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Jugadores noventosos: Gianfranco Zola..


Jugó con el Diego, salió campeón con el Napoli, pasó por el Parma y también dejó su marca, pero donde aún lo recuerdan es en el Chelsea, equipo que lo marcó a fuego y los hinchas lo eligieron como el mejor jugador de la historia del club. Se despidió en el equipo que soñaba y hoy busca trabajo. Un crack..


El recuerdo de este delantero a muchos, entre los que me incluyo, les quedó lejano, muy lejano, pero un día abrís una página de una revista, mirás y vez una entrevista mano a mano con él. Entonces te preguntás: "¿Cómo puede ser que me haya olvidado de este crack?". Para resumir eso fue lo que me sucedió y la razón que inspiro esta nota, pero lo mejor llegó después cuando mirás un video en el popular You Tube y te quedás 23 minutos. Sí, sí 23 minutos inmóvil y lo primero que que decís cuando terminan esas imágenes gloriosas es "¡qué animal!". 

Los que leyeron alguno de mis post en este bello (?) sitio, sabrán que suelo hacer catarsis futbolistica por estos pagos. Quizás sea, porque en mi trabajo no lo hago o porque siento la imperiosa necesidad de hacerlo constantemente, pero sin tener la respuesta a mano, sólo me la juego por la idea de que hay jugadores que merecen ser recordados y venerados eternamente, entre ellos claramente aparece Gianfranco Zola

Luego de esta improvisada argumentación, vayamos a lo verdaderamente importante y hurguemos en la historia de este delantero, quien nació el 5 de julio de 1966 en Oliena, Italia. Sus inicios en el fútbol fueron allá por 1984 en el Nuorese, donde duró poco y a los dos años firmó para el Sassari, uno de los clubes más antiguos de Cerdeña. Estos primeros pasos los dio en el ascenso italino, pero en 1989 le tocaría dar el gran salto y pasó al Napoli


Diego y Gianfranco con la casaca del Napoli..
Según sus propios dichos, esta época marcó un punto de inflexión en su carrera y no porque haya sido traspasado a una institución del la Primera del Calcio, sino porque coincidió con Diego Armando Maradona en el mismo plantel. "Soy consciente de que lo que soy se lo debo, en gran medida, a Maradona; crecí en el fútbol viéndolo jugar en Nápoli y me da una enorme alegría encontrarlo tan bien, como lo vi últimamente", tiró el tano en su despedida del fútbol y creo que con esto queda bien claro que el Diez no solo fue su compañero dentro de una cancha. 


Cuenta la leyenda que en los entrenamientos ambos se quedaban después de hora a practicar tiros libres, algo que el Diegote dominaba a la perfección, sobran los ejemplos, y que con el tiempo Zola supo hacer un arma letal, aquí también sobran los ejemplos y si alguno tiene dudas vean el video de esta nota..


La cosecha de mujeres títulos comenzó con la casaca del conjunto del sur de Italia y de entrada nomás, porque en su primera temporada se quedó con la Serie A, aunque no era titular, y en 1990 se consagró en la Supercopa italiana, pero como todo tiene un final en 1993 dejó Nápoles y se calzó la camiseta del Parma, un equipo con que también ganó torneos y dio vueltas olímpicas. En total fueron dos: la Copa UEFA (1994/1995), hoy Europa League, y la Supercopa de la UEFA (1993), el equipo que jugó la definición de este certamen contó con el recordado Roberto Sensini.


Zola y una casaca bien retro del Parma..
En la institución parmesana forjó su imagen de player mágico. Sus firuletes se hicieron costumbre y muchos empezaron a apreciar sus gambetas, algo que no suele ser moneda corriente en los jugadores italianos, pero en todo cuento de hadas existe un personaje malvado y ente punto de la historia fue Carlo Ancelotti, DT del equipo por ese entonces, quien argumentó que Zola no entraba en su esquema y decidió dejarlo de lado, con lo cual el italiano tuvo que buscar nuevos horizontes. 


