El Barcelona aplastó al Espanyol en el clásico de la ciudad por 4-0. Todos los goles los marcó antes de la primera media hora de juego. Encima, le sacó más distancia a sus perseguidores y ahora lleva 11 puntos de ventaja. Pedro que hizo dos, fue el más destacado.
Los primeros 28 minutos del Barça este domingo ante el Espanyol deben quedar sin dudas dentro de las grandes páginas de este equipo. Es que la superioridad fue tal entre el Barcelona y su rival en ese espacio temporal que le hizo cuatro goles y podrían haber sido más. Este conjunto dejó de ganar siempre para aplastar en cada encuentro y su nivel parece ir en ascenso.
Si incluimos los dos goles mal anulados a Pedro y excluimos el tanto de penal de Messi, todos los tantos blaugranas fueron sensacionales, con el sello del ADN Barça. Muchas combinaciones, pases precisos, apoyos mutuos y fútbol coral y de posición. Xavi, al igual que ante el Valladolid, llegó en posición de número "9" para coronar una acción que vio toques por todos lados, el último de ellos un pase preciso de Iniesta.
En esa primera parte fastuosa el conjunto que volvió a tener a Tito Vilanova en el banco de suplentes concretó el 91 por ciento de los 473 pases que ejecutó y finalizaría el choque con el 75 % de posesión. Pero a esa tenencia le agregó la dosis justa de verticalidad, los cuatro goles de diferencia terminaron siendo pocos.
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| Tito se sentó en el banco del Barça |
El segundo tanto, sería de Pedro luego de un disparo de Messi que se desvió en el canario. Pero para ser justos, el mayor crédito en la jugada se lo llevó otro que volvía, Cesc Fàbregas. El ex Arsenal es uno de los más beneficiados con las pequeñas variaciones que introdujo Vilanova con respecto al período Guardiola (esto es extremos más abiertos y un equipo un tanto más largo que permite más el intercambio de golpes). Lo reconoció luego el de Arenys del Mar en conferencia de prensa; pasó de ser incógnita en el cierre de la pasada temporada a pieza clave.
Así como Xavi se había disfrazado de Messi en el primer gol, el tercero mostró a Sergio Busquets (uno de los tres mejores jugadores del Barça esta campaña) enfundado en la pilcha de Iniesta. Pase Riquelmeano del pivote catalán y definición de lujo de Pedro, otro que en la campaña 2012/2013 recuperó su mejor versión. Dos minutos más tarde, tras un penal muy mal sancionado, Messi inauguró su cuenta en este nuevo año.
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| Pedro la rompió |
El Espanyol (que dos jornadas atrás empató con el Real Madrid en el Bernabéu) pedía clemencia. Encima, en las dos acciones puntuales que tuvo frente a Víctor Valdés, falló: la primera un error que dejó a Sergio García mano a mano, pero este definió a las nubes; la segunda una falla de Piqué que puso de cara al gol a Albín, pero quien fuera verdugo del Madrid resolvió mal y la tapó Valdés.
Pedro debió irse con un póker, pues hizo dos goles más que anularon mal los jueces por supuesto offside. A su vez, Messi reventó el travesaño en otro tiro libre mágico, esos que cada vez domina con mayor maestría.
Si tenemos que quedarnos con algo del Barcelona hoy es con su intensidad en el comienzo del juego, cuando impuso condiciones y exhibió todas las fragilidades de su rival. Iniesta está pasando un momento fantástico, Cesc es vital, Busquets tiene un sentido de la ubicacióin único y hoy mostró a Pedro como figura y a un renovado Alves. Messi aportó pero no fue ni por asomo el más destacado.
La Liga ya está sentenciada, no quedan dudas. Mientras que los catalanes le metieron cuatro en 28 minutos a su rival urbano, el escolta Atlético de Madrid empató en un encuentro gris ante el Mallorca en las Baleares. Así, la distancia se amplió a once unidades. Demasiado para un equipo que ganó 17 de sus 18 partidos en esta Liga y que ya no le alcanza con ganar, ahora tritura a sus rivales.
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