en cuenta.. 





Todos los ojos se posaban sobre Gareth Bale, este galés que la esta descociendo en el Tottenham desde hace rato pero que en las últimas jornadas ha vuelto a las primeras planas por su excelente racha goleadora (la fecha anterior le hizo tres al Aston Villa), aunque a pesar de esto el que pegó primero fue el Sunderland.

Pegó primero porque aprovechó lo única forma que encontró para herir a su rival: el balón parado. Pegó primero porque los Spurs no plasmaron en el marcador su superioridad y se quedaron con el grito de gol en la garganta tras dos o tres llegadas peligrosas, la mejor desde los pies de Adebayor que estrelló un remate en el travesaño. Pegó primero y eso en el fútbol es ponerse en ventaja, porque a la redonda, muchas veces, no le importa quién juegue mejor.

El gol del team local llegó a los 40 minutos de la primera parte. En una jugada previsible,  ya que había sido única manera en que los dirigidos por Martin O’Neill inquietaron a Hugo Lloris. Centro al área, después de una falta a uno de los extremos de los locales quienes tenían todo la responsabilidad de generar juego y a su vez riesgo, una serie de rebotes, un remate que el portero francés despejó de forma espectacular, el rebote que le queda a John O’Shea y a cobrar. Gol del irlandés, ex Manchester United, y ventaja inmerecida, pero ventaja al fin.

O'Shea marcó para el Sunderland y hasta ahí todo era festejo..
Para hacer una buena construcción hacen falta buenos cimientos y el castillo de arena en el que Sunderland basó su victoria parcial en la primera parte se transformó en una estructura endeble de entrada los 45 minutos finales. Dos minutos le bastaron al Tottenham par doblegar la valla del belga Simon Mignolet, sin embargo no lo consiguió por mérito propio, sino que se podría decir que le cayó del cielo.

Iban tres minutos del complemento cuando el balón llegó cerca de la portería del Sunder (?), luego de un córner, y se topó con Carlos Cuellar, quien al parecer quiso despejar la bola pero al final la empujó dentro de su arco. Tanto en contra y desde ahí ya se empezaron a caer las columnas del inmueble (?) que se habían imaginado los hinchas que llegaron al Estadio de Luz (Stadium of Light).

Los Spurs tienen varios jugadores para seguir atentamente..
Para que esto quede claro, al toque (51), Aaron Lennon demostró toda su explosividad y con una gran jugada individual, donde dejó desairado a más de uno con un toque sutil, quedó mano a mano frente a  Mignolet y no perdonó. Golazo, no en el inicio de la jugada, aunque sí el desarrollo y en el final. En menos de diez minutos, los comandados por André Villas-Boas le dieron vuelta el doporti a sus rivales y sin saberlo ya se quedaron con los tres puntos, ya que el resto del cotejo fue más de lo mismo: manejo del esférico de los visitantes, algunos remates al arco sin puntería y un Sunderland que buscó el empate sin ideas.

Los Spurs siguen en ascenso y tienen razones para ilusionarse, porque cuentan con nombres de peso y que marcan la diferencia (Bale hoy no hizo demasiado pero marca diferencia). Además, hoy demostraron que a pesar de empezar de atrás y en desventaja son capaces de dar vuelta un resultad adverso y llevarse una victoria, algo que hoy en día no muchos equipos en el mundo pueden decir..

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