El cambio fue drástico, ya que se traslado de Parma a Londres y sin escala. Su destino fue el Chelsea y el tiempo le daría la razón a su mudanza, porque encontró su lugar en el mundo y poco a poco se ganó el corazón de los hinchas de los Blues, quienes en el 2003 lo votaron como el mejor jugador de la historia del club, pavada de elogio para un hombre que estuvo siete años en Stamford Bridge


Por su pase, el conjunto londinense apenas pagó 4.5 millones de libras, aunque hay que tener en cuenta que era 1996 y que el dinero se contaba de otra manera, no como ahora que viene un ruso o un jeque, pone los ojos sobre dos o tres futbolistas, saca la billetera y se los lleva sin chistar. Igual fue negocio, eso queda claro, y más que nada porque daría sus frutos a futuro. En cuanto a títulos, en este lapso también festejaría y bastante. Para resumir dio seis vueltas olímpicas y las vamos a enumerar rapidito (?), fueron dos FA Cup, una Community Shield, una Carling Cup, una Copa de campeones de Copa, una competición que disputaban los vencedores de las copas de los diferentes países europeos, y una Supercopa UEFA nada menos que contra el Real Madrid.  


                                       

En esta época, Gianfranco hizo grandes duplas con algunos buenos delanteros y otros medio pelo, pero para no calificar solo vamos a dar los nombres y ustedes saquen sus propias conclusiones. Uno de ellos es Tore André Flo, atacante que ya nombramos en esta sección, otro es Jimmy Floyd Hasselbaink y por último Eidur Gudjohnsen, este último sería quien, con consentimiento de Claudio Ranieri DT en ese momento del club, le sacaría el puesto al tano, quien a pesar de comenzar la mayoría de los encuentros en el banco de suplentes anotó 16 goles.


A pesar del cariño de los hinchas del Chelsea su estadía en este lugar llegó a su fin, aunque el afecto quedó totalmente demostrado cuando la casaca 25 fue retirada y hasta el día de hoy ningún jugador la volvió a usar, un elogio más que importante para un hombre que en ese entonces todavía tenía un sueño: jugar en club de su ciudad de nacimiento, el Cagliari. 

Al mismo tiempo que Zola pateaba sus últimas bolas con los Blues, Roman Abramovich adquiría la totalidad de la entidad y aunque le ofreció un nuevo contrato a este crack, él se negó y armó el bolso hacía su Cerdeña natal. La decisión estaba tomada: dispararía sus últimos cartuchos donde siempre fantaseó con jugar, sin importar que no fuera en la máxima división y tuviera que jugar la Serie B. Aquí todo fue color de rosa, lo que se dice un final feliz, porque devolvió al equipo a la Seria A y en el 2005 dijo: "Basta, muchachos hasta acá llegué". 

El 10 ya es leyenda en Cerdeña..
Como todo ser humano, Zola dejó una cuenta pendiente y es tener constancia en la Selección Azzurra. Increíblemente solo jugó un Mundial (Estados Unidos 1994, donde su team fue subcampeón) y en 1998 confirmó que no volvería a calzarse la casaca tana, luego de que no fuera convocado al Mundial de Francia por el oscuro Cesare Maldini. Vale recordar esos años fueron los de mayor esplendor de Franquito (?), pero por lo visto el buen fútbol quedó de lado. En total disputó 35 partidos e hizo diez goles con la camiseta de su país. 

Tras su retiro, Gianfranco rápidamente hizo carrera como DT. En 2006 fue asistente de Pierluigi Casiraghi en la Selección italiana Sub-21, con la cual clasificó a los Juegos Olímpicos de Beijing 2008. Ese año nomás tuvo su oportunidad como primer entrenador y fue en Inglaterra, más precisamente en el West Ham United, donde tuvo buenas y malas, pero en 2010 se terminó yendo principalmente por sus diferencias con los dirigentes de la institución, quienes compraban y vendían jugadores sin consultarle. 

Hace poco tiempo, Zola dijo que le "encantaría ser el entrenador del Chelsea, pero las condiciones no son las adecuadas en este momento", después de la salida de André Villas-Boas, pero por ahora todo quedó en la nada y nuestro jugador noventoso sigue sin trabajar como director técnico, aunque con 45 años sobre el lomo desde Cultura lo vamos a seguir recordando a pesar de no estar en una cancha, el lugar donde nos hizo sacar una sonrisa a más de uno..

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