Ads 468x60px

.

El balance de Trapattoni en Irlanda

Las derrotas con Suecia y Austria marcaron el fin del sueño Irlandés de Río, y también un visible cierre a un ciclo en pleno declive. A continuación, las razones de una selección que vive en el “casi”, y las perspectivas a futuro.



Trapattoni llegó en 2008 con un currículum impecable, y la misión de reconstruir a una selección que no clasificaba a un torneo grande desde 2002, y que navegaba por la intrascendencia. Lejos habían quedado los años de gloria de Jack Charlton, Stuttgart 88 y los mundiales 90 y 94, y se aletargaban las estrellas de Robbie Keane y Damien Duff, los continuadores de la participación en Corea-Japón. En ese mundial, Roy Keane dejó a la selección y (más allá de un breve retorno), dejó instalada la antinomia que persigue a la República. Si puede ser una selección de las que pelean en segunda línea, o si siempre será la de graciosos borrachos con algo de suerte.

El equipo de Trap logró lo impensado, con un 4-4-2 inspirado en el catenaccio de antaño, recuperó a un equipo que sabía ser goleado hasta por Chipre, en uno difícil, durísimo, que logró los playoffs, con un fútbol poco vistoso pero efectivo. En París, la inefable mano de Henry lo privó de clasificar al Mundial 2010, y marcó para siempre a una generación de jugadores. Arriesgar en la revancha, después de perder 1 a 0 en la ida, no pagó.

La famosa mano de Henry

Los Boys in Green nunca volvieron a estar a ese nivel y la campaña para la Euro 2012 lo mostró claramente. En un grupo accesible, con Rusia como cabeza, logró los playoffs de milagro, gracias a la inesperada victoria de Armenia sobre Eslovaquia. Esta vez los playoffs fueron mucho más amables, con una Estonia que no estuvo a la altura y perdió por un parcial de 5-1, y catapultaron a Irlanda a la Euro, la segunda desde 1988.

Lo que parece un éxito, oculta algunas de las cuestiones fundamentales para entender el momento actual. El equipo perdió solidez defensiva -perdió 3-2 en Dublín con Rusia por ejemplo- y continuaba sin ganar un partido contra los equipos de competición directa. De hecho, Trapattoni nunca venció a un equipo superior en ranking FIFA en su ciclo a cargo de la República.

La Euro no terminó más que confirmando este síntoma con estrepitosas derrotas contra Croacia, España e Italia, jugadores en el exilio por una pésima relación con Giovanni, y la idea de un equipo añejo, lejos de generar cualquier inquietud a los rivales. Los retiros de Damien Duff y Shay Given, mas las peleas de Trap con importantes jugadores como Darron Gibson, no auguraban un buen camino.

La clasificación a Polonia-Ucrania pudo más, y Trap fue confirmado en el cargo por dos años más, donde todo fue catastrófico. Ganó de carambola contra Kazakhstan de visitante -al minuto 80 perdía 1 a 0-, y recibió una histórica paliza de Alemania: la Mannschaft triunfó por 6-1 en su estadio. Algunas victorias y la incorporación de algunas promesas como James McClean y Robbie Brady, tapaban las falencias de siempre y las tácticas negativas de Trapattoni, de defender en su campo, y tirar pelotazos para un Robbie Keane letal como nunca en el área, pero con pobre servicio y menos velocidad que antes, sin chances de gol en todos los partidos. 

Keane, el emblema que va dejando su lugar

Llegó a los “double headers” con Suecia y Austria, donde logró un granítico empate en Estocolmo, y dominó con entrega a los Austríacos en Dublin... hasta el fatídico momento que marcó el ciclo de Trap. Minuto 92, 37 segundos, Alaba encuentra un disparo que le da el empate a Austria, y deja a Irlanda en terapia intensiva, necesitando 4 puntos sobre 6 para sobrevivir.

Las derrotas con Suecia y Austria, consumada este martes, evidencian el fin de ciclo de Trapattoni, quien no pudo lograr una sola victoria en los partidos que definen los grupos, y que ha detenido el crecimiento de una camada de jóvenes que puede ser el futuro del fútbol irlandés.

Contrario a lo que se cree, Eire ha producido jugadores de excelente técnica en todas las posiciones, Paul Mcgrath, Dennis Irwin, Liam Brady, Kevin Sheedy, Frank Stapleton, Roy Keane, Damien Duff y el propio Robbie Keane, y hoy hay una nueva generación de jóvenes promesas, que crecieron bajo la sombra del mundial 2002 y la épica de la clasificación a octavos de final, que necesita un nuevo proceso.

Jugadores como James McCarthy, recientemente incorporado al Everton por 14 millones de libras, Jeff Hendrick y Richard Keogh del Derby, Seamus Coleman de los Toffees, Samir Carruthers y Jack Grealish del Villa, y particularmente Robbie Brady, ex Manchester United, hoy en el Hull City que consiguió el ascenso, promedian los 20 años, y son la promesa de lograr algo que ni siquiera Inglaterra ha podido lograr: romper la lógica de un juego que hoy atrasa, de pelotazos largos y pocas ideas, de fuerza física por sobre el trabajo táctico y las transiciones rápidas, y de resultados escasos incluso con grandes figuras.

MsCarthy es una de las jóvenes promesas
Sin embargo, aduce un problema mucho mas complejo, su liga local es cuasi inexistente (menos de 10 de los jugadores convocados desde 2008 cuenta con experiencia en la Artricity League of Ireland), y el desarrollo de los jóvenes muchas veces depende del sistema de fútbol inglés. A su vez compite con el famoso Fútbol Gaélico, que aún convoca 60 mil personas por estadio en cada fin de semana, y que se lleva los mejores jugadores que podrían ser del fútbol.

Hay esperanzas, e Irlanda y sus hinchas -los mejores del mundo, según se reconocen ellos y reconocen los demás-, pueden volver a aportar a los torneos internacionales lo que ha logrado que una pequeña isla sea conocida: Coraje, garra, y un estilo de juego que en su día puede ganarle a cualquiera, y que aspire a participar en todos los torneos grandes.

La revolución, con la partida de Trap, está en marcha.

Por Diego Abatecola

0 Comentarios..:

Publicar un comentario