Nace el sueño

Brasil se quedó con la Copa de las Confederaciones tras vapulear a España en la final. Fue 3-0, pudieron ser más. Neymar construyó, Paulinho comandó el medio y Felipao imaginó el juego perfecto. La Roja fue una sombra.




Seguramente en las próximas horas se escucharán frases grandilocuentes, sentencias terminantes y teorías de todo tipo. Es que la superioridad aplastante de Brasil sobre España en esta final de la Copa de las Confederaciones significó un golpe; no tanto por el resultado numérico (que también) sino por la distancia en el juego que construyó el conjunto de Luis Felipe Scolari. 

Lo ganó de principio a fin el local. No solo fue más, sino que desarrolló su plan a la perfección, paliza táctica de Scolari sobre Del Bosque. Paulinho y Luiz Gustavo establecieron sus pautas en un mediocampo que pedía a gritos más efectivos del lado europeo, sin embargo la Roja salió con tres volantes (Busquets, Xavi e Iniesta) y dos extremos (Pedro y Mata). Pagaría esa penalidad demasiado caro el conjunto español. 

A contramano de lo que viene siendo hace años Brasil, el Scratch jugó un partidazo de principio a fin. No fueron pasajes de buen nivel, no fueron apariciones individuales, no fue un guiño de la suerte. Todas esas cosas estuvieron en mayor o menor medida, pero solventadas en un colectivo que hoy dio un paso adelante de cara a la cita del año que viene. 

Fred se ganó la "9" en esta Copa

Si Uruguay expuso algunas carencias del conjunto brasilero a la hora de desatar un juego ante un rival que cierre bien los espacios hacia atrás, España ayudó a que Brasil pudiera explotar las virtudes de este equipo. El bloque defensivo verdeamarelho actuó a la perfección: al doble pivote que ya destacamos (con Paulinho como maestro a la hora de establecer la presión o replegarse ,qué jugador), la dupla de centrales colaboró deglutiéndose a Fernando Torres. Thiago Silva fue más sobrio y David Luiz tuvo acciones claves como cuando evitó el tanto de Pedro. Julio Cesar colaboró con dos tapadas muy buenas y sobre los laterales Dani Alves se mostró mucho más contenido: evitó generar espacios para el despegue de Alba-Iniesta y permitió que el que se desatara fuera Marcelo.

Ese punto es fundamental, el lateral del Real Madrid es el socio ideal para él. Neymar brilló a lo largo de todo el certamen y hoy fue un martirio para toda la defensa española. Quedó expuesto primer Arbeloa, luego Ramos y por último Piqué, quien terminó yéndose expulsado. El ex Santos se hizo hombre en este torneo y se ganó a su gente. Nace el ídolo.

Vamos a destacar también a dos hombres que parecen no destacarse, pero que terminan siendo vitales: Hulk y Oscar. El extremo que juega en el Zenit aportó el centro del primer tanto y se ocupó de ganarle el duelo personal a Alba. En tanto el que el volante del Chelsea le aporta algo de pausa y creación a un conjunto más dado al vértigo. Si jugara Lucas, Brasil no tendría la chance de cambiar de ritmo, de darle otro matiz en ese sector. 

Una foto que dice mucho

Y por supuesto, se necesitan acciones puntuales favorables. El 1-0 llegó muy rápido y con colaboración de Piqué, Arbeloa y Casillas. Fred, que vive para el gol y tiene el arco siempre en la cabeza fue el más vivo de la clase y desde el piso puso la ventaja. No fue tampoco algo aislado: en la primera media hora Brasil tuvo cinco opciones de gol claras mientras que España apenas había avisado con un disparo de Iniesta, quien fue el único arresto en una soledad creativa llamativa. Además, cada vez que quiso empezar a marcar el ritmo del juego, Brasil cortó con faltas menores.

Luego de aquella salvada agónica del David Luiz, Neymar cerró el primer tiempo con una joyita. El delantero armó la contra y se la cedió a Oscar, este hizo la pausa justa, espero que a el nuevo futbolista del Barcelona saliera del offside y cuando la recibió le reventó el primer palo a Casillas con un zurdazo inapelable. En el inicio de la segunda mitad, Fred liquidó todo con una definición gloriosa. 

De allí en más estuvo casi todo de más en cuanto al vencedor, pero sí sirvió para que Brasil ratificara su superioridad insultante. Busquets padeció como pocas veces teniendo que estar en todos lados y no pudiendo estar en ninguno. Piqué expuso sus carencias cuando queda a campo abierto ante un ligerito. Torres y luego Villa fueron una sombra del peligro. Por si fuera poco, Ramos dilapidó un penal.

Si a Brasil este torneo, pero en particular este partido, le sirvió para creerse candidato a España debería servirle como alarma de que debe hacer cambios o al menos replantearse cómo encarar algunos juegos. Es cierto, la ausencia de Xabi Alonso pesó y por primera vez en el ciclo de Del Bosque dejó de lado el doble pivote, pero la presencia obligatoria de algunas vacas sagradas puede ser puesta en tela de juicio. Quizás el golpe le llegó a tiempo para hacer los ajustes necesarios. 

Tetracampeón de la Confederaciones

Mientras tanto, en un torneo envuelto por las protestas sociales, en Brasil algunos empiezan a soñar con lo que pueda darles Neymar. Deberán tener claro que para que el crack pueda hacer su juego deberá tener siempre cerca a laderos como Paulihno, David Luiz o Thiago Silva. Y por supuesto, a Felipao en las sombras. 

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