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El ocaso del Portsmouth



Un club que el año próximo cumplirá 115 años de existencia está al borde de la desaparición. Un descenso, administración judicial del club, quita de puntos y la detención de su principal accionista son los elementos de un coctel nefasto para el Pompey que está en zona de descenso rumbo a la tercera categoría inglesa.


Es la foto de un club, pero puede ser la de una liga, y yendo un poco más allá la de estado del fútbol europeo (o mundial). Malas administraciones, manejos fraudulentos, gastos que se exceden por muchos cuerpos a los ingresos y la pasión de los hinchas rehén del accionar nefasto de un grupo de vivos.

El Portsmouth, no un equipo grande pero sí un club tradicional de Inglaterra, está al borde de la desaparición como entidad y camino al ostracismo de un nuevo descenso en el plano deportivo. En la década pasada, el equipo del sur de la isla, se había hecho un habitué de la Premier League luego del ascenso desde la Segunda División en el 2003 (o First Division). 

La copa del 39
Con Harry Redknapp (el actual entrenador del Tottenham) en el banco, el equipo azul tuvo sus mayores alegrías de los últimos tiempos. Además del ascenso, el manager le dio –en su segundo paso por el Pompey- el último título de la institución: la copa FA en el 2008. Este logro se sumaba a un palmarés que tenía dos títulos de Liga (49 y 50) y otra FA (en 1939, antes de la Segunda Guerra Mundial).

Parecían marchar las cosas bien en Portsmouth. Es que nombres importantes dotaban al plantel. Peter Crouch, Nwanko Kanu (autor del gol del título en Wembley), Glen Johnson, Niko Kranjcar, Sol Campbell, Kevin Prince Boateng o hasta el propio Andrés D’ Alessandro –que llegó a préstamo desde el Wolfsburgo- pasaron por la institución.

                                        D'Alessandroy una clase de tiros libres

Sin embargo, algo no estaba bien en el plano económico. En esto hay que tener en cuenta un par de aspectos. Por un lado, el carácter mundial de algunos clubes (en el plano marketinero) y por otro la nueva tendencia que se dio con Roman Abramovich como pionero, del ingreso de capitales desde la ex URSS, Medio Oriente o incluso Estados Unidos o Asia.

Estos “inversores” encuentran diversas motivaciones, no siempre claras como mostramos anteriormente en el caso del pase de Carlos Tevez. En algunos casos, el divertimento de un magnate (caso Abramovich) hace que el pueblo ruso, que vio como se privatizaron sus empresas estatales en un abrir y cerrar de ojos, pague la construcción de gigante como el Chelsea de hoy. En otros, los intereses son más espurios aún, y la sombra del lavado de dinero aparece en más de un caso.

Estas inyecciones económicas más que cuestionables tomaron el nombre de “doping financiero” según Arsene Wenger, manager del Arsenal y que en los últimos años ha visto como su equipo fue vaciado por estos capitales (recordar las salidas de Nasri, Kolo Touré, Asley Cole y Adebayor). Algunos, como en el caso de los Gunners, mantienen una economía dentro de sus márgenes de ganancias. Otros entraron en una carrera de gasto desenfrenado, como el caso del Portsmouth. 

Otros tiempos, en el 2008

La primera alarma de que las cosas no estaban bien se dieron tras la segunda salida de Redknapp, en octubre del 2008. Harry se iría a los Spurs, y en su lugar quedó su ayudante, Tony Adams (ex futbolista del Arsenal). Pese a lograr un histórico empate ante el Milan en la vieja copa UEFA, Adams sería despedido en febrero por malos resultados. Esa temporada se cerraría con el equipo en el puesto 14 en Premier League y con la compra del paquete accionario por parte de un grupo de los Emiratos Árabes, liderado por Suleiman Al Fahim. Pese a lo que cualquiera podría imaginar, los árabes no aportaron dinero fresco, sino que optaron por vender al por mayor en mayo del 2009.

Aquí las cosas se ponen peliagudas de explicar e incluso de comprender. Es que a los pocos meses de la llegada de Al Fahim, un saudí, Ali Al Faraj –ligado a Pini Zahavi, aquel que formó parte de los pases via Locarno en River- realizó una oferta para quedarse con el Pompey. En agosto se cerró la llegada de Al Faraj, aunque la misma no sería del todo clara. Poco tiempo después (el 1 de octubre) se supo que algunos jugadores no habían podido cobrar sus salarios. El Titanic ya se había estrellado contra el iceberg.

