El fútbol es pasión de multitudes, eso se sabe, pero que por un encuentro una nación llegue a un conflicto bélico es algo totalmente diferente, pero mejor pasen y lean por ustedes mismos lo que sucedió en 1990 en un clásico muy picante..
La política y el fútbol en muchos casos van de la mano. Son como primos hermanos que no se quieren, pero se necesitan. Sobran los casos de hombres que entran al fútbol para ganar poder y luego ascienden en los puestos estatales (Macri, Berlusconi por tirar algunos nombres), aunque hay veces que las cuestiones políticas se meten de lleno en el mundo de la redonda, pero de una manera extremadamente cruda. De esta forma podríamos graficar a lo ocurrido en 1990 en un partido entre el Dinamo Zagraeb y el Estrella Roja.
La política y el fútbol en muchos casos van de la mano. Son como primos hermanos que no se quieren, pero se necesitan. Sobran los casos de hombres que entran al fútbol para ganar poder y luego ascienden en los puestos estatales (Macri, Berlusconi por tirar algunos nombres), aunque hay veces que las cuestiones políticas se meten de lleno en el mundo de la redonda, pero de una manera extremadamente cruda. De esta forma podríamos graficar a lo ocurrido en 1990 en un partido entre el Dinamo Zagraeb y el Estrella Roja.
Gran parte de nuestro público pertenece a una generación que nació entre 1980 y 1990, esto lo pudimos comprobar con nuestra gente de sistemas (?) y por eso esta historia para los que no entran en este parámetro puede ser conocida o quizás no, así que lo mejor que se nos ocurrió es narrarla de una forma sencilla para que se entienda la magnitud de los hechos y el porqué de muchos de ellos. Muchas veces entender cuestiones políticas supera el razonamiento, así que vayamos directamente a lo que nos importa.
Comenzaba la década del 90 y por ese entonces Yugoslavia aún existía y allí se jugaba la Liga yugoslava de fútbol. En esos días Croacia y Serbia eran estados de aquel recordado país balcan y ambas tenían su equipo fuerte en el mundo de la pelota. Dinamo Zagreb para los primeros y el Estrella Roja para los segundos, la rivalidad entre ellos era histórica, pero en esta ocasión el encuentro tenía muchos más condimentos que lo hicieron diferente.
Luego de la caída de la URSS, Croacia y Eslovenia, entre otros países, luchaban por separarse del ultra nacionalismo serbio, que intentaba mantener la unidad bajo el mando de un solo partido y con el control del ejército. La situación era más que tensa y más aún cuando se celebraron las primeras elecciones libres multipartidarias, donde la mayoría decidió la independencia. El pueblo croata eligió Franjo Tudman como presidente, algo que no era bien visto por gran parte de los serbios por dicho en el inicio de este párrafo.
Sin tener en cuenta este hecho, le fixture marcaba que debía jugarse el derby entre el Dinamo y el Estrella en Zagreb. Como verán y sabemos, como muchas veces los seres humanos no pensamos muy bien y a nadie se le ocurrió suspender el encuentro. Entonces el río siguió su curso. Unos 3.000 hinchas del conjunto de Belgrado se trasladaron para alentar a su equipo y como cabecilla iba, el hasta ese momento desconocido, Zeljko Ranatovic, alias Arkan, quien luego alcanzaría la fama por sus crímenes de guerra. El combo era explosivo: clásico deportivo y rivalidad política, todo junto en una cancha de fútbol.
Con todo esto dicho, el árbitro dio el pitazo inicial y el esférico comenzó a rodar. Durante el partido, los hinchas del Dimano, conocidos como los Bad Blue Boys, empezaron a cantar el himno nacional croata, mientras que del otro lado entre los simpatizantes del Estrella, denominados como los Delije que puede ser traducido como "héroes", les contestaron con cánticos hirientes, lo cual, como era de esperar, desembocó en una batalla campal, la cual se agigantó cuando la barra de contención cedió. Los asientos del estadio volaban de un lado para el otro y las pequeñas batallas entre ambos bandos se vieron durante varios minutos en las tribunas. En este punto ya se contaban unos 100 heridos de arma blanca y la cuestión recién empezaba.
A todo esto la policía, bajo control serbio, permanecía inmóvil y sin intervenir, pero al ver que los partidarios del Zagreb saltaron al campo de juego, finalmente tomaron la decisión de hacer algo. Su accionar no fue el más adecuado, ya que emprendieron contra los barras croatas de la manera más violenta. Desencadenado este gran escándalo, muchos de los jugadores se fueron a los vestuarios, aunque no todos tomaron esa decisión, porque en medio del campo aún seguía Zvonimir Boban, aquel recordado jugador del Milan y de la Selección de Croacia del Mundial de Francia 1998.
