Manchester United
ingresó al mercado de verano europeo con la idea de conformar un plantel que eleve sus posibilidades de cara a la inminente
temporada 2015-16 y asegure un porvenir competitivo. La llegada de jugadores de
experiencia internacional y la inclusión de jóvenes valores con gran proyección
motivan a la ilusión.
Tras una temporada irregular que significó el debut en el
banquillo del experimentado entrenador holandés Louis Van Gaal y culminó con el
objetivo de ingresar en el Top 4 de Premier League cumplido, Manchester United ha
iniciado activamente su trabajo en el mercado de transferencias. Con la idea de
mejorar lo realizado en la última campaña e ir en busca del título, pero sin dejar
de lado el armado de las bases para un futuro exitoso, los Red Devils piensan
en un conjunto que ofrezca un equilibrio entre experiencia y juventud,
abarcando nombres de gran porte.
La idea, a nivel global, no solo pasa por lo futbolístico. Ed
Woodward, vicepresidente ejecutivo de la institución, le ha ganado la pulseada
a los hermanos Glazer acerca de la manera de encarar cada mercado de pases.
Woodward entiende que Manchester United
debe ser dominante e imponer condiciones en el mercado, incluso ante gigantes
de la talla de Real Madrid y Bayern Munich, a quienes les ha hecho transpirar
bastante en lo que va del mercado.
Los resultados conseguidos en la gestión de David Moyes,
bajo las condiciones austeras que proponían los empresarios norteamericanos,
terminó con un resultado desastroso. El United terminó contratando como fichaje
estrella a Marouane Fellaini por una fortuna y sucumbió cerca de la mitad de la
tabla de Premier League. La pérdida millonaria que provocó a Manchester United
la ausencia europea de la última campaña, terminó dándole la razón a Woodward, quien logró equilibrar con jugosos contratos publicitarios, sin involucrar en ello los millonarios acuerdos con el nuevo sponsor y la marca proveedora de indumentaria.
Las ruidosas contrataciones de Ángel Di María, Ander Herrera, Radamel Falcao García
y Daley Blind durante el mercado del verano europeo de 2014, limpiaron las
dudas acerca de la eficiencia de Woodward, un físico devenido en hombre de las finanzas de tan sólo 43 años de
edad, para atraer jugadores de nivel y pusieron al
United en el centro de atención del universo futbolístico.
Tras varios años,
Manchester United conseguía el concurso de jugadores de renombre para reforzar
una plantilla de escasa jerarquía. La campaña tuvo altibajos pero colocó al
equipo en las rondas preliminares de Champions League, con la esperanza de
ubicarse entre los grandes de Europa nuevamente. Ahora, Woodward y Van Gaal van
por el segundo paso: conformar un plantel con jerarquía y recambio.
Primero el futuro, después
el presente
Antes de la finalización de la temporada pasada, Van Gaal se
aseguró una joya en potencia. Cuando todos hacían el balance anual o definían
sus destinos nacionales y continentales, Manchester United contrató a Memphis
Depay, un extremo holandés de gran remate, extraña habilidad y gran potencia,
que viene de marcar 28 goles en 40 partidos para el PSV Eindhoven en 2014-15.
Este joven de 21 años, mundialista de la mano del propio Van
Gaal en Brasil 2014, está llamado a ser uno de los grandes protagonistas del
próximo lustro del equipo de Old Trafford. Los 27,5 millones de euros que Manchester
United abonó por sus servicios, no parecen una suma demasiado alta para el
tremendo potencial futbolístico que acuña el delantero que puede jugar en todo
el frente de ataque y que ya marcó su primer gol con la camiseta roja en el
triunfo por 3-1 ante San José Earthquakes.
