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A 90 minutos de conseguir la utopía

Sí ya es complicado ver a un equipo tan ‘underground’ en la última fase de clasificación para la Champions, lo que nos regaló el Shakhter Karagandy en la ida, es prácticamente un milagro. A continuación una breve reseña sobre las claves del triunfo por 2 a 0 ante un equipo, en teoría, superior como el Celtic.


A diferencia del choque ante el Bate Borisov como local, el técnico ruso Kumykov planteó el partido con cinco defensas siendo sacrificado el segundo delantero titular, Zenkovic, que ingresó en los minutos finales por el desgastado y esforzado capitán.

El cotejo comenzó como se esperaba, el Celtic atrincherando al equipo kazajo en su área mediante córners y faltas cercanas (ambos equipos atacan bien los balones por alto, pero coinciden en las carencias para defender mencionados centros). Dichas ocasiones no fueron aprovechadas por los escoceses pese a las continuas fallas en las salidas por alto del meta Mokin. Andrei Finonchenko abrió el marcador cuando peor lo estaba pasando su equipo, tras un saque de banda al corazón del área vía Vicius –mejor con las manos que con el pie- que aprovechó el mediocentro 'box to box' gracias a su viveza innata.

Tras el gol que otorgaba ventaja a los locales, los de Kazajistán se afirmaron en su esquema defensivo y los católicos se transformaron en un manojo de nervios, en un conjunto previsible, sin ideas, con quejas y discusiones entre compañeros. Las constantes subidas del hondureño Izaguirre, por izquierda, (solo provocó un cabezazo de Forrest salvado por Mokin) fueron una hemorragia enmendada en el segundo acto entre Simcevic y Maliy, en ese preciso momento se acabó el peligro del Celtic. 


A los kazajos no les sobra nada pero pelean todas

Un disparo que se estrelló en el travesaño de Brown en los primeros 45 minutos y algún balón aéreo por medio del lateral Matthews, imitando la jugada del lituano con las manos, fue lo único inquietante por parte de los foráneos que dieron la sensación de jugar un partido de pretemporada donde escasean factores tan determinantes como la motivación, concentración e interés. Sin reacción desde el banquillo, Celtic abusó del balón en largo con muchas imprecisiones.

Shakhter potenció al máximo sus pocos recursos debido a la baja calidad de sus jugadores pero con una entrega inconmensurable, reflejada en su capitán que además disponía de tiempo para llegar a área ajena. Distinguimos la finalización de todas las jugadas para ayudar a la buena colocación y el correcto posicionamiento. Todos los balones pasan obligatoriamente por los pies de Roger Cañas Henao que gracias a su toque distinto se encarga de manejar el juego y elabora con certeza cambios de frente aprovechando los continuos desmarques de sus compañeros en ataque, a espaldas de los laterales. Además cabe destacar su gran labor defensiva cuando la posesión es del rival, en la mayoría de los encuentros.
A festejar y a soñar con la utopía
Sensacional fue la labor de Khizhnichenko que destacó por su movilidad, pelea, finalización con corrección y lo más importante, aguantar el esférico para que sus compañeros adelanten líneas tras el juego directo. El segundo gol es un resumen de sus habilidades, estorbando a los centrales rivales y ubicándose en el lugar exacto para el remate final.

Los de Karagandá demostraron tener claro su juego, sin fracturas salvo jugadas aisladas por alto que tendrán que corregir sino quieren sufrir en Glasgow. Celtic entregó su peor versión, dando una muy mala imagen, asimismo hay que añadir las limitaciones de su entrenador, Neil Lennon, sin capacidad de reacción en ningún segmento del choque.

La próxima semana protagonizarán la revancha en Celtic Park, los ‘The Hoops’ ansían la remontada mientras que los exsoviéticos visualizan, cada vez más cerca, la utopía.

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