Las historias de esfuerzo abundan en el fútbol, siempre se
destaca el valor de los jugadores por salir adelante a pasar de la adversidad,
los problemas y la falta de oportunidades, pero indudablemente Julio Frías
marcó la diferencia, porque su vida pasó del narcotráfico a los cortos sin estaciones
de por medio..
En ese contexto se crió, Julio Daniel Frías, hoy futbolista, aunque su pasado no es tan alegre como su presente. Nació hace 32 años, en 1979, y su vida tuvo un antes y un después, luego de la separación de sus padres. De ahí en adelante su destino lo marcó el barrio y como diría mi preciosa abuela "la mala junta".
Sitios como Fuerte Apache o Villa Fiorito se hicieron conocidos a nivel mundial por ser la cuna de Carlos Tevez y Diego Armando Maradona, su fama no es la mejor hay que reconocerlo, pero no son los únicos lugares con esa aura en el mundo. En México, lugar de nacimiento de nuestro protagonista, Ciudad Juárez está lejos de ser una urbe paradisíaca y cada vez que su nombre aparece en algún periódico internacional, no siempre claramente, se la suele mezclar con el narcotráfico.
En ese contexto se crió, Julio Daniel Frías, hoy futbolista, aunque su pasado no es tan alegre como su presente. Nació hace 32 años, en 1979, y su vida tuvo un antes y un después, luego de la separación de sus padres. De ahí en adelante su destino lo marcó el barrio y como diría mi preciosa abuela "la mala junta".
"Juárez es muy conflictivo. Hay mucha drogadicción y
pandillerismo. Yo me vi envuelto en todo eso. De joven anduve en la pandilla
como tres años, caí en las drogas, pasé por cositas de esas que pasan muchos
jóvenes en esta ciudad", contó el delantero, quien a los 17, edad donde muchos hacen las inferiores, estuvo recluido en un reformatorio por sus delitos.
Estas narraciones suelen tener un giro de 180° y he aquí ese punto, cuando, un año después de su detención, el Maleno vivió el nacimiento de su hijo. Eso lo llevó a replantearse sus actos y a buscar un cambio. Su primera iniciativa fue buscar trabajo y lo encontró, algo que Alfito Basile todavía intenta hacer, pero no tuvo nada que ver con un balón, ya que empezó como obrero de construcción y luego en las maquilas, empresas ensambladoras
de productos extranjeros que suelen situarse en la frontera mexicana.
Hoy Frías sólo vive para jugar el fútbol |
Con el primer paso en marcha, el segundo comenzó por sí solo y debutó como futbolista en la tercera (lo que en nuestros pagos es la Primera D) con la casaca de Soles. Poco a poco ese camino tendría paradas cada vez más importantes, porque se vistió con los colores de Astros, en segunda, Tigrillos y Cobras, en la Primera A (para nosotros, los mortales, es la B Nacional).
Hoy la vida de Frías diferente y el fútbol es su trabajo |
A pesar de empezar a formar un nombre en el mundo de la redonda, la necesidad económica hizo que Frías se convirtiera en ilegal, como muchos otros mexicanos, y pasó a vivir en Estados Unidos, donde trabajó por tres como albañil en la ciudad El Paso, pero como en el norte también juegan al fútbol siguió gastando los botines en el Chivas El Paso Patriots.
El gran salto llegó, "un poco tarde" como asegura él mismo, cuando un dirigente del los Indios, conjunto creado en el 2005 y que en ese entonces tenía como mayor aspiración ascender a la máxima categoría mexicana, lo invitó a hacer una prueba en el club. Obviamente quedó y en el 2008 alcanzó el sueño de jugar en Primera División, aunque la cosa no quedó ahí porque en esa temporada su equipo se convirtió en la revelación del torneo y llegó a las semifinales.
Sus actuaciones captaron las miradas de otros equipos y el primero en hacer un movimiento para comprar su pase fue Jaguares de Chiapas. Lamentablemente su período en esta institución no fue el mejor y regresó a Indios, donde en la actualidad pelea por el ascenso.
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Sus actuaciones captaron las miradas de otros equipos y el primero en hacer un movimiento para comprar su pase fue Jaguares de Chiapas. Lamentablemente su período en esta institución no fue el mejor y regresó a Indios, donde en la actualidad pelea por el ascenso.
"La gente está ahorita (lirismo mexicanote) temerosa
por la violencia, pero cada domingo se distrae, lleva a sus hijos al estadio y
lo llena. Los Indios están cambiando Ciudad Juárez: mucho joven que anda metido
en pandillas o drogas puede llegar a Indios, que es un escaparate", contó
alguna vez este delantero que tiene claro el por qué de su presente: "Nunca bajé los brazos"..
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