Chelsea y Manchester United reivindicaron el buen gusto y empataron 3-3 en un partido inolvidable. Por su parte, el Tottenham no pudo ante el Liverpool mientras que el Arsenal apretó el acelerador: goleó 7-1 al Blackburn.
Desde la llegada de Roman Abramovich en primer término, pero más precisamente desde que José Mourinho pasó por el Chelsea, los duelos entre Blues y Manchester United cobraron una dimensión que jamás habían tenido con aterioridad. Es que el conjunto londinense se convirtió en un nuevo rico y se hizo una habitué en la conversación grande de la Premier. Entonces, este enfrentamiento, comparable quizás con un River-Vélez de la década del noventa (aunque dudo de que en 15 años el United esté en la "B"), genera siempre un toque de atención.
Seguramente, el duelo de ayer vaya a ser uno de esos que el Martín Souto inglés pase en el "Partidazos" pirata dentro de 15 años. Increíble, un partido que uno siempre espera cuando se sienta a ver fútbol, ya sea en la televisión o en una cancha. Acciones de peligro en amabas áreas, goles, lujos, técnica, polémicas y alguna que otra buena murra. Es por eso, que el 3-3 final es una muestra de lo que fue el juego (en el sentido más cabal de la palabra), aunque no termina de describirlo.
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Mata ya definió con un zurdazo bárbaro |
Los de Ferguson fueron más en la primera parte, pero Howard Webb comenzó a jugar su partido con fallos que perjudicaron claramente a los Diablos Rojos. Con la necesidad de ganar para no quedar en segundo lugar, el United fue a buscarlo pero el Chelsea logró adelantarse. Sturridge, que ya dejó de ser proyecto para ser realidad, se inventó un desborde dentro del área cuando no tenía espacio y envió un centro que se desvió en Evans. Era la ventaja parcial para el conjunto de André Vilas-Boas, urgido de victorias.
Si visto desde afuera el triunfo Blue parecía injusto, qué decir cuando en cinco del complemento el Chelsea se puso 3-0. Es que primero llegó uno de los golazos del fin de semana; el Niño Torres -definitvamente está peleado con el arco- la cruzó y de volea a la carrera ese crack llamado Juan Mata la clavó arriba. De Gea poco pudo hacer allí y en el gol de David Luiz, previo desvío en Ferdinand.
Un equipo del corriente tiraba la toalla y pensaba en evitar la goleada que se olía en Stamford Bridge. Pero no es el caso del Manchester, con ADN de campeón, más allá de su ubicación final. Con Wayne Rooney como abanderado desde el juego y el carácter, de a poco empezaron a llegar. Evra se inventó un penal -magistralmente cambiado por gol por Rooney- y el propio delantero convirtió nuevamente desde los doce pasos tras una falta vista sólo por Webb a Welbeck.
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¿Alguien hablaba mal de Dea Gea? Ah, sí, Pons |
Quedaban 20 minutos y recién allí el Chelsea decidió retrasarse. Caro lo pagaría. Porque Javier Hernández, más conocido como el Chicharito, se ubicó en el lugar correcto para empalmar de cabeza un centro que destiló técnica del inacabable Ryan Giggs. En el final, el crédito de Cultura Redonda, David De Gea, realizó una de las atajadas del año. A mano cambiada le sacó del ángulo un tiro libre a Mata.
Pero la Premier League no se agotó en este partidazo. El City, en medio de una tormenta de facha nieve, se asegúró tres unidades más. Superó por 3-0 al Fulham con buen aporte de Agüero, fundamental en el esquema de los Ciudadanos.
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Dzeko cumple, Agüero dignifica |
El mismo sábado, el Arsenal dio cátedra como hace tiempo no hacía. Es verdad que aprovechó las facilidades que le dio un candidatazo al descendo como el Blackburn Rovers, pero no es sencillo vencer por 7-1. Para destacar, hay que hacer foco en que Robin Van Persie está intratable (hizo tres goles), que el joven Oxlade Chamberlain no debería salir del once titular de Wenger, y que Thierry Henry anotó en Premier, ya lo había hecho por FA Cup ante el Leeds.
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A más de uno del staff de CR se le cayó un lagrimón |
Por su parte, el Newcastle se consolidó en la pelea tras superar por 2-1 al Aston Villa. Los de Alan Pardew se ubican quintos, disputándole de cerca el luar en Champions al Chelsea. El golazo del senegalés Cissé es como para enseñar en divisiones inferiores.
Cerraron la jornada, en un soporífero encuentro, Tottenham y Liverpool y no abrieron la cuenta en el estadio Red. En la primera parte, lo más destacado fue que entró un gato al campo de juego (!), y en el complemento Bale tuvo la victoria en su zurda, pero definió mal luego de un genial pase de Luka Modric. Volvió a las canchas Luis Suárez luego de su sanción, pero realmente poco pudo hacer en un match al que le sobraron 85 minutos, casi.
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