Comenzó la Euro y Polonia decepcionó en el debut. Tenía todo para ganar luego de estar arriba y tener un jugador más que su rival. Sin embargo, en el complemento Grecia creció lo empató y podría haberlo ganado, pero el arquero suplente de los locales le detuvo un penal a Karagounis. Por su parte, Rusia goleó 4-1 a República Checa.
Y un día comenzó a la Euro y fueron varios los que vieron la fiesta inaugural, que estuvo llena de color e historia, algo que no es raro en este tipo de eventos, pero es bueno destacarlo y claramente observarlo. Por un momento quedó de lado el partido entre Polonia y Grecia que se venía y todas las miradas se posaron sobre el terreno de juego, donde se vivió una nueva apertura de una celebración del fútbol.
Pero una vez que todo esto terminó, el aire comenzó a cambiar y ahora sí todos los ojos se posaron sobre le verde césped (frase hecha, pero siempre linda). Se enfrentaban dos equipos que en la previa parecían parejos, aunque ambos, lógicamente, querían empezar con el pie derecho la competencia, porque a uno se lo exigía su localismo y al otro lo seguía el fantasma de su título en el 2004, en donde salió campeón casi sin atacar y con una defensa impasable.
En los primeros minutos del primer tiempo, los locales tomaron el poder del partido y los desbordes por derecha se hicieron una fija. Cada vez que atacaban por ese lugar herían a Grecia casi de muerte y obviamente es como dicen: "El que busca encuentra", ya que después de mucho insistir un centro llegó pidiendo permiso y encontró a Robert Lewandowski, ese que en Cultura destacamos y que tiene todos los números para ser la figura de su team, más solo que Adolf Hitler en el día del amigo y con cabezazo rompió la resistencia de Konstantinos Chalkias. Ventaja para Polonia y a otra cosa.
Lewandowski abrió la cuenta |
Luego de este gol, el partido dio un giro, pero los jugadores poco tuvieron que ver en este cambio, porque el que incidió en el juego fue el árbitro español Velasco Carballo, quien se puso la camiseta polaca y derrumbó a Grecia (o al menos esa sensación dio), luego de que echara injustamente a Sokratis Papastathopoulos por doble amonestación. Sus errores fueron cruciales y de esta manera, los comandados por el portugués Fernando Santos se iban al descanso en desventaja y con un jugador menos.
El libreto indicaba que sería fiesta en Varsovia, que Polonia ampliaría y que se irían todos felices a sus casas. Sin embargo, el local se frenó. Súbitamente, dejó de jugar y comenzó a especular, y los helénicos le saltaron a la yugular. Sin el joven Ninis, y sí con Salpingidis, los históricos del equipo mediterráneo fueron a buscar el empate y rápidamente lo encontraron.
Una buena jugada asociada se culminó con un centro desde la derecha que fuea buscar Gekas al primer palo, apareado por un central polaco. Sin embargo, no contaban con la ayuda Szczesny quien salió mal y quedó peor ubicado para el rebote que tomó Salpingidis, quien facturó en su primera jugada del partido. Pareció un golpe durísimo para el local.
Sin embargo, aún tenía la ventaja el equipo de Europa del Este de tener un jugador más que su rival en el campo. Pero el juego se había emparejado. Es que Piszczek había dejado de preocupar por su banda, y así Lewandowski pasó a ser fácil de contener para los centrales griegos. Con Karagounis siendo aduana, los helénicos se fueron animando cada vez más y desnudaron falencias insólitas en la defensa rival.
Locura griega |
En una de esas jugadas, Salpingidis picó entre líneas y fue derribado por el arquero del Arsenal. Penal, expulsión y parecía llegar el batacazo. Sin embago, el ingresado Tytón tuvo su momento y le contuvo bien el penal a Karagounis. El ex Inter lo pateó algo débil, pero tuvo mucho mérito el portero del PSV holandés.
Pero Polonia ni así reaccionó. De hecho, un par de minutos más tarde, le anularon a Grecia una jugada por offside que podría haber sido el 2-1. En el segundo tiempo apareció el oficio de la visita y le fue muy difícil a Polonia reencausar su fútbol tras el empate.
Quizás el término decepción sea demasiado fuerte, pero los locales no fueron lo que insinuaron en un comienzo, y el empate le quedó bien al partido. De todas maneras, si quieren avanzar en la Euro, los polacos deberán darle un plus a su juego.
Rusia fue una maquinita
Dzagoev, futuro crack |
El segundo encuentro de este grupo A fue muy diferente. Es que aquí el candidato expuso sus credenciales y goleó a República Checa por 4-1. Si bien el resultado fue un poco más amplio de lo que hubiera sido lógico, los rusos sí fueron más en todo momento. Movilidad, asociaciones y sus jugadores por las bandas hicieron la diferencia ante un equipo checho que recién atacó con convicción en la segunda mitad.
La figura del partido fue Alan Dzagoev, autor de dos goles. Shirokov y Pavlyucheno redondearon las cifras por el lado rojo, mientras que Pilar había puesto el 1-2 cuando el equipo liderado por Petr Cech se esperanzó con la igualdad. Paso firme del equipo que en el 2008 alcanzó las semifinales.
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