Se puede decir que la carrera de este gran volante cambió drásticamente ese día, ya que al ver que un policía golpeaba a un aficionado del Dinamo, corrió a ayudarlo y le dio una patada al uniformado, quien cayó al piso por el golpe. El accionar de Boban lo catapultó como uno de los iconos del nacionalismo croata. Más tarde se supo que agente al que golpeo no era serbio, sino que Bosnio-Musulmán y que perdonó al mediocampista por su "voladora".
Comenzaba la década del 90 y por ese entonces Yugoslavia aún existía y allí se jugaba la Liga yugoslava de fútbol. En esos días Croacia y Serbia eran estados de aquel recordado país balcan y ambas tenían su equipo fuerte en el mundo de la pelota. Dinamo Zagreb para los primeros y el Estrella Roja para los segundos, la rivalidad entre ellos era histórica, pero en esta ocasión el encuentro tenía muchos más condimentos que lo hicieron diferente.
Algunas de las imágenes de aquel día.. |
Sin tener en cuenta este hecho, le fixture marcaba que debía jugarse el derby entre el Dinamo y el Estrella en Zagreb. Como verán y sabemos, como muchas veces los seres humanos no pensamos muy bien y a nadie se le ocurrió suspender el encuentro. Entonces el río siguió su curso. Unos 3.000 hinchas del conjunto de Belgrado se trasladaron para alentar a su equipo y como cabecilla iba, el hasta ese momento desconocido, Zeljko Ranatovic, alias Arkan, quien luego alcanzaría la fama por sus crímenes de guerra. El combo era explosivo: clásico deportivo y rivalidad política, todo junto en una cancha de fútbol.
Con todo esto dicho, el árbitro dio el pitazo inicial y el esférico comenzó a rodar. Durante el partido, los hinchas del Dimano, conocidos como los Bad Blue Boys, empezaron a cantar el himno nacional croata, mientras que del otro lado entre los simpatizantes del Estrella, denominados como los Delije que puede ser traducido como "héroes", les contestaron con cánticos hirientes, lo cual, como era de esperar, desembocó en una batalla campal, la cual se agigantó cuando la barra de contención cedió. Los asientos del estadio volaban de un lado para el otro y las pequeñas batallas entre ambos bandos se vieron durante varios minutos en las tribunas. En este punto ya se contaban unos 100 heridos de arma blanca y la cuestión recién empezaba.
A todo esto la policía, bajo control serbio, permanecía inmóvil y sin intervenir, pero al ver que los partidarios del Zagreb saltaron al campo de juego, finalmente tomaron la decisión de hacer algo. Su accionar no fue el más adecuado, ya que emprendieron contra los barras croatas de la manera más violenta. Desencadenado este gran escándalo, muchos de los jugadores se fueron a los vestuarios, aunque no todos tomaron esa decisión, porque en medio del campo aún seguía Zvonimir Boban, aquel recordado jugador del Milan y de la Selección de Croacia del Mundial de Francia 1998.
Se puede decir que la carrera de este gran volante cambió drásticamente ese día, ya que al ver que un policía golpeaba a un aficionado del Dinamo, corrió a ayudarlo y le dio una patada al uniformado, quien cayó al piso por el golpe. El accionar de Boban lo catapultó como uno de los iconos del nacionalismo croata. Más tarde se supo que agente al que golpeo no era serbio, sino que Bosnio-Musulmán y que perdonó al mediocampista por su "voladora".
Boban y una patada que pasó a la historia.. |
"Ahí estaba, un personaje público dispuesto a
sacrificar su vida, su carrera y toda la fama que pude haber creado, todo por
un ideal, una causa; la causa Croata", aseguró Zvonimir, tras el encuentro. La Federación tomó la determinación de suspender al jugador por seis meses, lo cual le impidió jugar el Mundial de 1990 bajó la bandera de Yugoslavia, en lo que fue la última gran competición de ese país en un certamen internacional. El encuentro jamás se terminó de jugar y el campeón de aquel año fue el Estrella Roja, seguido por Dimano. Un resultado deportivo que poco importó con lo que sucedió más adelante en esa región.
Un año después la guerra estalló y terminó por ser la peor en suelo europeo después de la Segunda Guerra Mundial. Muchos de los aficionados que estuvieron ese día en la cancha combatieron entre sí en el conflicto bélico. Uno de los ejemplos más notorios es el de Arkan, quien formó un grupo paramilitar, llamado Los Tigres, acompañado por varios de los ultras del Estrella, los cuales, según narran muchos, utilizaban la canción Srbija do Tokija, el himno creado por los simpatizantes del club serbio tras la obtención de la Copa Intercontinental de 1991, como canto de guerra. En 1995 se confirmó el cese del fuego, pero para muchos el encuentro entre el Dimano Zagreb y el Estrella Roja fue el inicio de la guerra de la independencia croata..
0 Comentarios..:
Publicar un comentario