En el campo de juego, el equipo se había podido armar a retazos, con muchos préstamos. Luego de que se supiera el atraso en los pagos de salarios, la Premier League embargó al club y lo inhibió para realizar más transferencias. Los entrenadores se sucedían y en noviembre Avram Gran tomaría las riendas.

Si deciamos que la llegada de Al Faraj no fue clara, es porque originalmente la única oferta aceptada fue la de Al Fahim, aunque en octubre el saudí poseía el 90% de las acciones del club. ¿Cómo lo hizo? A través de Falcondorne Ltd. una firma a través de la cual consiguió un préstamo de Balram Chainrai de 17 millones de libras, como para salir del pozo (ya se le adeudaban más pagos a los futbolistas). ¿Quién es Chainrai? Un nepalés que actúa desde Hong Kong, y es uno de los 40 hombres de negocios más ricos de la ex colonia británica.

Al Faraj no pudo pagar ese préstamo y al declararse insolvente, las acciones del Portsmouth pasaron a manos del nepalés. Jamás se encontraron el saudí y el nepalés, y hay quienes incluso afirmaron que Al Faraj no existe ni existió, y que era un seudónimo de Chainrai. Hermoso. (?).

Grant, hizo lo que pudo. Pero el descalabro administrativo fue tal que el club pasó a estar en manos de la justicia por un tiempo. Eso hizo, que le descontaran 9 puntos lo que prácticamente sentenció el descenso del equipo. Increíblemente, el equipo siguió avanzando en la FA Cup. Eliminó en semifinales al Tottenham de Redknapp y en la final no pudo ante el Chelsea. Sin embargo, se le prohibió la participación en la Europa League por sus problemas económicos. La deuda ascendía, aproximadamente, a 135 millones de libras.

La liquidación de los bienes parecía ser el destino del club dada la fastuosa deuda, pero nuevamente Chainrai tomó las riendas del club. Con el descenso, muchos futbolistas se fueron, aunque algunos héroes nos quedaron, como por ejemplo, el querido Nkanko Kanu, quien sigue firme junto al pueblo hoy en día. 

Vladimir Antonov; Inglaterra, un país con buena gente
El descalabro institucional no se detendría. En marzo del año pasado, Convers Sports Initiatives (CSI) adquirió Executive Sport Ltd (ESL) y anunciaba que se metía en el fútbol de lleno. Liderada por el uzbeko/ruso Vladimir Antonov, la firma adquirió tras largos meses de negociaciones a nuestro vapuleado Portsmouth. En el 2007, la fortuna de Antonov se valuaba en 300 millones de dólares y se ubicaba 182 en el ranking de millonarios rusos.

Sí, usted adivinó. Nada bueno llegó con Antonov. El 23 de noviembre, una orden de captura internacional pedida desde Lituania se libró sobre el inversor; se lo imputaba de generar la quiebra de un banco. Este fue detenido en Londres al día siguiente, y el 28 de ese mes renunciaba a su puesto de director, luego de que CSI fuera intervenida judicialmente por ser insolvente.

Además de deudas de todo tipo, ahora el Portsmouth también le debía impuestos al fisco, y en febrero de este año, por segunda vez en dos años, el equipo quedó bajo administración judicial. Nuevamente, la Federación debió quitarle 10 puntos (podrían haber sido 20). Con esto, el Pompey quedó en zona de descenso a tercera división. 

El sufrimiento popular
¿El fin? Trevor Birch, quien quedó a cargo del club de manera transitoria, dijo que la situación es peor de la que imaginaban y que era difícil que llegara a final de temporada el conjunto.

Mañana, el Portsmouth se mide en el clásico ante el Southampton. Su histórico rival lo recibirá en el St. Mary siendo líder del certamen con 78 puntos. El equipo azul está anteúltimo con 33 unidades, a 5 del primer equipo que está fuera del descenso, el Coventry City. En el plantel, además de Kanú, están Kelvin Etuhu (nigeriano) y Aaron Mokoena (Sudáfrica) como jugadores más conocidos.

Increíblemente, la única esperanza es la misma solución que lo llevó a la ruina: que aparecza alguien con capitales para salvar a la entidad. Mientras tanto, la gente del Pompey (por la cual la camiseta número 12 es dejada libre año a año) se lamenta al ver como en pocos años pasó de pelear incluso a nivel europeo a estar próximo a otro descenso. Según estimaciones de la UEFA, el 56% de la deuda total del fútbol europeo pertenece a los clubes británicos.  

1 Comentarios..:

  1. UPDATE: Nuestros héroes empataron 2-2 en el último minuto. Igual, la salvación parece una utopía

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