La metamorfosis

Diego Simeone volvió al Atlético de Madrid a comienzos de año y logró reencausar el rumbo de un equipo que naufragaba en la intrascendencia. Pese a que no se luce, armó un equipo compacto y con sentido colectivo. Se mantiene en cuartos de final de la Europa League y pelea por las plazas de clasificación europea en la Liga. 

Muchos nos llenamos la boca hablando del Barcelona, el Real Madrid o el Athletic de Bilbao. Es lógico, cada uno de estos conjuntos, desde un lugar diferente, ha logrado dibujar una temporada que colmó las expectativas (o buena parte de ellas) y han sido al mismo tiempo, los equipos más vistosos de España. Pues bien, es justo hacerle un lugar a Diego Pablo Simeone, quien en apenas tres meses logró imprimirle su sello al Atlético de Madrid. 

Cualquiera que siga la línea editorial de la plana mayor de CR (?), se dará cuenta que este redactor -al menos- no es amante del estilo futbolístico del Cholo (como así tampoco de su figura). Sin embargo, se le presentaba un desafío por demás complicado. Es que el  del Atlético de Madrid debe de ser uno de los bancos más complicados en España. Pensémoslo. Un conjunto que supo ostentar años de gloria, pero que fue vaciado por Gil y Gil, que ganó su última Liga hace más de 15 años y en el medio se fue al descenso (estuvo 2 años para volver a Primera) que encima, tiene en frente al poderosísimo Real Madrid capaz de realizar cualquier fichaje, y que por si fuera poco se desprendió de todas sus últimas joyas cuando ellas no llegaban a su madurez (Torres, Agüero, De Gea). Un muy buen Informe Robinson retrató esto. 

Con Cerezo y su amigo (?) Caminero

A ese club tan romántico como histérico; tan movilizador como desconcertante, llegó Simeone. ¿Tal para cual? El Cholo, en su corta trayectoria hasta el momento como coach ha sido un poco eso también. De sus inicios hiper ofensivo y revolucionado a su últimas experiencias mucho más cautelosas en Catania o Racing, su frenesí -al punto de llegar a ser contraproducente- fue una constante. En en medio de esa búsqueda de su propia identidad, le llegó la chance colchonera. 

Equipo en crisis; venía en mitad de tabla en la Liga (pero a un puñado de puntos del descenso) eliminado de la Copa del Rey por un equipo de Segunda B (Albacete) y con la directiva siendo apuntada por la afición. La salida Cholo parecía ser un manotazo de ahogado más que un proyecto a futuro. 

Histriónico

Con declaraciones casi de principios, dijo al llegar que quería "atacar una vez y marcar" y en la previa del choque ante el Barcelona explicó que la posesión no le interesaba.  Afirmaciones desde ya más que refutables pero que tenían un sentido claro; marcar la cancha. A su vez, dijo en su primera rueda de prensa que la historia del Atlético marcaba que sus grandes formaciones se habían armado a partir de los contragolpes. Así, de a poco fue moldeando su equipo. 

El Atlético versión Manzano, si bien tenía una intención de juego asociado en ataque (solo se vio en ráfagas al comienzo del certamen) en defensa era un auténtico flan. Así, el Cholo decidió hacerse fuerte de atrás hacia adelante. Rápidamente se plasmó eso ante el Málaga en su debut. El resultado: 0-0. Luego tuvo la suerte de cruzarse ante el peor Villarreal en años y lo destrozó con una goleada 3-0. El festival ante la Real Sociedad por 4-0 en Anoeta y el triunfo por 1-0 en Pamplona hicieron que el grupo creyera en Simeone. A su vez, comenzaba a aparecer el mejor Falcao. 

Dos empates en cero y una igualdad en uno en Gijón fueron la previa a la primera derrota del Cholo: 2-1 ante el Barcelona en un partido extraño (efectivamente tuvo poquísima posesión y pudo haberlo, al menos, igualada) que lo definió una genialidad de Messi. Pero al tiempo que iba poco a poco remontando el barrilete a nivel doméstico, Europa empezaba a mostrársele favorable al Colchonero. 

Gente como uno...

La Lazio, tanto en Roma como en Madrid, y el Besiktas, en España y en Turquía, se rindieron a los pies del Atléti que ganó los cuatro partidos, con pasajes de buen fútbol. Llegaban los cuartos de final de la Europa League; un certamen que mina la capacidad física de los equipos que van avanzando (tanto el Colchonero, como el Athletic o el Valencia lo han sufrido en Liga). Quizás así, se entiendan las derrotas como visitantes ante el Mallorca y el, hasta ahí, colista Zaragoza. 

De cualquier manera, los encuentros fuera del Vicente Calderón (donde en sus últimas presentaciones por la Liga derrotó al Granada, Athletic y Getafe) son el mayor déficit a nivel ibérico. Sus últimos partidos, más allá del resultado final, han mostrado a un equipo demasiado cauteloso, pero que tambipen ha dado muestras de cansancio, compo explicábamos más arriba.

Decíamos, que el bloque defensivo se hizo más sólido. Esto no tuvo únicamente que ver con la línea de fondo y con el brillante Courtois (cedido por el Chelsea tras la salida de De Gea), sino con una idea general. "El esfuerzo no se negocia", dijo al pasar. La presión en bloque es una de las claves del equipo y para eso aportan mucho todos los volantes; desde los más asociados a esas tareas (Gabi, Mario Suárez) a los externos como Arda Turán, Salvio o incluso Adrián o Koke. 

Yo los conozcó son Toto, Cholo (?) 

Salvio es uno de los que parece haber tomado otro envión con el Cholo. Luego de haber estado cedido un año en el Benfica, no vio mucha acción con Manzano, sin embargo, en la victoria ante el Hannover por 2-1 y el otro día ante el Getafe fue clave con goles importantes. Ubicado por el extremo derecho (en Lanús, si bien podía hacer esa función, era más un segundo delantero) el argentino podría haber encontrado el respaldo que necesitaba. Si a todo esto, le sumamos las pinceladas de calidad de Diego, el talento de Arda y la capacidad goleadora de Falcao (uno de los mejores definidores del mundo), el rompecabezas del Cholo va tomando forma. 

Este mes de abril será crucial. El Colchonero tiene que afrontar este jueves la vuelta en Alemania para ver si obtiene su lugar en semifinales de la Europa Legaue, trofeo que obtuviera con Quique Spanchez Flores en el 2010. A su vez, aún sueña con obtener la cuarta plaza que otorga un lugar en la Champions de la próxima temporada. Más allá del resultado final, dado el momento en el que agarró al equipo, y dejando a un lado el debate acerca del gusto futbolístico, lo meritorio es que Simeone logró hacer un equipo competitivo cuando la amenaza del descenso comenzaba a acechar.