El Milan se quedó con el clásico frente a la Juventus, aunque el encuentro tuvo una gran perla negra porque el gol que le dio la victoria llegó después un penal que inexistente. Un derby con emociones, errores y aciertos, así da gusto mirar el Calcio..
"Los clásicos son clásicos y hay que ganarlos", siempre se escucha en las tribunas de las canchas de fútbol, seguramente sea una máxima principalmente nombrada por los hinchas más arraigados con la camiseta de un equipo, pero una cosa es ganar 5-0 con baile y otra muy distinta llevarse los tres puntos con un 1-0 y encima con un gol de penal, que ni siquiera debió haber sido pitado. El festejo no se apaña, sin embargo queda claro que un encuentro importante pierde algo de prestigio si termina de esa forma y así fue como culminó Milan-Juventus.
"Los clásicos son clásicos y hay que ganarlos", siempre se escucha en las tribunas de las canchas de fútbol, seguramente sea una máxima principalmente nombrada por los hinchas más arraigados con la camiseta de un equipo, pero una cosa es ganar 5-0 con baile y otra muy distinta llevarse los tres puntos con un 1-0 y encima con un gol de penal, que ni siquiera debió haber sido pitado. El festejo no se apaña, sin embargo queda claro que un encuentro importante pierde algo de prestigio si termina de esa forma y así fue como culminó Milan-Juventus.
Seguramente esta apreciación queda a criterio de cada uno de los lectores de nuestra querida página, aunque es complicado rebatirlo, porque por lo general uno espera que todos los derbys se carguen de emoción, una cuota que en este encuentro tuvo y en bastante medida, y goles. Esta situaciones se puede dar o no, lo seguro es que en la previa de un gran choque todos fantasean con un buen juego.
Ahora imaginen la escena: pelota al área en forma de centro, un cebezazo a medias, un rival se cruza para interponerse en el recorrido del esférico, el balón le pega debajo de su axila (casi en el pecho) y el árbitro (bah el línea en este caso, porque el juez campo tenía más dudas que certezas) cobra penal. Discusión, charla, más discusión. No hay vuelta atrás, todo estaba decido: penal para el Milan. Patea Robinho y a festejar.
Ahora revelemos los actores de esta novela. El árbitro: Nicola Rizzoli. El autor del no penal: Mauricio Isla. Nombramos al chileno, ya que hasta ese momento su partido había sido para el olvido. Malas entregas, malos lanzamientos, malas decisiones. Redondito por donde se lo mire, lo cual no quiere decir que el error arbitral haya sido su culpa. Jugada desafortunada le dicen algunos y claramente lo fue.
Por ese entonces corrían 31 minutos de la primera parte y a la Vecchia Signora se sobraba tiempo para dar vuelta el resultado, la cuestión era cómo iba a intentar realizar esa hazaña. Lo primero en lo que cayó Angelo Alessio, asistente de Antonio Conte quien el 9 de diciembre volverá a los banquillos tras la suspensión, fue en meter mano en los 11 titulares. Afuera Isla, estaba cantadísimo, adentro Padoin. Ese movimiento no sirvió demasiado aunque gracias a las arremetidas de Asamoah, que sacó a pasear por la banda a los defensores milaneses pero que debería levantar la cabeza cada tanto, los buenos movimientos de Vucinic y la clase de Pirlo, la Juve generó varias veces peligro.
Festejo y calentura.. |
Y así fue nomás como el Milan se quedó con tres puntos en un buen clásico, que tuvo un poco de todo y un error arbitral grosero. Existen muchas formas de ganar y de perder, los jueces puede equivocarse o acertar, eso también queda claro, sólo hay que aprender a reconocer que esto forma parte del fútbol y de que aparece dentro de lo posible. Seguramente más de uno va a recordar todos los problemas que tuvo el fútbol italiano con el amaño de partidos, pero como dijo el Diego "que la pelota no se manche"..
Los partidos que seguimos el finde:
0 Comentarios..:
Publicar un comentario