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A río revuelto ganancia de delanteros

El Arsenal se recuperó de su caída ante el Aston Villa (ya había ganado por Champions en Turquía) y en duelo londinense batió al Fulham como visitante por 3-1. Tranquilidad para Wenger que sumaría jugadores antes del cierre del mercado de verano.  



En el Craven Cottage, bajo una lluvia copiosa e incesante, Arsenal se impuso de visitante ante el Fulham por 3 a 1. Giroud y Podolski (dos veces) los goleadores. Descontó Bent. Tres puntos y tranquilidad para Arsene Wenger.

Partidazo en el arranque, los dos controlaban bien la pelota, ambos tenían profundidad y ganas de ganar. El triángulo entre Rosicky, Ramsey y Cazorla manejaba los avances de los Gunners, acoplados a un Theo Walcott que corría como siempre. Del otro lado, el eje era Taarabt, acompañado por Parker, pero estos aparecían solo a cuentagotas.

El agua decía presente con más potencia. “A río revuelto, ganancia de pescadores”, o de delanteros: remate que rebota en la defensa, deja a Giroud mano a mano ante Stockdale y el delantero hace lo que mejor sabe, definir. Contra el palo, el uno a cero se concretaba antes del primer cuarto de hora.

Y necesitaban ese cachetazos los Lilywhites para reaccionar. Aparecieron Taarabt y Parker, pero en toda su plenitud, Riise colaboró absolutamente en todo el sector izquierdo. Damien Duff y Steve Sidwell acompañaban desde la mitad. Los de Martin Jol gustaban con la pelota y hasta el guardameta se dio el lujo de enganchar ante Giroud. Y esa fórmula que le sirvió a los de Wenger para anotar, casi ayuda al local, cuando Riise le rompe las manos a Szczęsny y Duff en el rebote cerca del área chica vuelve a encontrarse con la figura del arquero.

Y en el momento en el que el local era más, apareció otro golpe. Característica similar, el rebote: pateo Walcott, excelente Stockdale para tapar, ahí llegó Podolski desde atrás y no le importó la presencia de dos defensores, ni el retorno del arquero. La mandó a guardar, dos a cero y se terminaba el primer tiempo. Otro rebote, beneficiaba al Arsenal. No estaba bien el resultado, pero justicia y fútbol casi nunca van de la mano.

Poldi estuvo en su tarde

Se venía la segunda mitad al igual que la primera, pasada por agua. Atractivo especial, y excelente estado del campo de juego.

Fulham tenía que salir a ganar. Arrancó así, con otra vez un marroquí Taarabt que tocaba todas las pelotas que pasaban para el otro lado del mediocampo. Seguía Parker siendo ese equilibrio en el equipo. Poco productivo el aporte de Kasami y de Berbatov. Nuevamente, los Liliwhites se venían sobre los Gunners, aunque entre Sagna (hoy devenido a central) Mertesacker y Szczęsny la situación estaba bajo control.

Nuevamente el control era local y otra vez la visita pegó con todo. La furia alemana marcó nuevamente, Podolski anotaba y dejaba el 3 a 0 pasmado e imposible de levantar. Nuevamente, cuando mejor se jugaba, se sufrió otro cachetazo.

Ya con Bent en cancha, los de Hol atacaban, pero esa última anotación había sido un golpe de knock out. Y más ahora con el ingreso de Wilshere, quien llegó a los 100 partidos con la casaca Gunner, se hacía más fácil la transición en el ataque e incluso Stockdale se tuvo que lucir en un par de ocasiones.

Se trataron de levantar los locales, tras un gol de Bent - después de una linda maniobra de Berbatov - aprovechando otra jugada fortuita. Pero ya era muy tarde. El resultado estaba lejos; Riise ya no llegaba a la banda como en los primeros minutos y Kacaniklic no era Taarabt. Parker debió defender más tras la salida de Sidwell y el ataque se opacó bastante.

Fulham demostró excelentes pasajes de juego con la pelota en el pie y creando ocasiones importantes. Ilusiona este equipo tras este partido si continúan así tanto Taarabt (ex QPR) y Parker (ex Tottenham). Arsenal jugó un buen fútbol también y golpeó cuando tuvo las oportunidades. Podolski además de los goles, tuvo una entrega fantástica recorriendo la banda, dándole al técnico más variantes que la posición de delantero.

La lluvia estuvo presente, fue el jugador número 23 en el encuentro. Y cuando el río está revuelto, la ganancia es de los delanteros. 

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