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El artista

Lionel Messi se convirtió hoy en el máximo goleador en la etapa profesional de la historia del FC Barcelona. Este simple redactor se interna en la compleja tarea de escribir algo acerca del fenómeno rosarino que pulveriza récords con un facilidad asombrosa. 



¿Cuándo se va a cansar? Esperemos que nunca. Esperemos que jamás nos despertemos de este sueño llamado Lionel Andrés Messi. Ya forma parte de nuestra cotidianeidad. Cuántos fines de semana (o también en el transcurso de la misma) repetimos con amigos, familiares, compañeros de trabajo un diálogo que va más o menos así: "¿Viste los goles de Messi?". Si la respuesta es positiva, la charla discurrirá acerca de lo bello, lo increíble, lo difícil que tuvo la factura del mismo; o bien acerca de lo asombroso de sus números si el gol no es tan maravilloso (para lo que nos tiene acostumbrado). Si la respuesta a la pregunta es negativa, entonces la frase que sigue es simple: "Miralos cuando puedas". 

Los adjetivos calificativos se han agotado con la misma velocidad con la que Messi, semana tras semana, se anota un nuevo récord. Entonces, dejemos de hablar de números, de comparaciones, de épocas. Disfrutémoslo. Liberemos los sentimientos. Porque a mí en particular, cada vez que veo a Leo, sea por tele (casi siempre) o las pocas veces que lo vi desde la tribuna, su juego me emociona. Pero es una emoción muy profunda, una mezcla entre admiración, incredulidad y hasta algo de envidia.

¿Se puede jugar así? ¿Puede ser que cada jugada tenga ese sello de crack? Hasta un pase de cinco metros es diferente si sale de la zurda de Messi. Ni hablar de cada definición sea desde afuera del área o en el mano a mano donde se encarga de ridiculizar a los arqueros que siempre quedan pagando. 

La víctima de turno fue el arquero del Granada
El ser de la misma generación que el "10" del Barsa tiene una gran ventaja: pude seguir sus pasos desde el inicio. Aún me acuerdo la primera vez que escuché que un argentino había debutado en un amistoso del Barcelona ante el Porto con apenas 16 años. Era llamativo, y la idea me había quedado en la cabeza. Qué decir, entonces, la primera vez que lo vi jugar por la tele

Es un recuerdo que no se me va a borrar más. Fue mágico, fue electrizante. La AFA organizó dos amistosos en junio del 2004, con un único objetivo: asegurarse a Messi. Y ahí lo vi, por la tele. En la cancha, con el frío que hacía, si había 500 personas era mucho, pero la magia de la TV todo lo pudo. Juan Agustín García y Boyacá, el Estadio Diego Armando Maradona (donde el Diego también debutó, cosas del destino), y un pichoncito que aún no tenía 17 años entraba a jugar con el sub 20. La primera que arrancó, se sacó a dos o tres defensores de encima, al arquero y definió de zurda. Fue una corriente eléctrica verlo. Era crack, no había dudas

Luego fueron llegando sus diferentes pasos, su primer gol ante el Albacete (un domingo al mediodía en Argentina), su convocatoria en el Sudamericano en Colombia, el Mundial en Holanda, y podemos seguir enumerando goles y actuaciones que configuraron sus status de figura a nivel global, ya no sólo en el fútbol, sino en el deporte en sí. (Dejo planteada la pregunta: ¿Qué deportistas son superiores a él hoy en día? ¿Quiénes les sacan mayores diferencias a sus pares?). 

Para muchos -de más está decir que me incluyo- ver a Messi es: escuchar el CD de tu banda preferida, comer tu plato favorito, beber lo que más te guste, es un polvo. Y si podemos darnos este lujo es porque existen el Barcelona Y Messi. No se puede entender al uno sin el otro

Sociedad ilícita; juntos es robo
Messi es sin lugar a dudas el más importante, aquel que desata partidos cerrados, el que se anota en los juegos más chivos, el que además no falta nunca. Pero se destaca mucho más cuando tiene a sus laderos, a Iniesta, a Xavi, a Cesc, y al más importante de todos: a Dani Alves. Leer su tweet de hoy (si bien no deja de ser una tontería) quizás no de la chance de entender el nivel de asimilación: "(...) felicitaciones al pibe por su récord me alegro muchísimo sos un grande papá!!!". El más brasilero de los laterales, parece un argentino más. Igual que Leo, que pese a vivir más tiempo en Cataluña que en Argentina habla en rosarino todavía. 

Sin embargo, Alves no es quien mejor interpreta a Messi: ese lugar le corresponde a Pep Guardiola. Un hombre clave en la carrera del crack. No sólo por haber armado a su alrededor al mejor equipo de la historia, sino que le enseño a entender el fútbol (no sólo a él) de otra manera. Al correrlo en la cancha, y darle otra serie de responsabilidades en el equipo, sacó a Messi de la discusión en torno a si era o no el mejor del mundo para ponerlo en la contienda por ser o no el mejor de la historia, además de asegurarle de manera definitiva un lugar en el Olimpo del fútbol

Los ojos que vieron más allá
Pero la clarividencia de Pep, se dio incluso antes de entrenarlo (lo que lo define como observador, antes que nada). Esta nota que escribió Guardiola en el 2006 en El País es sumamente reveladora. "Así es él. Sólo ve la portería de los otros. Es lo que le pide el cuerpo. Se pierde todo lo demás. Ya puede estar sentado. Ya puede recibir de espaldas, solo o acompañado. Perfilado o encarado. Da igual, Messi sólo ve los tres palos. Y cuando pasa lo inevitable, que a 15 minutos del final sale, se dijo a él y al mundo (cosas del Mundial) : "Ahí voy señores". Le dan el balón y como si fuera la salida de los 100 metros, y sin necesidad de la pistola y sin salida nula, ahí va." Repetimos, eso que escribió lo hizo antes de que fuera (o de que el resto del mundo se enterara, tal vez sólo Pep y Leo lo sabían) el goleador que hoy en día superó a César Rodríguez, el Pelucas. 

Seguimos citando a Pep, que escribe mejor que yo y además sabe un poquito (?) más de fútbol: "Me produce la sensación de los más grandes. Es la presencia escénica. Es aquel actor que sale a escena y tus ojos sólo se dirigen a él, aunque haya 10 maravillosos actores más". La nota es excelente de principio a fin y guarda el secreto de este Barcelona: el lugar que les dio él y no tenían antes Messi e Iniesta. Es para releerla más de una vez ante la sensación de que nos engañan, que esto lo escribió Pep hace 20 minutos. 

Lo mejor de todo esto, es que Messi apenas tiene 24 años. Sí, el 24 de junio cumple 25. ¿Alguien se atreve a apostar cuántos goles marcará no ya en su carrera, sino esta temporada? Lleva 54 en total, 34 por Liga, sin contar sus goles con la Selección. Disfrutémoslo, gocemos. No sean mezquinos ni imbéciles. Bah, hagan lo que quieran. Pero los que aún los discute, no sólo son profundamente infelices, sino, que además, no saben lo que se pierden. 
   
Soy leyenda

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