Emocionante empate

Italia y España igualaron 1-1 en el arranque del Grupo C en un interesante partido. Di Natale abrió la cuenta para la Azzurra y Cesc anotó para la Roja. Podría haberlo ganado cualquiera de los equipos. Luego, Croacia se impuso 3-1 a Irlanda y quedó en lo más alto. 

Italia, esa especie de cuco de España, era el rival al que tenía que medirse el campeón defensor en su debut en la Euro 2012. Es cierto, un equipo italiano conflictuado, con los problemas surgidos por las apuestas ilegales, con las dudas que había generado el pésimo amistoso previo ante Rusia (derrota 3-0), pero siempre un conjunto a respetar. 

Interesantes decisiones tomaron los entrenadores a la hora de parar sobre el campo a sus once iniciales. Vicente del Bosque optó por salir a la cancha sin centrodelanteros natos, optando por ubicar a Cesc como falso "9", con Silva, Xavi e Iniesta por detrás y el ya clásico doble pivote formado por Busquets y Xabi Alonso en la contención. 

Del otro lado, Prandelli dispuso un equipo con una línea de tres en el fondo, con la novedad de De Rossi flotando -por momentos se adelantaba al mediocampo- y por las bandas Maggio y Giaccherini. Pirlo era el encragado de distribuir en el centro y en la delantera aparecían Balotelli y Cassano, una dupla tan inestable mentalmente, como peligrosa y escurridiza. 

Se sabe, los que terminan decidiendo son los jugadores en la cancha, pero las decisiones de los técnicos también influyen. Y es que la superpoblación de jugadores interiores españoles (con un lateral limitado para atacar como Arbeloa), sumada a la poca movilidad que tuvieron y con la peculiaridad de lo alto y seco del campo que hacía que la pelota corriera más lento de lo habitual, fue generando que España cayera en el entramado defensivo italiano. Buffon casi no sufría; por el contrario, Casillas pasó más sobresaltos en la etapa inicial debido a que los puntas italianos le ganaban la espalda a los volantes ibéricos y Thiago Motta se desprendía y llegaba por sorpresa. 

Di Natale cayó a los escépticos

España terminaba dependiendo de acciones individuales y Silva e Iniesta parecían ser los únicos que podían desatascar el encuentro para la Roja. Si Italia no se fue en ventaja en el primer tiempo se debió a que Casillas le tapó un cabezazo a Motta, y porque el húngaro Kasai no le cobró un penal a Piqué sobre Balotelli (de hecho, marcó falta en ataque). 

Tras el descanso los de Del Bosque salieron a buscar de una manera un poco más vertical y precipitada, por lo que se generaban más espacios en la transición. La Azzurra ya no apretaba en bloque sobre la salida, pero en una mala salida de Sergio Ramos Balotelli tuvo la apertura del marcador. El delantero del City demoró una vida en definir y el defensor del Real Madrid se repuso. Prandelli no necesitó mucho más para disponer la salida del Nene Mario y entró a la cancha Di Natale, el goleador del Udinese.

Cesc apareció en el momento justo

Totó, en una de sus primeras acciones picó habilitado tras una deliciosa asistencia de Pirlo y definió ante Casillas. Parecía que se le ponía todo muy cuesta arriba a España, pero rápidamente igualó Cesc y le aportó calma a la ex Furia. Del Bosque dispuso los ingresos de Navas y de Fernando Torres, y los ibéricos mejoraron al abrir más la cancha y disponer de una preocuapción constante para la zaga italiana. 

Iniesta y Torres, en dos oportunidades, tuvieron la victoria pero desperdiciaron las chances. La entrada de Giovinco no aportó demasiado para la Azzurra, que poco a poco fue conformándose con el empate ante el campeón vigente de la Euro y el Mundial. 


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