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La historia de Pichichi



Los homenajes en el mundo del fútbol son tan comunes como los goles. Justamente, en España utilizaron al gol para rendir homenaje a aquellos que nos llenan los ojos inflando redes: a los “Pichichi”. Seguramente si leyéramos que Messi se adjudicó el premio Rafael Moreno Aranzadi nos quedaríamos un poco desorientados, pero la realidad es que ya lo ganó como no podía ser de otra manera.



Rafael Moreno Aranzadi, o “Pichichi” como se lo conoce más habitualmente, fue un goleador nacido en Bilbao que ostenta el nada despreciable promedio de 0.88 goles por partido, todos con el Athletic a lo largo de 10 años. Claro, hoy, animales como Messi o Cristiano Ronaldo logran esa cantidad en poco más de un año, pero por aquél entonces este personaje marcaba una época, mucho antes de la creación de la Liga Española. Como dato de color, jugaba con un pañuelo blanco sobre la cabeza,  y tardó cerca de dos años en disputar su primer partido en la primera del Athletic. 

El busto original al goleador
En realidad se dice que su leyenda se forjó justamente luego de su muerte, como suele ocurrir con muchos ídolos. De hecho se retiró del fútbol allá por 1921 siendo muy cuestionado por los seguidores del Bilbao. Nadie por entonces se imaginaba que Pichichi iba a ser mito y objeto de homenaje hasta nuestros días. Un año después de retirarse falleció, a los 29 años, a causa de tifus. Según se dice lo habría contraído como consecuencia de la ingesta de ostras en mal estado. 


Cuando se conoció la noticia de su muerte se procedió a un entierro público y multitudinario. A partir de allí comenzaría a forjarse la leyenda. Ricardo de Irezábal Goti, un ex presidente del club, propuso levantar un monumento en honor al ídolo caído. La obra quedó a cargo de Quintín de Torre Berazategui quien esculpió una estatua de bronce con la viva imagen de Pichichi.  El mismo fue colocado en San Mamés y se organizó un amistoso para celebrar su inauguración.


Torsten Frings (Werder Bremen) dejó una ofrenda
A pesar de la expectativa creada, el partido se tuvo que suspender por la inundación del estadio del Athletic a causa de una terrible lluvia. Finalmente, el mismo se llevó a cabo una semana después y enfrentó al local contra el Arenas Club, su clásico rival de aquél entonces. El presidente de la institución, Manuel de la Sota (para los cordobeses, no se trata de un error), dio un discurso y se procedió a destapar el monumento al ídolo. El partido terminó con goleada del Bilbao por 7 a 2. Si bien, su ubicación fue variando, el monumento no se movió más de San Mamés. De hecho, es una tradición que todos aquellos equipos que visiten por primera vez el estadio dejen un ramo de flores en honor a Pichichi, como muestra de respeto y admiración. 

Una más reciente, con Pedro Infante, del Mirandés

Allá por 1953, 31 años después del fallecimiento de Rafael Moreno Aranzadi, como iniciativa del diario Marca, se instauró el Trofeo Pichichi al máximo goleador de la liga de España. Telmo Zarra fue el que más distinciones logró, aunque sólo lo ganó en una oportunidad. Sucede que, si bien el premio se empezó a otorgar en 1953, se reconoció retroactivamente hasta la temporada 1928-1929. Zarra, fue el primero en recibirlo, pero nunca más lo ganó, aunque se le reconoció su mérito como máximo anotador en 5 oportunidades anteriores. En 2003 se le entregó a Zarra el Pichichi de oro y, luego, en 2006, Marca creó el Trofeo Zarra al máximo goleador español de la temporada.

Entre algunos destinatarios del trofeo encontramos a próceres de la talla de Di Stéfano, Puskás, Kempes, Hugo Sánchez, Romario, Zamorano, Raúl, Ronaldo, Forlán, Messi y Cristiano Ronaldo. Todos ellos le rinden homenaje a Pichichi. Desde Cultura Redonda le rendimos el nuestro.

Messsi, con el premio Pichichi de la 2009/2010
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