Tal vez,
obedece al rigor que deberá afrontar a partir de febrero, cuando deba disputar
los octavos de Champions, etapa a la que ha retornado tras continuas
decepciones continentales. Lo cierto es que Juventus ha disminuido el ritmo en
el Calcio, pero exhibe su cara más ordenada y seria frente a las adversidades. Consciente
de sus atribuciones, virtudes y defectos, los de Allegri actuaron en el San
Paolo sin la imagen de sus mejores días, pero concediendo pocas ocasiones al
rival.
El
entrenador no ha modificado la idea colectiva, más allá de un cambio de sistema
táctico. Se han mantenido los automatismos adquiridos en la etapa de Conte,
aunque los Bianconeros cuenten en la actualidad con una mayor solidez
defensiva. No obstante, esas cualidades que mostró en el primer semestre del
Calcio no aparecieron en las últimas jornadas. Con el objetivo de no minar su
futuro, Juventus se permite un período en el que no domina con notoriedad el
juego.
Ante
Napoli, ha carecido del juego interior que lo distingue. Pocas veces ha podido
romper líneas por dentro. De hecho, solo en el inicio del encuentro pudo Pirlo
hallar a Vidal por detrás de los volantes rivales. Con un centro del campo
conformado en rombo, siendo el chileno el vértice más adelantado, casi no pudo crear
situaciones de ataque. Vidal y Pogba mutaron su función y el francés pasó a
jugar a la mediapunta, pero lejos estuvo Juve de progresar en el campo.
Los envíos
a la proyección de Cáceres por el lateral derecho eran el principal método para
llegar a Rafael Cabral. De todos modos, el uruguayo no decidió bien en ataque. En
tanto, Napoli cedió el balón y replegó sus líneas, ejerciendo presión en la
mitad del campo para recuperar e intentar salir rápido. En ese aspecto, tanto
Gargano como David López estuvieron muy acertados para robar. Higuaín apoyaba
en corto y Hamsik conducía, pero De Guzmán falló el único contraataque que
hilvanó el Napoli.
El dominio
con balón del conjunto visitante no se traducía en creatividad, aunque llegaría
la única ocasión clara luego de una gran acción de Llorente. Dentro del área,
el centro delantero español protegió el balón a la espera de la llegada de
Tevez, cuyo remate rebotó en el ex Athletic Bilbao y derivó en Pogba. Desde la
frontal, el interior galo perfiló su cuerpo y sacó un gran remate de aire que
significó el primer gol del partido. Más tarde, el argentino colocaría un gran
balón a la ruptura de Cáceres, pero el arquero local respondió en el mano a
mano.
La tónica
del juego cambió posteriormente al golazo juventino. Benítez decidió presionar
sobre la salida rival y dispuso que su equipo se pare metros más arriba. Poco
pudo hacer en ataques estáticos, pues las mejores acciones napolitanas siempre
han llegado tras combinaciones rápidas. Si bien el conjunto celeste ha mejorado
su capacidad asociativa en el último tiempo, aún le cuesta hacerlo de manera
continua.
Una vez
Napoli arriesgó en su planteo, Juventus evidenció su orden en retroceso. Vidal,
en función de box to box, volvió a disputar un gran partido, apoyando en las
dos áreas. Bajo un repliegue en forma de 4-4-2, los dirigidos por Allegri no otorgaron
opciones de desborde al elenco contrario. El plan del dueño de casa era ocupar
los espacios sin sobresaltos en su campo, aunque falló la única opción de
ataque de la que dispuso y luego se vio obligado a ir en busca de la igualdad.
Ante la
ambición de los de Benítez, el líder de Serie A encontró más espacios para
hacer daño a la contra, pero Pogba no estuvo preciso al ejercer de lanzador. En
pelota parada, llegaría el empate de Britos, quién se impuso sin marca alguna.
Ya había entrado Mertens por Hamsik y De Guzmán abandonaba el extremo izquierdo
para jugar por detrás de Higuaín (luego pasaría al doble pivote). Sin embargo,
en la acción siguiente, Juve volvió a ponerse en ventaja cuando Pirlo ejecutó
de forma magistral un tiro libre y Cáceres ganó en el área.
A
posteriori del segundo tanto, el técnico de la visita movió piezas y determinó
volver al esquema que había heredado de Conte. Lichsteiner ingresó por Pogba y
el equipo se paró en 5-3-2, con las ayudas constantes de los interiores hacia
las bandas. De esa forma, blindaron los laterales y quitaron posibilidades de desnivel
al rival. En otra bola quieta, Napoli conseguiría empatar nuevamente, aunque el
árbitro decidió anular la jugada de forma incorrecta.
Ya sobre el
final, en la última oportunidad del encuentro, Vidal cerró el juego al definir
una transición ofensiva veloz y con una muy buena gestión de los espacios. A Juventus
le ha bastado con mostrar su semblante más competitivo, aún alejado de sus
mejores rendimientos, y logró vencer en Nápoles luego de 14 años.
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