Con la base de un porvenir promisorio construida, a partir
los pies de Depay y de los canteranos Jesse Lingard, Adnan Januzaj y Andreas
Pereira, el United fue a buscar hombres con probado presente, que cumplan con
las actuales urgencias de un equipo obligado a recuperar su prestigio. Morgan
Schneiderlin y Bastian Schweinsteiger llegaron para fortalecer una zona media
que aún sufre la retirada de Paul Scholes y conformarán junto a Herrera y
Michael Carrick un mediocampo con variantes y calidad. Esto no solo impactará
en la zona central del andamiaje
mancuniano, sino que impedirá la necesidad de recurrir a baluartes de otras
zonas del campo para cubrir ausencias, elevando la continuidad y la
confiabilidad de la formación.
Matteo Darmian, un lateral ambidiestro que puede ocupar
ambas bandas con similar eficiencia y cuenta con una muy buena consideración
internacional, a partir de sus actuaciones en Torino y la Selección italiana,
ocupará el sector derecho de la defensa que el brasilero Rafael no supo cuidar
y Antonio Valencia cubrió con disímiles actuaciones.
Qué piezas faltan y que se
busca
Con un mediocampo de gran nivel, los laterales bien
cubiertos, gente adecuada en la creación, la continuidad de David De Gea en
vías de confirmación y desequilibrio en los últimos metros, Manchester United
carece de jerarquía en dos zonas clave. En el centro de la defensa, Chris
Smalling y Phil Jones no logran el nivel necesario para adueñarse de un lugar,
Marcos Rojo tuvo una temporada aceptable pero tampoco lidera la defensa, Jonny
Evans ve de cerca la puerta de salida tras un olvidable certamen y Daley Blind es más
una variante que un central hecho.
Delante del arco rival, el equipo de Van Gaal tiene gente
que llega al gol desde distintos sectores. Wayne Rooney, puede alternar
creación con gol y Depay podría sumar una importante cuota goleadora que sume
varios puntos a la causa. Pero el United carece de un goleador de raza que
garantice mantener las redes calientes. Ese goleador que el holandés no
encontró en Falcao y parece no observar en Javier Hernández.
Para uno y otro sector, Van Gaal maneja nombres rutilantes y
confía en contar con sus servicios a la mayor brevedad probable. Sergio Ramos y
Nicolás Otamendi figuran como prioridades en el ámbito defensivo, mientras que
se busca por cielo y tierra el nombre ‘sorpresa’ que expresó el entrenador la
semana pasada en conferencia de prensa y alejó de las presunciones periodística
el último martes. Robert Lewandowski, Thomas Müller, Fernando Llorente, Zlatan
Ibrahimovic y hasta el propio Cristiano Ronaldo fueron nombrados en los
desesperados intentos de la prensa por encontrar al enigmático atacante que Van
Gaal situó a un paso del United.
Con todo esto, solo queda por resolver la indefinida situación
de De Gea -con un solo año de contrato por delante y el supuesto deseo de partir hacia Real Madrid- y la muy probable salida de Di María hacia suelo francés, que
permitirá a la institución aumentar las posibilidades presupuestarias para continuar
en un mercado regido por el Fair-Play financiero. Nombres como el de Pedro
Rodríguez y el de Sergio Romero, aparecen como alternativa para cubrir esos
lugares a bajo costo pero con experiencia y categoría.
¿Puede Manchester
United pelear por el título?
Pese a la enorme inversión realizada y al notable
fortalecimiento del plantel, aún es
clara la sensación de ausencia de jugadores de primer nivel internacional en
puestos clave. Falta nivel ‘World Class’ allí donde se evitan los goles rivales
y donde se marcan las diferencias con tantos propios. Con un Chelsea que
mantuvo el plantel y agregó a Falcao y un Arsenal que adquirió en Petr Cech una pieza fundamental
para buscar el postergado título liguero, Manchester United parece destinado a
discutir un paso más abajo con Manchester City por el tercer lugar.
Esas carencias importantes, deben ser resueltas a la
brevedad para aumentar considerablemente las posibilidades de una concreta
candidatura al título. Europa da otras chances en las rondas eliminatorias. En
el torneo a corto plazo, si Manchester
United logra superar la Fase Preliminar y aquel grupo que le toque en suerte,
seguramente será un hueso duro de roer para cualquiera.
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