Mourinho lo había dicho en la previa y no se equivocó,
el Real Madrid-Bayern Munich de hoy se trataba de una final anticipada. Y no
necesariamente porque el ganador vaya a consagrarse necesariamente campeón, sino porque se medían dos colosos, con
mucho fútbol para regalar y eso fue lo que se vio en un Bernabéu que
seguramente habrá vivido una de sus
noches más tristes, pero también inolvidables. Es que el triunfo bávaro en
Madrid ya forma parte de las páginas doradas del fútbol europeo.
El juego tuvo absolutamente de todo. De un arranque
demoledor del Real Madrid, que en menos de 15 minutos se había puesto 2-0 en
ventaja ante un Bayern que salió a partir
de ahí a imponerse como un grande, sabiéndose grande y actuando como imponen
estas grandes citas. Fue sensacional
lo del conjunto de Heynckes en ese plano; es que los germanos debieron
sobreponerse a un penal que no debió ser sancionado y aun gol (ambos vía
Cristiano Ronaldo) que pareció ser ilegítimo por fuera de juego.
Pese a eso, los vestidos de rojo intentaron imponer su fútbol; el mismo que los había proclamado
vencedores en Munich. Con esas dos alas profundas por afuera más la contención
de Luiz Gustavo, el Bayern buscaba a un Mario
Gómez sumamente errático esta noche. Quizás por eso el juego no fue
sentenciado antes; el tanque alemán de ancestros españoles no pudo traducir en
la red esas jugadas que habitualmente son sencillas para él.
A pesar de sus goles, Ronaldo no pudo llegar a la final |
Esa búsqueda porfiada de los alemanes encontró en Pepe
un aliado. Es que el áspero defensor blanco cometió un penal zonzo y le permitió
a Robben igualar el global, al tiempo que en el plano personal se comenzaba a
cobrar revancha de Iker Casillas. Los últimos
20 minutos de la primera parte mostraron lo mejor de la visita, que se
adueñó del campo y el baló y prácticamente minimizó el riesgo siempre latente
en las contras del Real.
La polémica pareció en el final de la primera parte. Alaba
podría haberse ido expulsado, pero también Pepe, quien tras un tiro libre, puso
la mano. Era penal y segunda amarilla, el húngaro Viktor Kassai miró para el
costado. Arbeloa en la segunda mitad también debió irse a las duchas.
En el complemento las posturas de uno y otro no se
modificaron demasiado. Pero la precisión
comenzó a desaparecer, y el morbo del posible gol de visitante del Bayern ató
mentalmente al Madrid que jamás fue decididamente a buscar la victoria. Sin
embargo, las pinceladas de Özil (pase sensacional en el segundo del local), le
ponían pimienta al ataque del equipo de Mourinho.
Buscó el portugués darle más tenencia a su equipo con el ingreso de Kaká, y el brasileño –demasiado errático- contó con una
chance clarísima para sentenciar a Neuer, ya en la prórroga, pero se demoró en la definición y la acción se
diluyó. Antes, en la última del tiempo regular, Mario Gómez también tuvo una
opción franca de remate pero dudó y no resolvió de manera correcta.
La prórroga mostró
la fatiga no solo física, sino también mental que deja como resaca
esta clase de encuentros. La mente dictaba una cosa el físico hacía otra.
Benzema se fue lesionado tras una falta de Badstuber y en su lugar tuvo que
entrar Gonzalo Higuaín. El Pipita fue participe en una acción que podría haber
sido la clasificación del local. Pelotazo largo, el argentino en offside
intenta participar y le impide correr solo a Cristiano Ronaldo quien se hubiera
ido de cara a Neuer.
Llegaba el momento de los penales. Así como le tocó
fallar a Messi ayer, lo propio hizo Cristiano Ronaldo y fue igual de injusto ese desenlace con el portugués que tantas veces
hizo delirar al público merengue. A diferencia de lo que le pasó a la Pulga , no fue el único
(aunque hay que consignar que apenas falló uno más con la camiseta blanca, ante
el Almería). Kaká también vio como Neuer le detenía su penal con una gran estirada y Sergio Ramos lo mandó a las nubes. Kroos y Lahm tampoco pudieron
convertir, pero en el decisivo Bastian Schweinsteiger puso nuevamente al Bayern
en una final de Champions League, instancia que no alcanzaban los bávaros desde el 2010, cuando cayeran justamente en el Bernabéu, ante el Inter de Mou. Otra revancha.
Como plus, podrán jugar en su estadio el Allianz Arena
ante el Chelsea, obviamente con el aforo dividido entre británicos y alemanes.
Es justo este acceso a la final de los de Heynckes, hasta el momento ha sido
(junto al Real Madrid y el Barcelona) uno de los tres equipos que mejores pasajes de fútbol ha regalado
en esta Champions. En su casa, podrá
volver a gritar campeón luego de once años.
Real Madrid 2-1 Bayern Munich - Penalties
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