Argentina consiguió los tres puntos en su segundo partido de la Copa América. Venció 1-0 a Uruguay con gol de Sergio Agüero. El partido fue muy intenso y disputado durante los 90 minutos. La albiceleste dominó durante la mayor parte del encuentro, pero los uruguayos tuvieron chances de empatarlo sobre el final.
Ni contra Paraguay fue muy malo, ni contra Uruguay fue muy bueno. Ni muy muy el sábado, ni tan tan anoche. Si sacamos la variable del arco en cero para Argentina, probablemente el análisis del equipo sea bastante similar al del primer partido. Aciertos y cosas positivas que mejoraron de un partido hacia el otro, y aspectos negativos que continúan siendo evidentes en los 180 minutos disputados.
El regreso de Biglia y Zabaleta eran la nota al comienzo del partido, y ninguno de los dos fueron actores de reparto en el equipo. La Selección comenzó como se esperaba, tomando la iniciativa y el control del juego. Durante gran parte del primer tiempo se vieron destellos de lo que Martino busca en el equipo, posesión de la pelota, ataques posicionales, recuperación rápida tras pérdida, una serie de movimientos que mientras más minutos se sostengan mayor será el crecimiento.
Uruguay a pesar de sufrir el dominio albiceleste durante gran parte del primer tiempo, se mantuvo competitivo alerta todo el encuentro. Promediando el final de la primera parte, los roles se invirtieron momentáneamente y pasaron a ser los charrúas los que marcaban el compás del partido. Explotando las espaldas de los laterales argentinos lograron llegar con cierto peligro al arco de Sergio Romero. El dominio de Argentina disminuyó, casualmente o no, justo en el momento en el que el Tata fue expulsado de la cancha por una protesta demasiado efusiva con el cuarto árbitro.
En el segundo tiempo la iniciativa volvió a ser para los argentinos, Uruguay intentaba negar todos los pasillos interiores y obligaba a la Selección a finalizar las jugadas por las bandas y tirando centros al área. Sergio Agüero fue anticipado durante casi todo el partido por Diego Godín, el delantero se mostró un tanto estático entre la zaga central uruguaya y el juego de espaldas no le favorecía. En la primera jugada en la que el Kun logró deshacerse de la marca de Godín llegó el gol argentino. Messi la inició, Javier Pastore clarificó y Pablo Zabaleta asistió. Conexión del Manchester City para abrir un partido que se mostraba cerrado.
Tras el gol los uruguayos no se desmoronaron, todo lo contrario. Una serie de variantes tácticas y de jugadores mostraron la mejor cara de la celeste. Con un doble 9 formado por Edinson Cavani y Abel Hernández buscaron explotar la segunda jugada saltando el mediocampo argentino. Una fórmula similar a la utilizada por Paraguay y que nuevamente le trajo problemas a los dirigidos por Martino. Con un simple envío que saltaba líneas Uruguay lograba poner a sus jugadores en posiciones favorables para centrar al área. Como sucedió el sábado, la Selección perdió el control del partido en los minutos finales, concedió demasiadas faltas cerca del arco de Romero, y de no ser por las atajadas del arquero y la mala puntería en la definición, el partido pudiera haber terminado empatado.
Lo positivo, además del resultado, Argentina sostuvo durante más minutos que el partido pasado la idea que el director técnico busca. La nota más alta se la lleva el Flaco Pastore, el cordobés supo moverse en los pocos espacios que había entre las líneas uruguayas, ante la sobrecarga defensiva que recibe Messi, es muy necesario el aporte de quienes lo rodean para aprovechar esos espacios que genera el magnetismo de la Pulga. Mención también para Zabaleta quien demostró con su ingreso que él es el lateral derecho titular del equipo, es ventilación para el costado derecho, y cuando tiene la posibilidad de atacar al espacio puede finalizar las jugadas tan bien como lo hizo asistiendo al Kun. Biglia, de igual manera que Zabaleta, no dejó dudas que es el mejor ladero que Mascherano ha tenido en la Selección en mucho tiempo.
Lo negativo del combinado argentino es que se muestra vulnerable en aquellos pasajes del partido en los que pierde la pelota. El equipo está preparado para defenderse con el esférico en su poder y presionar ni bien se comete la pérdida, sin embargo cuando la posesión la tiene el rival y la defensa debe retroceder y formar un bloque cercano a Romero, las dudas se apoderan del equipo. Probablemente el Tata pueda buscar una variante cuando sucede esto, replegar al equipo, que los delanteros pasen la línea de la pelota y aprovechar los espacios generados por el adelantamiento del rival por medio de la velocidad de los de arriba, seguramente esa sea la idea. Entonados por la victoria en el clásico del Río de la Plata, Argentina enfrentará a Jamaica el próximo sábado en Viña del Mar, el primer puesto del grupo es el principal objetivo.
0 Comentarios..:
Publicar un comentario