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Crónicas de una infamia

Nuestro corresponsal en México, durísimo con su seleccionado. El Tri se metió al repechaje por la ventana, gracias a una inesperada mano del rival de toda la vida: Estados Unidos. Ahora, se viene Nueva Zelanda.






Con los anhelos gastados se presentaba la selección azteca en territorio tico, los nueve partidos antecedentes del hexagonal final de Concacaf no invitaban a la esperanza y, sin embargo, el pueblo mexicano se volcaba en un equipo desangelado, indolente y frío. Con la increíble oportunidad (lejana eso sí) de llegar directo al Mundial del próximo año en Brasil.

Se presentó el equipo tricolor. Enfrente, una selección ya calificada pero con la oportunidad de dejar en el camino al otrora “Gigante de Concacaf” los ticos sacaban pecho y por eso Joel Campbell tiró que México se sentía el España de Concacaf y que ni por asomo lo era. El colombiano Pinto entrenador de la selección de Costa Rica se refirió a los periodista mexicanos como “payasos” por suponer que su selección entregó el partido del viernes pasado ante Honduras. Por todo ello el ansia de terminar con victoria y ante México se acrecentaba en el seleccionado centroamericano.

Y tras noventa y cuatro trepidantes minutos el representativo mexicano quedó en silencio, sin ganas, desnudo y exhibido. Con un boleto al repechaje ante Nueva Zelanda que en la mente de cualquiera sonaría inimaginado, pero lo increíble es que se alcanzó, y ni siquiera por méritos propios. Hoy el enemigo de toda la vida le dio una gran mano al vencer sobre la hora al conjunto panameño y dejar con una tristeza inmensa al pueblo de los Dely Valdés. Increíble final de eliminatoria, pero más increíble resulta que el equipo mexicano se desdibuje ante la nada. Triste es verles en el campo, sin idea, sin ilusión, sin energía. Triste es. Porque esta inolvidable noche el héroe mexicano apellida Johansson. Pero no lo busquen entre el cuadro titular de México, tampoco entre los suplentes porque él juega con el equipo de barras y estrellas, esa es la realidad del futbol mexicano que en menos de un año fue de lo sublime a lo ridículo.




Se abrió la puerta de la reclasificación para México, pero se pasa entre las sombras… entre las sombras más obscuras de la historia balompédica de éste país.

Por favor, por favor, esto no es una selección, esto descaradamente se ha convertido en un grupo de amigos que se juntan de vez en cuando para hablar de las tendencias de la moda europea, del antro del momento en España, de los autos de lujo del 2014, de los comerciales que van a firmar, de lo benevolentes que son los medios con ellos. Que descaro, un grupo de vedettes y nada más.

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Les tiemblan las piernas cuando hay que meter, en todo el grupo no hay uno solo que grite, que cambie el ritmo, que meta orden, que insinúe algo, lo que sea.

Se viene Nueva Zelanda pero así, a buen seguro México no estará en el mundial acompañando a Estados Unidos, Costa Rica y Honduras.


Mención aparte merecen los buenos trabajos de Jurgen Klissman con Estados Unidos, de Jorge Luis Pinto con Costa Rica, de Luis Fernando Suárez con Honduras y de Julio César Dely Valdés con Panamá que se quedó a un suspiro del repechaje.

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